El embarazo adolescente, que implica riesgos tanto para la madre como para el bebé, ha disminuido un 60% en Argentina en los últimos diez años. En 2013 se registraron 117.386 nacimientos de madres menores de 20 años, mientras que en 2022 la cifra descendió a 47.630, según estadísticas oficiales. “A nivel mundial, hace décadas se trabaja para reducir los embarazos en la adolescencia,” explicó la ginecóloga Valeria Valko. Este logro se enmarca en las políticas de prevención impulsadas en el país, aunque las tasas más altas siguen registrándose en provincias como Chaco, Formosa y Misiones.
La reducción del embarazo adolescente es atribuida principalmente a la implementación de la Educación Sexual Integral (ESI) y al acceso gratuito a métodos anticonceptivos. “Los anticonceptivos están disponibles sin costo en hospitales y centros de salud a partir de los 13 años, sin necesidad de un adulto,” enfatizó Valko, destacando que la Ley 25.673 garantiza este derecho.
Entre las complicaciones más frecuentes de un embarazo adolescente se encuentran el mayor riesgo de preeclampsia, anemia y afectaciones psicológicas, así como problemas para el bebé, como el bajo peso o la premadurez. Además, el embarazo temprano suele interrumpir la educación y perpetuar la precariedad laboral, especialmente en los sectores socioeconómicos más vulnerables.
“Desde Ospedyc, estamos comprometidos con la reducción de este índice,” agregó Valko, subrayando la importancia del asesoramiento ginecológico en la prevención de embarazos no intencionales y enfermedades de transmisión sexual.