Mario Roberto Segovia, conocido como “Rey de la Efedrina”, se encuentra nuevamente en el centro de la polémica judicial. A poco más de un año de cumplir una condena por un delito previo, el rosarino enfrenta ahora la posibilidad de 15 años de cárcel por liderar una banda que se dedicaba a importar partes de armas y explosivos, ensamblarlas y distribuirlas a grupos criminales en Rosario.
Durante la audiencia en el Tribunal Oral Federal 2 de La Plata, el titular de la Procuraduría de Narcocriminalidad, Diego Iglesias, describió con detalle la operatoria delictiva, que se extendió entre septiembre de 2016 y el 13 de julio de 2021. Iglesias señaló que Segovia dirigía la organización a través de su red familiar, ya que varios de sus parientes integraban la banda. Entre ellos se encuentran Hernán Jesús Segovia, ex policía y hermano del acusado, a quien se le solicitó “diez años de cárcel y una multa de 50 millones de pesos”; Gonzalo Rodrigo Ortega, cuñado, con una pena similar; Matías, hijo del sindicado, para quien se pidió “cinco años y medio de cárcel y una multa de 20 millones”; y Ezequiel Hernán Bergara, acusado de menor responsabilidad, con “cinco años de cárcel y una multa de 10 millones”.
Además de los cargos por asociación ilícita, los acusados enfrentan imputaciones por “contrabando de importación de un fusil semiautomático, tenencia de armas de fuego y materiales explosivos”, y por “fabricación ilegal de armas de fuego de manera habitual”. La investigación desveló, a partir del hallazgo de una tablet en el penal de Ezeiza en 2017, que la banda utilizó correos electrónicos hackeados de docentes formoseños para simular ser funcionarios estatales y establecer conexiones con empresas extranjeras que comercializaban armamento.
Durante la audiencia se presentaron audios en los que los miembros de la organización discutían sobre “escobas”, término en clave que utilizaban para referirse a fusiles, y se escuchó incluso un diálogo entre Segovia y un preso nigeriano en el que se trataba de la compra de fusiles AK47. La Fiscalía enfatizó que, de haberse prolongado esta operatoria, se habría desencadenado una verdadera “carrera armamentística” en Rosario, lo que habría agravado aún más la situación de seguridad en la ciudad.
El proceso contra Segovia y sus allegados avanza tras una serie de allanamientos y evidencias que vinculan a la organización con el tráfico de partes de armas, explosivos y dispositivos para fabricar explosivos. La próxima audiencia está prevista para el martes 18 de febrero a las 12:30, donde se continuará con la evaluación de las pruebas y el seguimiento del caso.
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