La baja rentabilidad de los cultivos en Argentina provocó una menor demanda de insumos, afectando financieramente a empresas clave del sector. En este contexto, Red Surcos, Los Grobo Agropecuaria y Agrofina admitieron su incapacidad para cumplir con obligaciones financieras significativas, reflejando el impacto de un mercado agroquímico en crisis.
Hace menos de un mes, Red Surcos informó a la Comisión Nacional de Valores (CNV) que no pudo saldar un pagaré bursátil de US$500.000. Posteriormente, comunicó que dejaría impagos compromisos que ascienden a US$3,5 millones y casi $10.000 millones, con vencimientos entre noviembre pasado y junio de 2025.
Este viernes, Los Grobo Agropecuaria y Agrofina, empresas estrechamente vinculadas, notificaron a las autoridades que no pagarán pagarés bursátiles por US$500.000 (US$100.000 de Los Grobo y $400 millones de Agrofina). Además, anunciaron la imposibilidad de afrontar compromisos de este tipo hasta el 31 de marzo de 2025, por un monto total estimado en US$10 millones.
Un mercado en retracción
La fuerte caída en la venta de agroquímicos durante este año, agravada por la sequía que afectó los planes agronómicos, redujo la dinámica del mercado de fitosanitarios. Desde Surcos, indicaron que un ambicioso plan de expansión resultó incompatible con esta caída en las ventas. Esta semana, tras una denuncia penal de la CNV por presunto engaño a inversores, Surcos ingresó en un Proceso Preventivo de Crisis. Según la empresa, este procedimiento permitirá "adecuar la estructura de recursos humanos para mitigar el impacto del agravamiento económico".
Por su parte, Los Grobo y Agrofina atribuyen su situación a "una iliquidez transitoria en un mercado con una retracción desafiante". Estas empresas, que forman parte de un grupo familiar controlado en un 90% por el fondo Victoria Partners, enfrentan vencimientos por US$10 millones en pagarés hasta marzo próximo.
Gustavo Grobocopatel, conocido como "el rey de la soja", mantiene el 10% restante de las acciones junto a su hermana Matilde, mientras el sector enfrenta una tormenta económica que pone en jaque a algunos de sus mayores actores.