Meta anunció importantes modificaciones en su enfoque de moderación de contenido, que comenzarán a aplicarse en los próximos meses. Entre las decisiones más controvertidas se encuentra la eliminación de la verificación profesional de hechos y una actualización de su normativa sobre discurso de odio, que permitirá ciertos tipos de expresiones previamente prohibidas, con efecto inmediato.
Por ejemplo, los usuarios podrán ahora referirse a “las mujeres como objetos domésticos o propiedad” y usar términos despectivos como “eso” para referirse a personas transgénero o no binarias. También se introdujo una nueva cláusula que autoriza “acusaciones de enfermedades mentales o anormalidades relacionadas con el género u orientación sexual” en debates políticos o religiosos sobre temas como el transgenerismo y la homosexualidad.
Antes de estos cambios, dichas expresiones eran eliminadas bajo la política de discurso de odio. Estos ajustes, reportados inicialmente por Wired, reflejan el impulso de la compañía por implementar la visión de su CEO, Mark Zuckerberg, quien promueve una mayor “libertad de expresión”.
Asimismo, Meta anunció la eliminación de su red de verificadores de hechos independientes en Estados Unidos, reemplazándola por un sistema basado en “notas comunitarias” aportadas por los usuarios. La empresa también ajustará sus algoritmos de monitoreo automático, enfocándolos en violaciones graves como la explotación infantil y el terrorismo. Aunque Zuckerberg admitió que esto podría reducir la detección de contenidos dañinos, prometió minimizar la eliminación accidental de publicaciones legítimas.
Estos cambios se enmarcan en un contexto político que sugiere un acercamiento de Meta a figuras republicanas, como Donald Trump. El presidente electo elogió las modificaciones en una rueda de prensa y atribuyó las medidas a sus previas amenazas contra Zuckerberg. Sin embargo, expertos en desinformación advirtieron que estas políticas podrían fomentar la propagación de discursos de odio y desinformación en las plataformas de Meta.
Entre otros ajustes, la compañía eliminó la prohibición sobre declaraciones que nieguen la existencia de ciertos grupos “protegidos” y permitió contenido que defienda “restricciones basadas en género para trabajos en el ámbito militar, policial y educativo”. Además, la política de “desinformación” fue modificada para reflejar la eliminación de la red de verificadores de hechos en Estados Unidos.
La polémica decisión ha generado amplias críticas y preocupaciones sobre el impacto que estas medidas tendrán en la convivencia digital y la protección de las comunidades vulnerables.