Agustín de la Encina, de 26 años, murió tras ser atacado a puñaladas en la cárcel de Piñero y trasladado al Hospital Clemente Álvarez, donde no logró sobrevivir. El joven, quien había sido arrestado en 2021 por comercialización de drogas en Rosario, acumulaba un historial delictivo que incluía narcotráfico y el intento de un asesinato. Las circunstancias de su muerte, ocurrida bajo custodia estatal, están siendo investigadas.
De la Encina, quien antes de su detención se describía en LinkedIn como "broker de seguros", había trabajado en diversas áreas, desde reparación de sistemas operativos hasta columnista en una FM local. Sin embargo, en 2021 fue detenido en un operativo federal que encontró 700 gramos de cocaína en su poder. Su caída marcó el inicio de una espiral criminal que lo llevaría a involucrarse en delitos de mayor escala.
Una vida marcada por el crimen desde prisión
Tras ser detenido, fue trasladado a la Alcaidía de Rosario y luego a las cárceles de Piñero y Coronda. Mientras cumplía prisión preventiva, fue imputado por instigar el intento de asesinato de una mujer en 2023. Según las investigaciones, De la Encina había contratado sicarios para atacar a la mujer, quien le había prestado 3.800 dólares para comprar cocaína. El ataque ocurrió en las afueras de un motel: "¿Querés tu plata?", le preguntaron antes de dispararle. Aunque la víctima sobrevivió, quedó parapléjica y su testimonio fue clave para imputarlo por homicidio en grado de tentativa.
Más tarde, en 2024, De la Encina quedó implicado en una operación federal que interceptó un cargamento de 30 kilos de cocaína valuado en 250.000 dólares. La investigación incluyó allanamientos en Rosario y en la celda de Coronda donde estaba alojado. En esa causa también fue involucrada Yanina Alvarado, hermana de un jefe narco condenado a perpetua.
El ataque mortal
Este lunes, la Fiscalía informó que De la Encina fue apuñalado dentro del penal de Piñero. La versión preliminar indica que ocurrió durante "una riña", aunque no se conocen detalles sobre los agresores ni el lugar exacto del ataque. Trasladado al hospital con "múltiples heridas de arma blanca", murió poco después. La fiscal María de los Ángeles Granato lidera la investigación, que enfrenta el desafío de esclarecer un crimen bajo custodia estatal.
La vida de Agustín de la Encina, marcada por su habilidad para adaptarse al narcotráfico desde prisión, refleja los riesgos de un sistema penitenciario incapaz de cortar los lazos entre los reclusos y el crimen organizado.