Los dos agentes del Servicio Penitenciario Provincial (SPP) imputados como partícipes primarios en el homicidio de Agustín de la Encina Capelletti aseguraron que solo cumplieron órdenes. Según su testimonio, un superior les indicó que debían “dejar libre el camino” a los autores materiales del crimen ocurrido el 13 de enero en la cárcel de Piñero.
Los efectivos, identificados como Gustavo R., de 26 años, y Julián A., de 25, permanecerán en prisión preventiva por el máximo de dos años, mientras avanza la investigación. La víctima, de la Encina Capelletti, tenía 26 años y antes de ser detenido trabajaba como broker de seguros y estudiaba derecho.
Un recluso con vínculos en el narcotráfico
El joven no era un preso común. Desde 2021 estaba detenido por una causa de venta de drogas y primero estuvo alojado en la Unidad Penitenciaria de Coronda. Según la Justicia, en julio de 2024 fue responsable del movimiento de un cargamento de cocaína valuado en 250 mil dólares con destino a Rosario.
En octubre de 2023, una investigación lo vinculó como instigador de un intento de asesinato ocurrido en marzo del mismo año. Una mujer recibió cuatro disparos, pero sobrevivió y lo relacionó con una red de narcotráfico. A raíz de estos hechos, fue trasladado a la Unidad Penitenciaria de Piñero, donde finalmente fue asesinado a puñaladas por un grupo de internos.
De la Encina era un narco muy particular: deportista, brocker y estudiante de derecho.
"Yo cumplí una orden"
La detención de los dos agentes penitenciarios fue el primer gran avance en la investigación del crimen. Durante la audiencia de imputación en el Centro de Justicia Penal, ambos dieron declaraciones impactantes.
Gustavo R. relató: "Cuando se va la visita y yo me estaba sacando el casco que usamos para que nos reconozcan los presos, veo que le están pegando a de la Encina. Ahí, él se mete en la jaula de seguridad, que estaba abierta. Y yo la cerré. A mí la orden de abrir esa puerta me la dio Hernán P., un superior mío. Yo cumplí una orden y si desobedecía podían sancionarme".
También sostuvo que un recluso de apellido González, delegado del Pabellón 6, "dio la orden para que otros cinco internos atacaran a de la Encina porque decían que había traicionado a la mafia".
Según su testimonio, Gustavo R. había cumplido una jornada de 24 horas el 12 de enero, pero le ordenaron quedarse otras 24 horas debido a la falta de personal. Fue asignado a la custodia del Pabellón 6 y la jaula de seguridad.
Un testimonio que complica a un superior
Por su parte, Julián A., en una declaración por Zoom, confirmó la acusación contra su superior. "Hernán P. me dijo ‘abrí que no pasa nada’ y después me pidió que no ponga nada en el libro de novedades. Y se lo llevó", aseguró el imputado.
La investigación sigue en marcha y las autoridades intentan determinar el grado de responsabilidad de los implicados, así como el posible encubrimiento dentro del sistema penitenciario.