Esta semana se cumple el primer aniversario desde que Ailén Oggero, de 31 años, fue brutalmente asesinada a tiros en la puerta de su casa, ubicada en el barrio Belgrano. La víctima, que se desempeñaba como extraccionista en los laboratorios del Hospital Centenario, había denunciado anteriormente a su expareja por violencia de género. Desde el inicio, los allegados señalaron al sospechoso, Jonathan Omill, como el principal implicado en el crimen, agravado por sus estrechos vínculos con una red de narcocriminalidad.
Según se ha informado, Omill tenía domicilio en Funes, concretamente en la casa de Las Garzas 2253, inmueble que ha sido escenario de hechos violentos en el pasado. En 2020, en esa misma residencia, fue asesinado un hombre y, posteriormente, Brenda Pared, quien cumplía prisión domiciliaria tras ser condenada por narcotráfico, habitó el lugar. Pared es pareja de Alejandro Isaías "Chucky Monedita" Núñez, ambos imputados por los homicidios de tres trabajadores ocurridos en marzo de 2024.
Además, se han revelado conexiones adicionales en las que Omill se vincula estrechamente con Jésica "Fea" González, actualmente procesada en la Justicia federal por narcotráfico y en el fuero provincial por su presunta participación en la banda de René "Brujo" Ungaro. Se conoce que González es media hermana de Brenda Pared y fue expareja de Claudio "Morocho" Mansilla, recluso condenado a prisión perpetua por homicidios y con antecedentes en el narcotráfico. Mientras "Fea" González cumplía condena, algunos de sus hijos vivieron en la casa de Las Garzas al 2200, bajo el cuidado de su abuela, en un entorno que ha estado ligado a otras actividades delictivas.
El crimen se produjo el martes 18 de febrero, cuando Ailén Oggero fue acribillada en la puerta de su casa en Prusia al 6700, generándose de inmediato la hipótesis del femicidio. La existencia de denuncias previas por violencia de género y las amenazas de muerte y hostigamientos por parte de Omill consolidaron esta línea de investigación. Sin embargo, la situación se complica al considerarse que, según declaraciones del abogado Fernando Sirio, al momento del ataque el sospechoso se encontraba en su lugar de trabajo en una planta de Vicentín. Este argumento no descarta su posible participación, sino que abre la posibilidad de que el asesinato se haya ejecutado con el respaldo o las herramientas de la narcocriminalidad.
Fuentes cercanas a la investigación señalan que diversos elementos –como el arma utilizada, la mecánica del ataque, y los conocidos hostigamientos atribuidos a "Fea" González– sugieren que ciertos vínculos del sospechoso pudieron haber facilitado la comisión del homicidio. Omill quedó detenido el jueves pasado, dentro del plazo legal, en el marco de la causa por violencia de género. La fiscal Verónica Ballari le imputó delitos que incluyen violación de domicilio, amenazas simples reiteradas, privación ilegítima de la libertad agravada, lesiones leves dolosas agravadas por la relación de pareja y el contexto de género, además de hurto de vehículo y tenencia ilegítima de arma de guerra.
El entramado se complica aún más al considerar episodios delictivos ocurridos en la misma vivienda de Las Garzas al 2200. El 3 de diciembre de 2020, Marcelo Domingo San Miguel, de 56 años, fue asesinado a tiros en la cabeza. El robo de dos televisores, un teléfono celular y algunas plantas de marihuana inicialmente sugirió un homicidio motivado por un robo, aunque la ausencia de signos de forzamiento llamó la atención de los investigadores. Posteriormente, Brenda Pared, mientras cumplía prisión domiciliaria en ese lugar, fue imputada por su presunta participación en una serie de homicidios de marzo pasado. Para la Fiscalía, Pared actuó siguiendo las órdenes de "Chucky Monedita" Núñez para orquestar los asesinatos de los taxistas Diego Celentano y Héctor Figueroa, con el objetivo de amedrentar al gobierno provincial respecto a las restricciones impuestas a presos de alto perfil. Cabe destacar que dichos crímenes fueron cometidos por menores con un arma cargada con balas policiales.
En ese mismo entorno, los hijos de "Fea" González estuvieron bajo la custodia de su abuela. La acusada, condenada por vender drogas incluso estando en prisión domiciliaria, fue señalada además por la comercialización ilegal de números para organizar el ingreso de visitantes a la cárcel de Piñero, siendo considerada parte de una banda liderada por René "Brujo" Ungaro. Diversas fuentes han vuelto a ubicar a "Fea" González como una figura con vínculos estrechos al principal sospechoso del asesinato de Ailén Oggero.
La confluencia de elementos relacionados con la violencia de género y la infiltración del crimen organizado en este caso ha generado alarma y cuestionamientos sobre la eficacia de las medidas de protección y las investigaciones en entornos donde convergen diversas redes delictivas. Las autoridades continúan trabajando en la investigación, mientras familiares y allegados reclaman respuestas que aclaren la compleja red de conexiones que han marcado este trágico suceso.
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