Más de 300 empleados textiles fueron despedidos en La Rioja y Catamarca debido a la caída de ventas provocada por la fuerte recesión. Hasta ahora, tres plantas fabriles han cerrado.
La crisis afecta a Textilcom, una compañía que había abierto dos filiales en estas provincias hace dos años, y a AlpaCladd, que empleaba 45 personas en La Rioja. Textilcom, con sede principal en Villa Soldati, Buenos Aires, producía indumentaria para grandes marcas como Grisino, Cristóbal Colón y Cheeky, realizando tareas de diseño, moldería, confección, estampado, bordado, apliques y terminación.
En La Rioja y Catamarca, los empleados fueron informados sorpresivamente de descansos de 48 horas para lunes y martes, lo que generó dudas. Los operarios montaron guardias frente a las plantas, que ya venían con atrasos en los pagos de sueldos. El gremio y las secretarías de Trabajo de ambas provincias tuvieron que mediar.
En La Rioja, donde hubo 143 despidos, un delegado provincial del Sindicato de Obreros de la Industria del Vestido y Afines (SOIVA) denunció un intento de extracción de máquinas y materiales. En Catamarca, la toma de la fábrica por parte de los 124 despedidos persiste, con guardias nocturnas y vigilancia policial. La firma estaba pagando en cuotas el sueldo de abril, con haberes de cerca de $420.000.
La Dirección de Inspección Laboral (DIL) de Catamarca labró las actas del cierre, documentación clave para que los gremios textil y del vestido exijan el pago de los salarios caídos y el 100% de las indemnizaciones.
Según un relevamiento de la Fundación Protejer, el 87% de las empresas del sector textil registró en el primer bimestre de este año una caída de ventas del 35%. Esta disminución de ventas está acompañada por un aumento de precios. En los primeros tres meses del año, el rubro acumuló un incremento del 33%, mientras que en marzo subió 11%. En 2023, la ropa subió un 169%, contra una inflación del 210%, y en 2022 creció un 120,8% contra una suba general del 94,8%.
Más del 70% de las empresas han disminuido la producción de forma interanual, atribuyendo esta dinámica a la pérdida del poder adquisitivo de la población.
