Milei llegó a Brasil para participar del G20: Fuente: G20 oficial.
Javier Milei juega a fondo. Muchos aciertos lo consolidan en el frente político interno, y ahora aspira a convertirse en "el segundo líder de la nueva derecha conservadora, detrás de Donald Trump."
El presidente siente que vive su mejor semana desde que asumió el 10 de diciembre pasado. En apenas unos días, ha logrado "dos aciertos y ninguna falla."
Avances en lo económico y judicial
El panorama económico sonríe al mandatario: el martes pasado, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) mostró un prometedor 2,7%, mientras que el Riesgo País cerró el viernes en 776 puntos, el nivel más bajo en cinco años. Además, la construcción creció 2,4%, la actividad industrial de las pymes subió 4% intermensual y el consumo frenó su caída.
En el ámbito judicial, la Cámara Federal de Casación Penal confirmó la condena a Cristina Kirchner, líder del PJ nacional y principal referente opositora, según Milei. Paralelamente, el gobierno anunció la eliminación de la jubilación de privilegio de la expresidenta. Milei refuerza su mensaje: "es él o el caos del pasado."
Crecimiento internacional
En el escenario global, Milei busca proyectarse como un referente de la derecha. Fue el único presidente invitado a la "Conferencia Política de Acción Conservadora" (CPAC), donde reafirmó su sintonía política con Donald Trump. En Estados Unidos, destacó por sus discursos en defensa de la libertad y sus intercambios con figuras como Elon Musk y Marco Rubio, secretario de Estado estadounidense, quien ya lo había elogiado anteriormente.
Ahora, en la cumbre del G20, Milei llega con una postura clara: considera que las políticas relacionadas con el cambio climático, la pobreza y la igualdad de género representan una agenda "woke y progresista, impulsada por el globalismo." Esta visión está alineada con el último libro de Agustín Laje, cercano al presidente.
Reuniones clave en el G20
Milei, que se reunirá mañana con Xi Jinping y Kristalina Georgieva, busca posicionar a Argentina como un país con liderazgo propio. Según su visión, dejó de ser un estado "mendicante" para convertirse en un actor clave del eje conservador liderado por Trump.