Es Tiempo de Viajar , Hoy Montenegro

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Después de salir de Croacia, la ruta nos lleva al sur, hacía Montenegro, pero ésta vez no fuimos a su capital Podgorica, nos quedamos unos días en uno de los sitios más bonitos que tiene el país: Budva

El camino nos lleva hacia el sur bordeando el Mar Adriático y entrando a Montenegro, que con sus 300 km de costa, ofrece paisajes costeros espectaculares. Acá las montañas se elevan desde las cristalinas aguas y la visión es imponente. A lo largo del recorrido pueden verse antiguas ciudades amuralladas colgando de las rocas y otras que rozan el mar, que las hace espectaculares, con bosques de conífera que impregnan el ambiente con su aroma, majestuosos montes, impresionantes playas y gente amable.

En Montenegro está todo compactado en un espacio pequeño y de fácil recorrido.

Con nuestro auto ingresamos por el control de Debeli Brijeg y donde la aduana está enclavada, tanto del lado croata como del montenegrino, entre montañas y bosques de pinos y a pesar que es una ruta muy congestionada por el importante tráfico que circula, nosotros no tuvimos ningún percances ni demoras, incluso cruzamos fronteras de forma amigable con los oficiales aduaneros, a tal punto que uno de ellos, ni siquiera miró el pasaporte.

Montenegro está anunciada como destino de moda y su gente resalta que viven en la división entre Oriente y Occidente desde la división del Imperio romano hace unos 1.600 años. Ellos dan fe de su historia cultural de villas romanas con suelo de mosaico, sus monasterios ortodoxos pintados, sus ornamentadas iglesias católicas, sus mezquitas de elegantes alminares y sus sólidas fortalezas levantadas por todas las potencias que en algún momento de la historia se disputaron estas tierras.

Montenegro es multicultural y multireligiosa.

Algo que nos llamó la atención durante nuestro recorrido, es que sobre las laderas de las montañas había carteles pintados a mano que anunciaba Auto Slep y un número de teléfono. Estos son anuncios de grúas por si tenes un problema en la ruta. Pero las rutas están muy bien marcadas y son perfectamente transitables. Dicen incluso que a veces hay ataques (en realidad actos vandálicos) a automóviles con matrícula croata en (como fue nuestro caso), pero nosotros no tuvimos ese tipo de inconveniente.


Historia de Montenegro

Las fronteras de Montenegro llevan siglos cambiando de sitio. Incluso desde la Segunda Guerra Mundial, Montenegro reconvirtió siete veces sus fronteras y cada grupo, sea religioso o étnico, cuenta su versión, haciéndolo un país con historias diferentes.

La región está habitada desde fines de la Edad del Hierro, hasta que en el año 1000 a.C. llegan los Ilirios que se extienden por los Balcanes, generando conflictos entre tribus, hasta que se unen y crean una federación en lo que hoy es Macedonia y de Albania.

Luego llegaron griegos y más tarde romanos que después de varias batallas, derrotaron al último rey Ilirio, Gentio, en el año 168 a.C. Los romanos adhieren los Balcanes a sus provincias y crean redes de fuertes, vías y rutas comerciales desde el Danubio hasta el Egeo, aunque fuera de las ciudades dominantes, siguió predominando la cultura iliria.

Los romanos crean Dalmacia, que incluía Montenegro, cuya ciudad más importante fue Doclea, actual Podgorica, fundada en el año 100 d.C, allí hallaron restos arqueológicos que indican que la ciudad era el núcleo de una red comercial.

Con el correr de los siglos, el Imperio comienza a decaer y los invasores del norte y del oeste atacan territorios hasta que el 395 d.C., el imperio se divide: la parte occidental eligió como capital Roma y la oriental a Constantinopla, actual Estambul, que luego se convierte en capital del Imperio bizantino.

El actual Montenegro quedaba en el límite de los dos imperios.

