La “ley Pasta Base”: un análisis estudia el proyecto oficial como punto de partida para el fin de la industria argentina

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La Argentina se encuentra al borde de un cambio profundo, ¿irreversible? en su estructura productiva, con claros ganadores y perdedores en el horizonte. Los primeros, grandes conglomerados económicos internacionales, mientras que los perdedores serán en su mayoría empresas nacionales, principalmente pequeñas y medianas, las cuales también son las principales generadoras de empleo en el país. Esto es lo que sugiere un informe del Centro de Economía Política Argentina (Cepa), que ha realizado un análisis del capítulo referente al Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones contenido en el proyecto de ley denominado "Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos", que ha obtenido la aprobación parcial en la Cámara de Diputados y se encuentra bajo debate en el Senado, impulsado por la presión del Poder Ejecutivo.

El análisis señala que el gobierno de Javier Milei ha optado por abandonar las políticas de promoción industrial que tradicionalmente han sido respaldadas por el Estado argentino. A través del DNU 70/2023 y diversas medidas implementadas por los sectores de Producción, Comercio Exterior e Interior, se han desmantelado en pocos meses los mecanismos de protección e incentivo a la industria nacional. Según el Cepa, el aspecto más preocupante es el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones.

El informe recuerda que la industria manufacturera nacional representa el 20% del empleo privado registrado, con salarios que superan en un 15% la media y niveles de formalidad laboral más elevados que otros sectores económicos. Además, esta industria es responsable de la mitad de la inversión privada en investigación y desarrollo, lo que la convierte en el principal motor de innovación del país.

Sin embargo, las políticas de la administración actual han contribuido a reducir el poder adquisitivo de la población y, por consiguiente, la demanda interna. Aumentos en los precios de los combustibles y la energía, desvinculados de los costos de producción, han llevado a una contracción del mercado interno y han impactado negativamente en diversos sectores industriales, según el Cepa.

La respuesta bajo tierra

El trabajo del Cepa resalta que la principal apuesta del presidente Milei es el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones, elemento central del proyecto de ley "Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos". Se destaca que este régimen está abierto tanto a empresas locales como extranjeras que presenten proyectos de inversión de 200 millones de dólares o más, hasta 900 millones de dólares, en un plazo de dos años, con posibilidad de prórroga por uno adicional. Además, para calificar, el beneficiario debe alcanzar al menos el 40% de la inversión total cada año y comprometerse con inversiones a largo plazo.

Aunque se trata de inversiones a gran escala, fuera del alcance de la mayoría de las pequeñas y medianas empresas nacionales, las contraprestaciones son significativas. Los beneficios incluyen reducción de impuestos sobre ganancias, crédito fiscal de IVA, exención de diversas tasas e impuestos, así como estabilidad fiscal durante 30 años después de la adhesión al régimen. Además, se ofrecen incentivos cambiarios, como la eliminación del requisito de liquidar dólares en el mercado local después del tercer año de adhesión al régimen, y la posibilidad de resolver conflictos con el Estado a través del Ciadi, un organismo del Banco Mundial.

El análisis del Cepa enfatiza que estos beneficios se otorgan sin ninguna contrapartida, como priorización de sectores estratégicos, preferencia por el capital nacional o requisitos de venta en el mercado interno. En resumen, el objetivo principal parece ser atraer dólares en el corto plazo para liberar el cepo cambiario y permitir la repatriación de activos financieros, en lugar de sentar las bases para un desarrollo sostenible o una agenda de desarrollo nacional.

A contramano del planeta

El análisis del Cepa destaca las discrepancias entre las políticas del gobierno actual y las adoptadas en otros países, incluyendo Estados Unidos, Europa, Corea del Sur, Australia, India y Brasil. Mientras que Estados Unidos y la Unión Europea están implementando políticas para fortalecer sus industrias y preservar empleos, el gobierno argentino parece favorecer el libre mercado y la competencia global sin considerar las diferencias de competitividad entre las empresas nacionales y las multinacionales.

El Cepa sugiere que el gobierno carece de un plan productivo para el país y que su enfoque económico tiene similitudes con el Consenso de Washington, un paradigma económico promovido por los organismos multilaterales de crédito en los años 80. A diferencia de otros países que están invirtiendo en tecnologías avanzadas y políticas industriales agresivas, el gobierno argentino parece centrarse en atraer inversiones extranjeras sin un plan claro para el desarrollo industrial nacional.

En un momento en que el mundo está reconfigurando sus políticas industriales para proteger sus industrias y empleos, la Argentina parece estar adoptando un enfoque opuesto, basado en la apertura económica y la competencia global desregulada. Esta divergencia con las tendencias globales podría tener graves consecuencias para la industria nacional y el empleo en el país.

La Patria está afuera

El Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones, parte fundamental del proyecto de ley "Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos", representa una oportunidad significativa para atraer inversiones extranjeras al país. Sin embargo, según el análisis del Cepa, este régimen carece de contrapartidas significativas para promover el desarrollo industrial y proteger a los productores locales. En lugar de priorizar sectores estratégicos o fomentar la inversión nacional, parece centrarse únicamente en atraer dólares extranjeros a corto plazo.

A medida que el mundo se reconfigura con políticas industriales proteccionistas y en medio de una creciente competencia global, la Argentina parece alejarse de estas tendencias y adoptar un enfoque opuesto, basado en la apertura económica y la competencia desregulada. Esta divergencia con las tendencias globales podría tener graves consecuencias para la industria nacional y el empleo en el país.

El análisis del Cepa destaca las diferencias entre las políticas del gobierno argentino y las de otros países, como Estados Unidos, la Unión Europea, Corea del Sur, Australia, India y Brasil. Mientras que estos países están implementando políticas para fortalecer sus industrias y preservar empleos, el gobierno argentino parece favorecer el libre mercado y la competencia global sin considerar las diferencias de competitividad entre las empresas nacionales y las multinacionales.

Además, “entre los beneficios cambiarios se encuentra la eliminación de la exigencia a liquidar

dólares producidos por sus exportaciones en el mercado de cambios de Argentina, a partir del tercer año desde la fecha de adhesión al RIGI”; da la oportunidad a los beneficiarios de “optar por dirimir los conflictos con el Estado en el Ciadi”, el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones, una institución del Banco Mundial con sede en Washington; los balances o estados contables pueden ser presentados en dólares, “algo nunca visto en Argentina, que se rige por el Código Civil y Comercial que establece balances en la moneda de curso legal”.

“Adicionalmente, cuenta con 30 años siguientes de estabilidad fiscal desde la fecha de adhesión al Régimen”.

El RIGI, marca el Cepa, también “permite computar como proyectos, con iguales beneficios, la compra de acciones hasta 15%”.

¿Qué implican todos esos beneficios y hacia qué sectores apuntan? El análisis del Cepa es categórico: “Nada a cambio. No hay priorización de sectores, preferencia por capital nacional, exigencia de venta de producción en mercado local o requisito de contenido de industria nacional”. Y resume: “El único objetivo es la entrada de dólares frescos en un corto plazo con la intención de liberar el cepo cambiario y permitir exteriorizar activos capitalizados en el mercado financiero, más que sentar las bases de un nuevo patrón de desarrollo o agenda de desarrollo para el país”.

Gentileza el ciudadano web - Guillermo Correa

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