Este año tuvimos la oportunidad de volver a Europa y viajamos a países del norte del continente, donde frio y la lluvia primaveral nos esperaba. Vení con nosotros que llega una serie de notas sobre Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo.
Y aquí vamos otra vez
En esta oportunidad nos decidimos por algo tranquilo y fuimos hasta los Países Bajos
- ¿Ah fueron a Holanda?
- Bueno si, pero no. Holanda es una de las provincias del Reino de los Países Bajos.
- ¿Y a los que viven ahí les llaman paisbajense o paísbajeños?
- Pues no. Les llaman neerlandeses, ya que el idioma que habla es el neerlandés. Esto tiene sentido si tenemos en cuenta que, en su idioma Países Bajos se dice “Netherland”.
- ¿Y entonces que es el Reino de los Países Bajos?
- El Reino está formado por Los Países Bajos y las islas caribeñas de Aruba, Curazao, Saint Maarten (ésta última mitad francesa y mitad holandesa).
- ¿Y Holanda?
- Es una de las provincias y tal vez la más poblada, rica y prospera del país, por eso se la confunde con el país. Pero eso es muy común que la gente se confunda y cuando dice “Holanda” en realidad quiere decir “Países Bajos”.
Historia de los Países Bajos
Los holandeses fueron potencia naviera alrededor del 1600. A tal punto que llegaron a América y nombraron Nueva Ámsterdam lo que desde hace siglos es Nueva York. De hecho el barrio Nieuw Harlem de esa ciudad, toma el nombre del barrio Haarlem en Ámsterdam. Pero también llegaron a Nueva Zelanda y la bautizaron como una de sus provincias. O sea, los sitios que durante siglos tuvieron un nombre, en otros continentes tuvieron trascendencia pero le agregaban la palabra “Nueva”.
Considerando la tranquilidad que reina hoy en Países Bajos, cuesta creer que tuvo un pasado tormentoso. La codicia y la guerra ocuparon un sitio privilegiado en la historia neerlandesa. Y esta historia la muestra como un territorio que sufrió muchas invasiones por tierra y por mar, pero a pesar de ello surgió una sociedad con confianza arraigada en derechos humanos, tolerancia y sobre todo consenso.
Los romanos, con Julio Cesar a la cabeza, conquistaron en el 59 a.C. una ancha región a orillas del Rin y sus afluentes y las tribus celtas y germánicas se sometieron al dominio de César y Utrecht se convirtió en avanza del Imperio.
Al declinar el imperio romano, llegaron los francos y para fines del siglo VIII, durante el dominio de Carlomagno, ya habían conquistado la región y sometido a parte de Europa con evangelizarla por la fuerza. Carlomagno estableció un gobierno de terror para lograr su objetivo, pero los métodos no funcionaron como esperaba. Los frailes se opusieron a esa forma de adoctrinamiento y fueron desterrados, entre ellos estaba Ludgero. Pero como los métodos seguían sin funcionar como lo esperaban, Carlomagno hace llamar a Ludgero para que evangelice con sus propios métodos. Para sorpresa de Carlomagno, los frailes lograron miles de conversiones, Ludgero se convirtió en obispo de Utrecht, pero también ganaron muchos enemigos. El santo fue un rebelde y con ese acto le mostró a Carlomagno, quien tenía razón. Fue un acto de rebelión.
Luego llegaron los vikingos que remontaron los ríos, dedicándose al saqueo y por eso se levantaron poblaciones fortificadas y se establecieron gobiernos y leyes propias, hasta que llegó Felipe de Borgoña (Felipe El Hermoso), príncipe de los Países Bajos y duque de Brabante, Limburgo, Luxemburgo, Flandes, Holanda, Zelanda, Amberes, quien unificó a los señores feudales y trajo estabilidad a la región de dónde provenía su esposa, Juana.
Para el siglo XV inició los Países Bajos se convirtieron en expertos constructores navales para apoyar el comercio y los mercaderes hicieron fortuna vendiendo artículos de lujo como tapices, ropa suntuosa y pinturas, además de arenques salados y cerveza.
Con el transcurrir del tiempo y el cambio de rey, el conflicto por la independencia de los Países Bajos, sumado a la reforma protestante de Martín Lutero, ya era inevitable.
El nuevo rey, Felipe II, gran defensor de la Inquisición, cargó contra los protestantes y la situación se volvió crítica en 1566 cuando estos se lanzaron a destruir obras de arte y símbolos religiosos de las iglesias católicas. Felipe II entró en acción y envió un ejército de 10.000 hombres para reprimir a los rebeldes, matando a miles. Así empezó la guerra de independencia de los Países Bajos, que duró 80 años.
Para luchar contra Felipe II, el príncipe Guillermo I príncipe de Orange, un caudillo que siempre se mostró en contra de la Corona Española, contrató a piratas ingleses para combatir por la causa. Estos mercenarios remontaron ríos y arrebataron ciudades a las tropas españolas y de a poco ganaron posición. Y mientras las provincias norteñas formaron la alianza anti española, Unión de Utrecht, dando origen a la nación actual. Las provincias sureñas negociaban con España y con el tiempo se transformaría en Bélgica.
En 1648, España reconoció la independencia de las Provincias Unidas, con la firma del Tratado de Westfalia, dando por terminada la Guerra de los Ochenta Años.