En el siglo VI, el emperador bizantino Justiniano se hace con el control de Los Balcanes romanos y con él llegó el cristianismo. Luego llegan eslavos, venecianos y turcos, quienes al mando de Solimán El Magnífico llegan incluso a tomar Belgrado en 1421, eliminando así cualquier duda sobre quién era el imperio dominante en Los Balcanes, pero de todas manera, los montenegrinos lograban resistir en su territorio, hasta que en 1699, los otomanos piden paz por primera vez y ceden territorios a venecianos y montenegrinos.

En 1797 llega Napoleón, quien le arrebata a Venecia los territorios del Adriático.

En 1875 estalla en Bosnia & Herzegovina una rebelión frente al control otomano y los serbios se unen a montenegrinos consiguiendo ganancias territoriales y esa unión entre las naciones tiene mayor aceptación después de 1914, cuando muchos votantes optan por la unión.

El rey Nikola apoyó la idea con única la condición de conservar tanto la casa real serbia como la montenegrina. Pero ésta unión duró hasta 1918 cuando en la Primera Guerra Mundial, Montenegro deja de existir y es incorporada al recién creado Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, la primera Yugoslavia.

Años más tarde llegaría Josep Tito (del que ya hablamos en otros informes).

Ya en la Segunda Guerra Mundial, se sabe que Hitler hizo varios intentos por asesinar a Tito y aplastar a los partisanos yugoslavos que estaban en contra de los países del Eje, después que éstas invadieran Yugoslavia. Todo fue en vano.

Al cambiar el curso de la guerra, los italianos se rindieron a los Aliados y los alemanes se retiraron. Así, el 20 de octubre de 1944, Tito entraría victorioso en Belgrado junto a los rusos del Ejército Rojo y es nombrado primer ministro de la Federación Comunista de Yugoslavia. Montenegro se convierte en una de las seis repúblicas, junto a Macedonia, Serbia, Croacia, Bosnia y Herzegovina y Eslovenia.

En 1948 Tito rompe relaciones con la Unión Soviética, provocando confusión con el país, ya que tenía grandes vínculos históricos con Rusia y de todas las repúblicas yugoslavas, Montenegro fue la de mayor cantidad de afiliados al Partido Comunista.

La muerte de Tito, en 1980, dejó una Yugoslavia en problemas, donde las presidencias rotatorias entre las seis repúblicas no pudieron solucionar los conflictos. Eso sumado a la caída del comunismo, ayudó al líder, Slobodan Milosevic, a ascender al poder en Serbia dentro de una oleada nacionalista.

En 1991 Eslovenia y Croacia declaran su independencia de la federación y comienza la Guerra de los Balcanes. No hubo batallas en Montenegro, pero grupos paramilitares, junto al Ejército yugoslavo dominado por serbios, fue responsables del bombardeo de Dubrovnik y del litoral dálmata. En 1992, Bosnia & Herzegovina y Macedonia optan por la independencia, pero Montenegro siguió junto a Serbia hasta su independencia en el 2017 pasando a ser parte de las fuerzas de la OTAN y ser miembro de la Unión Europea.

 

Boca del Kotor

También llamada Bahía de Kotor, es una ruta muy accidentada ya que recorre el fiordo más meridional de Europa, que de vez en cuando, se desplaza a lo largo de un angosto cañón bordeando la bahía y la meseta montañosa del Monte Orjen y luego las montañas Lovcen del otro. La ruta es toda una atracción y las vistas son fantásticas.

La zona, históricamente fue refugio de flotas de barcos, venecianas, otomanas, rusas, italianas, austrohúngaras y yugoslavas.

Hay dos formas de cruzar la bahía de Kotor. Una a través de un ferry en Kamenari y otra recorriendo sus 100 km de extensión. A veces la ruta se cierra en invierno ya que la zona es propensa a nevadas, pero es uno de los circuitos más bonitos para realizar y la sección más estrecha de la bahía, el Estrecho de Verige, mide sólo 340 mts de ancho en su punto más estrecho. La bahía es una ría del río desaparecido Bokelj que fluía de la montaña del monte Orjen.

