Toyota, una de las marcas más importantes en el mercado argentino, ha comenzado a sentir el impacto de la crisis económica del país. Tras haber promocionado fuertemente «la baja de precios» gracias a la reducción del Impuesto País anunciada por el Gobierno, la empresa automotriz se vio obligada a frenar sus actividades en la planta de Zárate durante dos días consecutivos.
En un comunicado interno, la firma explicó la situación: «Por inconvenientes en el flujo de abastecimiento de partes, nos vemos en la obligación de cancelar los siguientes turnos de producción». La suspensión afectó tanto al turno noche del martes como al turno mañana del miércoles. Este tipo de medidas son generalmente evitadas para mantener la continuidad productiva, pero las circunstancias actuales forzaron la decisión. Además, se aclaró que las horas de producción perdidas serán compensadas en el futuro como «horas crédito».
Presiones internas y rumores de recortes
Fuentes cercanas a la automotriz confirmaron que no solo hay dificultades en el suministro, sino también una creciente presión sobre los mandos medios para que acepten planes de retiro «voluntario». Esta medida podría extenderse hacia fines de año con una nueva ola de retiros, esta vez dirigida a empleados bajo los convenios colectivos de SMATA y ASIMRA.
Mientras tanto, circulan rumores de que Toyota estaría evaluando reducir su producción a solo dos turnos a partir de enero, lo que implicaría un ajuste considerable en su operativa. Esto contrasta con el acuerdo alcanzado en 2023, cuando la empresa pactó con los sindicatos la implementación de un tercer turno de producción, extendiendo sus actividades durante 24 horas de lunes a viernes.
«Se podría volver a los dos turnos de producción en enero. Eso es lo que se rumorea», señaló una fuente empresarial cercana a la situación.
Antecedentes de ajustes en Toyota
La posibilidad de recortes en la producción y el personal no es nueva. En marzo de 2024, InfoGremiales había reportado en exclusiva el primer plan de retiros voluntarios de Toyota, en un proceso que apuntaba a eliminar 400 puestos de trabajo. Esta medida se debió a una caída en las estimaciones de ventas, que pasaron de 180.000 a 160.000 unidades.
Antes de llegar a estos recortes, la automotriz ya había implementado ajustes menores, como la reducción de horas extra y la programación de paradas de producción los días lunes. Ahora, con la crisis en aumento y las dificultades para obtener partes esenciales, Toyota podría enfrentarse a un escenario aún más complicado en el futuro cercano.