La posible reinstauración del "cepo vehicular" en el microcentro rosarino, medida que tuvo vigencia hasta 2003, ha generado un fuerte rechazo por parte de los comerciantes locales. La iniciativa fue planteada por la edila pullarista Anahí Schibelbein, quien propuso reabrir el debate sobre las políticas de movilidad en la zona central de la ciudad.
En una reunión de emergencia organizada por la Asociación Empresaria de Rosario, los comerciantes expresaron su preocupación por el impacto negativo que podría tener esta medida en las ventas. “Si bien desde el sector promovemos proyectos que generen mayores espacios de peatonalización, entendemos que la posibilidad de ingresar con autos particulares al centro y estacionar es fundamental para sostener las ventas”, señalaron.
Impacto comercial negativo
Los comerciantes argumentan que las restricciones vehiculares afectarían gravemente las ya debilitadas ventas minoristas, las cuales en 2024 acumularon un descenso del 10 % respecto a 2023, con diez meses consecutivos de bajas interanuales. Solo en octubre y diciembre se registraron leves repuntes.
Además, recordaron que la flexibilización del tránsito en el microcentro a principios de los 2000 generó un impacto positivo en la actividad comercial, lo que valida su postura actual. “La circulación de vehículos particulares demostró ser necesaria para mantener el flujo de clientes y garantizar la viabilidad del comercio en esta zona”, enfatizaron.
Análisis del proyecto y alternativas
El informe del equipo de Schibelbein propone priorizar el transporte público y restringir gradualmente el ingreso de vehículos particulares al sector comercial, basándose en encuestas que reflejan la necesidad de mejorar el sistema de transporte urbano. Sin embargo, los comerciantes consideran que cualquier medida de este tipo debe ir acompañada de soluciones prácticas como:
- Incremento en la cantidad de playas de estacionamiento.
- Mejoras en la seguridad para garantizar el tránsito seguro en cualquier horario.
- Alternativas de transporte eficientes y accesibles para trabajadores, clientes y visitantes.
La Asociación Calle San Luis también manifestó su rechazo, alertando que imponer limitaciones al ingreso vehicular sin garantizar las condiciones mencionadas provocaría una desventaja insostenible para los negocios locales.
El debate sobre las restricciones al tránsito en el microcentro continúa, pero para los comerciantes, el acceso vehicular es “una pieza clave para la supervivencia del comercio y el movimiento económico de la ciudad”.