Según el poeta Lord Byron: “La Bahía de Kotor es la más bella fusión de cielo y tierra".

Esta frase es criticable, ya que estoy seguro que Lord Byron sólo visitó algunos lugares de Europa. Pero si podemos decir que la Bahía de Kotor es uno de esos lugares dignos de disfrutar alguna vez en la vida.

A lo largo del recorrido hay ciudades muy bonitas para visitar como Herceg Novi con su arquitectura mixta oriental y bizantina, Risan con sus casas de la época romana, Perast y su fantástica vista, Kotor con su ciudad amurallada o Tivat con nuevo aeropuerto que la convierte en la principal entrada aérea al país, junto a puerto de amarre de yates de lujo

La presencia veneciana se siente en todos esos sitios, en la arquitectura de sus ciudades amuralladas y en los leones alados tallados en la piedra, pero a diferencia de Croacia, la religión mayoritaria en este país es el cristianismo ortodoxo. 


Perast

Aunque no creas, ésta la localidad tiene unos 350 habitantes y frente a la ciudad hay dos islotes: Sveti Dorde o Isla de San Jorge, donde hay un monasterio benedictino del siglo XII y un antiguo cementerio, donde los turistas tienen prohibida la visita. La otra isla se llama Gospa od Skrpjela y es una isla artificial con un Santuario dedicado a Nuestra Señora de las Rocas.

El patrimonio arquitectónico de la ciudad está representado por edificios de la época veneciana y templos religiosos que le valieron el título de Patrimonio de la Humanidad. Por su calle principal, sobre el borde de la bahía, sobre una delgada e inclinada franja de tierra, pasa toda la vida de la ciudad y donde todo parece armónicamente integrado. Su arquitectura barroca, su pasado veneciano y la tranquilidad que lo envuelve enamoran.

A lo largo de la calle hay cafés y restaurantes que regalan hermosas vistas al Adriático. Es un pueblo tranquilo, que se recorre a pie ya que el tráfico está restringido.

Nosotros visitamos esta hermosa ciudad y también nos encontramos con un personaje local que nos hablaba en español. Un muchacho que se encargaba de ordenar los coches que llegaban y al escucharnos hablar en español, nos preguntó de dónde veníamos y ahí nomás empezó a hablar de futbol y nos cantó canciones de River Plate.

La ciudad tiene larga historia y en varios sitios arqueológicos se encontraron elementos que datan del Neolítico. Obviamente la época de mayor esplendor de Perast fue entre los siglos XVII y XVIII, bajo gobierno de la República de Venecia. A partir de ese momento, pasó a ser sitio estratégico para la defensa de la ciudad de Kotor, jugando un papel muy importante en la Batalla de Perast de 1654 librada contra los turcos.

A pesar de ser pequeño, Perast cuenta con un patrimonio considerado como el conjunto barroco mejor conservado del Adriático, formado por 19 iglesias y 16 palacios o casonas lujosas o de familias nobles, además de torres de vigilancia y el muro defensivo de las dos islas fortificadas que protegían a la población local de los ataques otomanos. Durante el período veneciano las familias competían entre sí para ver quien tenía la fachada más bella, haciendo uso de la mejor ornamentación barroca de la época. 

El edificio más famoso es la Iglesia de San Nicolás y su campanario de 55 metros, que vienen del siglo XVII y está en perfecto estado de conservación. En su interior se exhiben objetos de arte sacro y religiosos, como cálices, iconos barrocos y cruces de madera.

Otra iglesia es al de Nuestra Señora del Rosario, también del siglo XVII, ubicada en una colina cerca de la ruta. Antiguamente, era la capilla familiar del Palacio del Obispo y poeta Andrija Zmajevic.

