La comunidad Qom "L’mac na alhuá" del barrio Travesía denunció que en la noche del pasado miércoles, 20 efectivos de la Policía de Santa Fe, algunos pertenecientes a la comisaría 10ª y al Comando Radioeléctrico, ingresaron a un domicilio en la intersección de Juan José Paso y avenida Sabin, sin una orden judicial. Durante el operativo, según la denuncia, los policías agredieron físicamente a los presentes y detuvieron a ocho jóvenes, entre ellos cinco menores de edad. También resultó golpeada una mujer embarazada. Tres de los detenidos continúan bajo arresto, aguardando una audiencia imputativa. El procedimiento policial fue justificado por una persecución tras el supuesto robo de un celular y una campera.
Liliana Galeano, presidenta de la comunidad, relató lo ocurrido. Según Galeano, la policía ingresó a la casa de su hijo de 19 años mientras él y su pareja cenaban. “En el momento que mi nuera me llama, voy a la casa de mi hijo. Había 20 policías adentro. Les pedí si tenían una orden, pero no me respondían. Me decían: «Ustedes tampoco tienen papeles de esta casa».”, contó. Galeano agregó que la policía se burlaba de ellos, llamándolos "negros" y "tobas". Su hija intentó filmar la situación mientras golpeaban a un menor, pero los policías le torcieron la muñeca y le exigieron la contraseña de su teléfono para borrar las grabaciones. “Nosotros le decíamos que no habíamos hecho nada, que simplemente estábamos grabando lo que ellos hacían: un abuso de autoridad”, afirmó.
Tras el operativo, los jóvenes, de entre 13 y 23 años, fueron trasladados a la comisaría 10ª. Sin embargo, la comunidad denuncia que demoraron dos horas en llegar, a pesar de que la distancia entre la casa y la comisaría es de solo cinco cuadras. Los menores fueron liberados el jueves, pero regresaron con signos de haber sido golpeados, y uno de ellos tuvo que ser atendido en el Centro de Salud N° 47 Comunidad Qom por fiebre.
Galeano expresó su frustración: “Sentimos mucha tristeza y bronca por la discriminación que sufrimos. Fue un momento de pánico. Borraron todos los videos que habíamos hecho de la violencia que estaban cometiendo.” La presidenta de la comunidad también señaló que esta no es la primera vez que sufren este tipo de agresiones, que se han repetido durante los últimos cinco meses. “Es un verdadero atropello de la Policía lo que sufrimos.”
La comunidad Qom está compuesta por unas 500 familias que se sustentan con trabajos de albañilería y cartoneo, y algunos jóvenes participan en talleres del programa "Nueva Oportunidad", que depende del Estado provincial. Galeano destaca que, en el contexto de pobreza actual, la persecución policial complica aún más la posibilidad de salir a trabajar. Además, recordó que en julio pasado la misma comunidad fue desalojada cuando intentaba montar una feria en la zona.
Por su parte, fuentes policiales afirmaron que el operativo fue parte de una persecución de seis hombres sospechosos de haber cometido un robo en la vía pública. Según el parte oficial, los agentes secuestraron un celular, una campera y algunas tarjetas, y detuvieron a ocho personas. Sin embargo, Galeano cuestiona la veracidad de las acusaciones: “Teníamos todo grabado. Les dijimos que los chicos no estaban haciendo nada, que no eran a quienes estaban persiguiendo.”
La líder comunitaria concluyó: “Estamos cansados de la impunidad de la Policía. No sabemos adónde acudir ante tanta violencia. Sabemos quiénes roban y quiénes venden, y la Policía también lo sabe. Esto tiene que parar.”
Los hechos de violencia policial y discriminación que denuncian los Qom reflejan una situación alarmante que exige una pronta respuesta de las autoridades para garantizar los derechos de esta comunidad históricamente vulnerable.