La Unión Cívica Radical (UCR) suspendió este lunes a cuatro de sus diputados que apoyaron el veto del presidente Javier Milei a la reforma jubilatoria, que incluía un aumento de haberes previamente aprobado por el Congreso. El proyecto había sido impulsado por el propio radicalismo.
Los legisladores sancionados son Mariano Campero, Martín Arjol, Luis Picat y Pablo Cervi, quienes fueron apartados del bloque radical hasta que el Tribunal de Ética del partido determine su situación definitiva. El cambio en su voto ocurrió luego de que se reunieran con Milei horas antes de la sesión en la Cámara de Diputados. Además, se investiga la conducta de Roxana Reyes y Gerardo Cipollini, quienes se ausentaron de la votación.
José Tournier, también presente en la reunión con el presidente, no fue sancionado ya que, aunque forma parte del bloque, no está afiliado a la UCR.
La controversia desató duras críticas internas. "No son dueños del partido", afirmó Cantero, uno de los diputados sancionados, en referencia al senador Martín Lousteau. En redes sociales, el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, también criticó la decisión: "La política de mayorías populares no es para sectas", argumentó.
La medida tomada por la UCR se sustenta en el artículo 53 de su carta orgánica, que faculta a la mesa directiva de la Convención Nacional a suspender afiliados que lesionen la dignidad del partido. El Tribunal de Ética evaluará ahora las acciones de los diputados sancionados y decidirá si serán expulsados.
La Convención Nacional de la UCR, tras un extenso debate, emitió un comunicado en el que explicaba las razones de la suspensión y la denuncia presentada al Tribunal de Ética contra Picat, Campero, Cervi, Arjol, Reyes y Cipollini. Además, se convocó a una mesa de diálogo entre los principales dirigentes del partido, con el objetivo de unificar criterios en futuras votaciones y evitar divisiones como las ocurridas.
El apoyo de estos diputados al veto presidencial generó una fuerte controversia, no solo dentro de la UCR sino también en la política nacional. El veto fue crucial para el oficialismo, que logró sostener la medida gracias a los votos de bloques aliados y de estos cinco legisladores radicales, lo que ha generado malestar entre los sectores más tradicionales del partido.
Mariano Campero fue uno de los más críticos con la suspensión. A través de su cuenta en X, expresó: "Ratifico que pocas veces actué con tanta convicción como cuando decidí blindar el equilibrio fiscal de este Gobierno", defendiendo su postura y subrayando la importancia de dejar gobernar al Ejecutivo actual.
La sanción marca un punto de inflexión dentro del radicalismo. Según Gastón Manes, presidente de la Convención Nacional, "es un punto de inflexión en la historia reciente del radicalismo", anticipando que este tipo de divisiones ya no serán toleradas dentro del partido.
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