Entre sus palacios, destaca el Bujovic, que alberga el museo de la ciudad y donde se exhibe una colección de armas, pinturas, documentos y archivos históricos que vienen de 1441, donadas por los descendientes de las familias nobles.

Como te conté, frente a Perast hay dos islotes y en la artificial está la Iglesia de Nuestra Señora de las Rocas, construida en 1452, que a lo largo de siglos sufrió saqueos, como el ataque pirata de 1624, quienes se llevaron la mayor parte de los valiosos tesoros que allí había. El templo, además de las valiosas pinturas y la imagen en mármol de la Virgen del siglo XV, posee un pequeño museo que reúne varios objetos en un espacio reducido. Muchos de ellos datan del año 3500 a.C.

Hay una leyenda en ese lugar y cuenta que en julio de 1452 dos hermanos pescadores, uno de ellos lisiado, navegaban por la Bahía y mientras lo hacían vieron un risco que sobresalía del agua en el cual había un icono de la Virgen María y el Niño. El pescador lisiado tomó un remo del bote, levantó el icono del risco y se lo llevó a su casa. Al día siguiente, el pescador se percató que el icono de la Madre y el Niño había desaparecido y él ya no estaba lisiado. Abrumado por lo sucedido y sin el icono, le contó al sacerdote de Perast ese milagro. Aunque, sin pruebas no quedaba más que agradecer a la Virgen, a quien el joven atribuía su curación.

Meses después, los hermanos volvían a navegar y nuevamente vieron el milagroso icono. El pescador lo volvió a tomar y fue directamente a mostrárselo al sacerdote. De ese modo, se decidió fundar allí un Santuario a la Virgen María sobre el mismo peñasco en el cual el joven encontró el icono que lo habría salvado. Así, comenzó a construirse ésta isla artificial, con veleros viejos que no se usaban más y enormes rocas de la zona y en el centro de la isla se construyó la Iglesia de Nuestra Señora de las Rocas.

Perast es una pequeña joya del Adriático que si visitas Montenegro es imprescindible visitar y si por casualidad deseas pasar una noche allí, vas a disfrutar de la tranquilidad del lugar, de su agradable clima, de su patrimonio histórico y de la belleza que la rodea. Por algo es conocida como “La Venecia de Montenegro”.

 

Kotor


Nuestra ruta nos lleva más al sur y allí nos encontramos con este pueblo, para muchos el lugar más bonito para ver en Montenegro. Un pueblo de unos 5.000 habitantes y lo que lo hace especial es que se ubica al final de la Bocas del Kotor, dentro de una bahía rodeada de acantilados, muy parecido a un fiordo.


Muchos recomiendan subir a La Fortaleza de San Juan para tener una visión panorámica de toda la bahía. Este es el punto más alto de las fortificaciones, con murallas de 15 mts de altura y 5 km de extensión que se construyeron para defenderse de los otomanos. Pero subir hasta la fortaleza no es nada sencillo, 1.500 escalones hasta llegar a la cima, donde se atraviesan varios portales. La fortaleza está abandonada, no está en buen estado de conservación y no hay nada en su interior, solo basura que dejan los visitantes, además de los grafitis en sus muros, pero las vistas desde ahí son fantásticas.

Cuenta la historia que las primeras referencias sobre Kotor datan del año 168 a.C cuando es mencionada por los romanos como Ascrivium.

Las murallas vienen de la Edad Media, cuando fueron construidas durante el reinado de Justiniano I. ya para el año 1002 sufrió ataques del Imperio Búlgaro y para no ser parte de ese imperio, los ciudadanos decidieron unirse a la República de Ragusa, formando parte hasta el año 1184. En el siglo XIII llegan las órdenes dominicas y franciscanas que crean varias iglesias, sobre todo para alejar a los cátaros.

Como toda la bahía, fue conquistada por venecianos que se quedaron hasta el año 1797, convirtiéndose en centro artístico y comercial gracias a su estratégica ubicación.

