El Gobierno nacional aprobó una nueva Política de Inteligencia Nacional, el primer documento de esta naturaleza en dos décadas, que busca reorientar de forma estructural el Sistema de Inteligencia Nacional (SIN). La medida, anunciada por la Secretaría de Inteligencia de Estado (Side), apunta a revertir el "deterioro" institucional de las últimas décadas y "consolidar un Estado moderno, seguro, soberano y fundado en los valores de la libertad".
La reforma implica un giro en la capacidad estratégica del país. Se crean nuevos organismos y se establecen seis prioridades centrales que guiarán la labor de inteligencia, con un fuerte foco en las amenazas geopolíticas, la ciberseguridad y el crimen organizado transnacional.
🏛️ Reestructuración total: de la AFI a cuatro nuevos organismos
La nueva política surge de un diagnóstico oficial que señala un "deterioro profundo del SIN" a lo largo de más de tres décadas. Este declive, según el documento, se evidenció en episodios de alta gravedad institucional, como los atentados a la Embajada de Israel (1992) y a la AMIA (1994), y la muerte del fiscal Alberto Nisman.
Aunque la Ley 27.126 reemplazó la vieja SIDE por la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) con promesas de mayor transparencia, el informe indica que la entidad "terminó intervenida durante cuatro años por disfuncionalidades relevantes" y significó "un notorio retroceso institucional".
Para superar esta crisis, la reforma impulsa una reestructuración integral. Bajo la órbita de la Secretaría de Inteligencia, se crean cuatro organismos desconcentrados con el objetivo de dotar al sistema de mayor tecnificación y autonomía funcional:
Servicio de Inteligencia Argentino (SIA)
Agencia de Seguridad Nacional (ASN)
Agencia Federal de Ciberseguridad (AFC)
División de Asuntos Internos (DAI)
🎯 Las nuevas prioridades: Geopolítica, Ciberseguridad y Recursos Clave
La política actualizada fija una nueva agenda de trabajo para el SIN. El documento establece once lineamientos operativos y cinco intereses estratégicos nacionales, desde la protección de la República hasta la integridad territorial y la protección de recursos naturales.
Las seis prioridades centrales que orientarán la labor son:
Posicionar a la Argentina en el plano internacional.
Preservar la soberanía y la autonomía estratégica.
Proteger recursos e infraestructuras esenciales.
Prevenir y combatir terrorismo y crimen organizado.
Anticipar y contrarrestar amenazas en el ciberespacio.
Neutralizar actividades de inteligencia externa que afecten intereses nacionales.
🛰️ El foco en el Atlántico Sur y el Crimen Organizado
Entre los lineamientos operativos detallados, se destacan áreas que reflejan las nuevas dimensiones del conflicto global y las vulnerabilidades locales.
El monitoreo del Atlántico Sur, Malvinas y Antártida se vuelve prioritario. Se prestará "especial atención a la presencia extranjera y la expansión de infraestructuras de potencias extrarregionales" en zonas clave para la soberanía.
Además, la inteligencia se enfocará en la protección de recursos naturales clave como el litio, el gas no convencional y los acuíferos. Se intensificarán las tareas de ciberseguridad y desinformación, áreas consideradas críticas en el escenario digital.
Finalmente, el avance del crimen organizado es visto como una estructura con "capacidad de penetración institucional". Esta nueva política busca que la Argentina "recupere la función de inteligencia" para anticiparse a estos desafíos inéditos y proteger los intereses del país.
📝 ¡Gracias por tu lectura!
Tu feedback no solo mejora el contenido, sino que también inspira a otros lectores.
📝 ¡Gracias por tu lectura!
Tu feedback no solo mejora el contenido, sino que también inspira a otros lectores.