Una mujer, su sobrina y un allegado fueron imputados este martes como autores del asesinato de Marcelo Molina, un hombre de Roldán cuyo cuerpo fue incinerado y descartado en un relleno sanitario tras el crimen. Según la investigación, el móvil fue el robo de sus pertenencias, y la confesión de uno de los acusados permitió reconstruir el siniestro plan.
El fiscal Adrián Spelta confirmó que Romina C., pareja de la víctima; Cintia C., sobrina de Romina; y Jonatan K., hermano de Cintia, enfrentan cargos por homicidio doloso calificado y robo simple criminis causa. La jueza Silvia Castelli dispuso prisión preventiva para los tres.
Un asesinato planificado y el intento de encubrirlo
Marcelo Molina fue visto por última vez el 3 de enero, luego de llevar a su hermana al trabajo. Ese mismo día, según Spelta, los acusados lo persiguieron en una camioneta hasta su casa en Roldán, donde lo asesinaron. Las cámaras de seguridad captaron sus movimientos. Más tarde, cargaron en la camioneta diversos objetos de valor, incluyendo electrodomésticos, herramientas y una carabina, y los trasladaron al lugar donde vivían como caseros en Funes.
Esa misma noche, Jonatan K. transportó el cuerpo de Marcelo en la camioneta hasta la empresa gastronómica, escoltado por las dos mujeres en moto. Allí, incineraron el cadáver y lo descartaron en un contenedor, según detalló el fiscal. Se presume que los restos fueron trasladados al relleno sanitario de Pérez por el servicio de recolección de residuos.
La confesión que destapó el plan
El lunes 6 de enero, tras la denuncia de la familia de Marcelo, las autoridades detuvieron a los tres sospechosos. Durante el operativo, encontraron objetos de la víctima en la vivienda de los acusados. En ese momento, Jonatan confesó el crimen, alegando que lo había cometido porque Marcelo “había intentado abusar de su cuñada”. Sin embargo, el fiscal desestimó esta versión, señalando que los actos posteriores, como el robo, refuerzan la hipótesis del móvil económico.
Hallazgos claves y un cuerpo aún desaparecido
El domingo 5 de enero, un corredor encontró en el río Coronda una funda de carabina con documentación y el celular de Marcelo. Este hallazgo, sumado a los registros de las cámaras de seguridad, permitió ubicar a los sospechosos. Además, se detectó que los celulares de Jonatan y Marcelo estuvieron juntos durante todo el fin de semana del crimen.
Pese a la confesión y las pruebas recolectadas, los restos de Marcelo aún no han sido localizados. Aunque los perros de rastreo identificaron posibles sitios en la empresa y el relleno sanitario, el contexto dificulta su hallazgo, afirmó Spelta.
El caso continúa generando conmoción en la región, mientras la investigación busca cerrar todas las aristas de un plan que desnudó una brutal traición y un despiadado crimen.