 

Budva

En el camino a Budva pasamos por la hermosa Iglesia Ortodoxa St Jovan Vladimir, una maravilla arquitectónica donde no queda lugar más para más imágenes o iconografía ortodoxa, sobre fondos dorados y enormes candelabros labrados con luz tenue que le da un aire relajado. Entrar a ese lugar te da sensación de paz y vale la pena visitarlo unos minutos. Es muy conmovedor.

Pero el camino sigue y nos lleva a la pequeña ciudad donde su amurallado casco histórico surge en el Adriático como un pequeño Dubrovnik, más relajado y con menos gente, donde además de visitar hermosos sitios, podes sentarte en un café a disfrutar de las vistas marinas en la Citadela para después ir a la playa a relajarte.

En ese sitio, junto a la iglesia de la Santa Trinidad se realizaron excavaciones que sacaron a la luz restos de una necrópolis griega certificando que también albergó la acrópolis y ciudad helénica, mucho antes que los venecianos levantaran los muros para defenderse de la amenaza otomana.

Como en todo el Adriático, griegos, romanos, otomanos y venecianos, dejaron huellas en la ciudad, hasta que en 1918, la ciudad se integró al Reino de Yugoslavia.

Esta hermosa ciudad montenegrina sufrió en 1979, un tremendo terremoto que la dejó casi devastada, pero actualmente sobre todo en la ciudad vieja, queda poca evidencia de la catástrofe, ya que casi todos los edificios fueron restaurados.

La ciudad está dividida en la parte nueva y la vieja. En la moderna hay restaurantes, hoteles, tiendas, centros comerciales y en la vieja están los principales monumentos turísticos y las mejores vistas. Dos mundos separados por una muralla.

Casi toda la arquitectura de la Ciudad vieja tiene estilo veneciano.

Puertas, marcos, ventanas, balcones y otros detalles parecen de estilo romano, con tres iglesias muy famosas. La más antigua es San Iván del siglo VII, pero también está Santa María de la Punta del año 840 y la Santísima Trinidad de 1804.

Justamente la Iglesia de San Iván es una iglesia católica levantada sobre restos de una antigua construcción y está considerada como la más antigua. Su aspecto actual viene del siglo XV y su campanario neogótico fue incorporado en 1867 y en su interior aún se conservan frescos e iconos obra de pintores venecianos de los siglos XV y XVI.

Una capilla lateral alberga la Virgen de Budva, a quien le atribuyen milagros. Esta la imagen es del siglo VIII y es venerada tanto por católicos como por ortodoxos. A su lado está la Iglesia de la Santísima Trinidad, con la tumba del escritor Stjepan Mitrov Ljubisa.

Al recorrer el casco antiguo o Stari Grad, te transportas a la Venecia medieval, con calles estrechas de piedra, callejones y plazoletas que desbordan historia, pero a la vez repleta de restaurantes, cafeterías y pequeñas tiendas.

Frente a Stari Grad está la Isla de Sveti Nikola (Isla de San Nicolás), donde los restos de un antiguo convento se esconde entre la vegetación. Este islote es llamado Hawaii ya que tiene grandes playas de arena blanca y fina y aguas cristalinas 

También muy cerca está Sveti Stefan, que era un pueblo de pescadores fortificado del siglo XV. Posee lindas playas y está unida a tierra por un istmo de arena. Allí hay un hotel de lujo, dentro de un parque lleno de árboles y flores exóticos.

La ciudad se ha convertido en centro de vacaciones internacional y trata de competir con Ibiza o Mykonos, gracias a sus propuestas que ofrecen, no sólo a los turistas que vienen en verano, si no que muchos extranjeros han invertido comprando su casa de verano, especialmente nórdicos, rusos y ucranianos.

