Las economías regionales, fundamentales para el agro y la economía argentina, enfrentan múltiples desafíos: falta de rentabilidad, altos costos y escaso apoyo estatal. Estas dificultades se agravan cuando fenómenos climáticos extremos afectan la producción. Tal es el caso de Sergio Parra, un productor de tabaco de Cerrillos, Salta, que denunció en redes sociales las consecuencias de un temporal devastador.
Parra relató cómo el viento y el granizo destruyeron en minutos su cosecha: "En 5 minutos el viento y granizo se llevó la cosecha de tabaco y con ellas mis ganas de trabajar como burro y apostar. Me cansé de ver desastres, de sufrir, de llorar, y a las horas empujar más fuerte. Levantaremos lo que dejó y veremos", escribió en su cuenta de Twitter.
Pero la pérdida de su producción no es el único problema. Parra denunció la precariedad de la infraestructura en la zona: "No hay caminos y no va a haber porque desde el año pasado que algunos no sirven más. No hay luz hace 13 horas y las estufas que coseché se pudrieron enteras. No había señal de teléfono, no hay nada. Es tierra de nadie; lo único que hay es la cara de mis empleados asustados."
La situación económica de Parra también se encuentra al límite: "Yo llorando frente a las estufas sabiendo que para poder cosecharlas tuve que pedir plata a las empresas acopiadoras y ahora tampoco tengo para devolverla. Tampoco tengo cómo levantar lo poco que queda porque el anís no vale nada y la chía menos, nada se vendió."
Un grito de desesperación
El productor expuso la sensación de abandono que enfrenta junto a sus trabajadores: "¿Vendrá alguien a ver si estamos vivos? Nadie. Solo servimos para esquilmarnos." Además, señaló con dureza a Edesa, la empresa de electricidad, por no resolver el corte de luz: "¿Alguien le dirá algo a Edesa por la luz? Nadie. Que se cague el boludo que hoy debería al menos levantar la hoja que está en suelo y secarla."
Concluyó mostrando su agotamiento ante la falta de soluciones: "Estoy harto. Ahora están todos sentados afuera esperando que les diga cómo seguimos, y la verdad no tengo ni idea. No tengo ni plata, ni luz, ni caminos, ni ganas de seguir. Cerraría todo a la mierda." Finalmente, instó a las autoridades y a Edesa a asumir su responsabilidad: "A ver si alguien le muestra al gobierno y habla con los hijos de mil puta de Edesa. La excusa no es la tormenta, no tienen personal y les chupa un huevo."
Esta situación refleja la vulnerabilidad de los pequeños productores en el país, quienes, además de enfrentar fenómenos naturales, luchan contra la falta de apoyo estatal y de infraestructura adecuada.
