La frontera entre Estados Unidos y México se encuentra bajo tensión creciente, marcada por las políticas migratorias de Donald Trump, quien ha prometido deportar a 11 millones de migrantes, en su mayoría latinoamericanos. El paso fronterizo de El Chaparral, que une San Diego con Tijuana, ya ha sido testigo de las primeras repatriaciones de migrantes detenidos en centros de detención desde hace más de un mes. Aunque estas expulsiones no son parte de las nuevas medidas de Trump, en México se perciben como el preludio de una crisis mayor.
En Ciudad Juárez, autoridades locales preparan un campamento temporal para recibir a 2,500 deportados. “Son carpas que están siendo colocadas cerca de la frontera y esperamos que queden listas para este fin de semana”, explicó Enrique Serrano, coordinador del Consejo Estatal de Población.
Trump ha intensificado las medidas contra los migrantes, incluyendo redadas en escuelas e iglesias, previamente consideradas zonas protegidas, y ha enviado 1,500 soldados adicionales a la frontera sur. Esto, como parte de una “emergencia nacional” declarada para respaldar las deportaciones masivas.
El plan de contingencia de Claudia Sheinbaum
La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, enfrenta este desafío apenas cuatro meses después de asumir el cargo. Los mexicanos representan más de un tercio de los migrantes en riesgo de deportación, y sus remesas, que alcanzaron los 65,000 millones de dólares en 2024, son cruciales para la economía mexicana, aportando el 4% del PIB.
Migrantes son deportados por el cruce El Chaparral hacia México (Foto: REUTERS/Jorge Duenes)
“El reto de la presidenta Sheinbaum es no solo apoyar al mexicano, sino qué hará con el resto de los inmigrantes centroamericanos, haitianos, cubanos, venezolanos, etc. El gran reto no es solo atender a los connacionales, sino a los migrantes de otros países”, señaló Mauricio González, analista y director de El Medio Importa. Sin embargo, González advirtió que “no hay recursos para atender esa problemática”.
El gobierno de Sheinbaum ha delineado un plan integral que incluye:
- Red consular: Refuerzo de los 53 consulados en Estados Unidos, con 4,300 funcionarios capacitados, y el lanzamiento de la aplicación ConsulApp, que incluye un botón de pánico para notificar deportaciones inminentes.
- Recibimiento y refugio: Instalación de campamentos en los estados fronterizos de Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila y Nuevo León, dentro del programa oficial “México te abraza”.
- Asistencia social y documentación: Asesoramiento legal, acceso a la “Tarjeta de Bienestar Paisano” equivalente a 100 dólares, y ayudas en salud, educación y empleo.
- Repatriación: Acuerdos bilaterales para devolver a migrantes de otros países expulsados por Estados Unidos.
Sheinbaum se mostró confiada en llegar a acuerdos con Trump. “Queremos que sepan que estamos preparados, que estamos listos para dar apoyo a nuestros connacionales y tenemos certeza de que vamos a llegar a acuerdos con el gobierno del presidente Trump”, declaró.
Un problema humanitario
Además de los migrantes deportados, México enfrenta una crisis con los 300,000 inmigrantes de América Central, el Caribe y Sudamérica que permanecen varados en su territorio tras la cancelación de programas humanitarios en Estados Unidos. Muchos de ellos buscan ingresar de forma ilegal, enfrentando el riesgo de caer en manos de organizaciones criminales.
Una de las tantas caravanas de migrantes que atraviesan México (Foto: Cortesía/ Médicos Sin Fronteras)
Mientras tanto, una nueva caravana migrante partió del sur de México, destacando la magnitud de un problema que no tiene solución inmediata y que sigue poniendo a prueba la capacidad de respuesta del gobierno mexicano.