Nosotros decidimos quedarnos unos días en un pequeño hotel familiar, un poco más alejado de la locura de la Citadela. Allí nos sentimos como en casa, ya que sus dueños estaban pendientes de nosotros. La mujer no hablaba nada de inglés pero nos hicimos entender. Sólo hablaba el hijo que casi nunca estaba, ya que estaba en sus negocios. Ella nos atendía en el desayuno y nos mostraba un menú escrito en inglés y en montenegrino (eso suponemos), donde nosotros elegíamos que comer y ella lo preparaba en minutos.

Cada menú venía acompañado de miel, queso acido, rodajas de tomates y pepino, pan tostado, buñuelos, burek (empanada de masa filo, rellena de carne o queso).

Un día nuestra anfitriona preguntó si quería probar la bebida típica de Los Balcanes, el Rakia, una bebida alcohólica muy fuerte a base de frutas fermentadas como manzanas, peras o membrillo y su graduación alcohólica llega al 60%. Rico pero quema por dentro.

Ella ofrecía todos los días en el desayuno una copita, porque es lo típico que desayunan los hombres en la zona. Es decir que la gran mayoría de los hombres ya salen un poco borrachos en la mañana. El último día le dije que no quería tomar porque saldríamos a la ruta con destino a Podgorica, capital de Montenegro.


Podgorica

En la etapa de la antigua Yugoslavia, la ciudad se conoció como Ribnica o Titogrado en honor a Josep Tito. Acá se encuentra la sede de principales organismos e instituciones políticas del país, excepto la presidencia que se encuentra en Cetiña.

Muy cerca se encuentran las ruinas de una antigua ciudad romana llamada Dioclea, de donde era el emperador Diocleciano.

Después de las guerras mundiales se establecieron varias industrias de aluminio, textiles y producción de automóviles, pero al llegar las guerras yugoslavas, la ciudad se quedó sin mercados ni industrias, situación que de a poco se va recuperando.

Aunque es una ciudad moderna y para muchos la capital es de los más feas de Europa y no es un destino muy visitado por el turismo, es una de las más baratas y aun mantiene un ambiente tranquilo donde es posible conocerla a pie y donde no encontraras sitios con mucha gente, pero también posee en la Catedral de la Resurrección de Cristo a una de las catedrales ortodoxas más impresionantes de Europa, por lo que vale la pena visitar la ciudad aunque sea para conocer este templo que tiene 17 campanas, una de ellas pesa 11 toneladas y es la más grande de Los Balcanes. Si el exterior es bonito, el interior es espectacular, donde cada sitio está decorado sobre fondos dorados con suelo de mármol en distintas tonalidades.

Por su parte, en Stara Varos, el barrio más antiguo de Podgorica, se aprecian vestigios de su pasado turco otomano, con sus costumbres, su modo de vida y sus características orientales, con varios templos católicos, ortodoxos y musulmanes, que reflejan la gran diversidad étnica de Montenegro.

Uno de los símbolos más importantes na es la Torre del Reloj, construida en 1667 y uno de los pocos monumentos que quedaron en pie después de los bombardeos. La torre de 15 metros de altura fue utilizada, para señalar los tiempos de la oración musulmana. El elemento más destacado de su fachada es un gran reloj fijo que funcionó durante más de 250 años. 

Cerca de Podgorica está el Monasterio de Ostrog, cuya construcción del siglo XVII, está incrustada en la roca y es el principal centro de peregrinación ortodoxo. Después del Santo Sepulcro y del Monte Athos, Ostrog es el sitio más visitado no solo por peregrinos ortodoxos, sino también por católicos y musulmanes, donde residen las reliquias de San Basilio y como en la mayoría de las iglesias de Montenegro, la entrada es gratuita.

Pero queridos lectores hasta acá llegamos hoy.

Mañana salimos para Belgrado, capital de Serbia donde esperamos mostrarles lo más impactante que tiene ésta ciudad que durante tiempo sufrió ataques por parte de las fuerzas de la OTAN.

Pero esa es otra historia.

Los esperamos la próxima semana.



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