Todo en Europa fue turbulento durante esos siglos y la ciudad de Ámsterdam no fue la excepción a pesar de mantener una notable habilidad para el comercio y la navegación. Incluso durante la guerra, a los españoles no les quedó más remedio que utilizar barcos neerlandeses para transportar grano. A ésta época de prosperidad económica y cultural se la llamó Edad de Oro, que alumbró obras maestras del arte y la arquitectura.
También nació la tolerancia religiosa y se abrió la libertad de culto, algo raro en la Europa de la época. El calvinismo era la religión oficial, pero protestantes, judíos y católicos podían practicar su fe. Sin embargo y como herencia de los conflictos contra España, los católicos se vieron obligados a celebrar oficios privados, originando iglesias clandestinas.
Pero, con la necesidad más riquezas, los Países Bajos decidieron ensanchar fronteras y se convirtieron en colonizadores, fundando la flota mercante conocida como Compañía Holandesa de las Indias Orientales, que monopolizó las principales rutas marítimas y comerciales al este del Cabo de Buena Esperanza en África y al oeste del Estrecho de Magallanes en América del Sur, convirtiéndose en la mayor casa de comercio del siglo XVII, casi tan poderosa como un estado soberano y con la facultad de reclutar su propio ejército y establecer colonias.
Su hermana, la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales, comerciaba con África y América y estaba con la trata de esclavos. Los marineros que trabajaban para ambas compañías descubrieron tierras como parte de Australia, Nueva Zelanda, Malasia, Sri Lanka e Isla Mauricio. Tal es así que el explorador inglés Henry Hudson desembarcó en la isla de Manhattan en 1609 buscando el paso del noroeste y los colonos neerlandeses la llamaron Nueva Ámsterdam. Como dijimos antes, la actual Nueva York.
Pero las conquistas no serían gratuitas y el conflicto con potencias vecinas, debido al poderío neerlandés, era inminente y le declararon la guerra a una vieja amiga: Inglaterra. Ambos cerraron alianzas con España, Francia y Suecia en su intento de obtener ventaja.
Así los neerlandeses cedieron Nueva Ámsterdam a los ingleses a cambio de Surinam en América del Sur y el control absoluto de las islas de las Especias en Indonesia.
Aprovechando que los neerlandeses estaban concentrados en la conquista marina, los franceses aprovecharon para atacar por tierra y así los ingleses se convertirían en amos de las rutas comerciales y en administradores de la riqueza que generaban. Las Indias Orientales se declararon independientes en 1945 y tras cuatro años de negociaciones, la independencia de Indonesia fue reconocida a finales de 1949. Surinam se independizó en 1975 y en el Caribe, las Antillas Neerlandesas se disolvieron como estado autónomo en el 2010, pero ninguna cortó los lazos con la metrópoli.
Aquella guerra con Francia, supuso la perdición de los neerlandeses en el siglo XVIII, dando por terminada la Edad de Oro, cuando Napoleón Bonaparte impone en el Reino de Holanda a su hermano Luis en 1806. La fallida invasión de Napoleón a Rusia permitió a los neerlandeses instituir una monarquía. Eso alienta al príncipe Guillermo I para ser nombrado príncipe soberano de los Países Bajos en, fundándose la dinastía que perdura hasta hoy y además en esos tiempos ya se concreta la separación de Bélgica y Países Bajos ya que no tenían ya nada en común, ni la religión, ni el idioma ni mucho menos la forma de ganar dinero.
El país no entró en la Primera Guerra Mundial, pero comerció con ambos bandos, alentando programas sociales centrados en la pobreza, derechos de las mujeres y los niños y la educación. Convirtiendo a Róterdam en uno de los puertos más importantes de Europa.
Quisieron mantener la neutralidad durante la Segunda Guerra Mundial, pero en mayo de 1940 los nazis invadieron el país, arrasando con el centro de Róterdam en un ataque aéreo que pretendía forzar a los neerlandeses a rendirse. Y lo lograron.
La reina Guillermina, que fue clave para mantener la neutralidad neerlandesa durante la Primera Guerra Mundial, protestó contra Alemania y escapó con su familia a Inglaterra desde donde dirigía mensajes radiofónicos de aliento a sus súbditos a través de la BBC y Radio Orange. Los alemanes pusieron la industria y la agricultura neerlandesas al servicio del ejército nazi y el país sufrió privaciones. La resistencia neerlandesa fue pasiva y solo cobró fuerza cuando miles de neerlandeses fueron trasladados a Alemania y obligados a trabajar en fábricas nazis. Pero un destino peor aguardaba a los judíos de los Países Bajos. Los alemanes despojaron al país de gran parte de sus provisiones y recursos naturales y al final sobrevino la hambruna. La gente se vio obligada a comer bulbos de tulipanes para subsistir. Las tropas canadienses liberaron el país en mayo de 1945. Después de la guerra, los Países Bajos estaban económica y políticamente destrozados. 66.000 personas fueron declaradas culpables de colaborar con los nazis y 900 fueron condenados a muerte. Pero el número de colaboracionistas era superior. Muchos de ellos (como quienes delataron a Ana Frank y su familia) jamás enfrentaron a la justicia.
El Diario de Ana Frank
Annelies Marie Frank fue una niña alemana judía, víctima del Holocausto, que se volvió famosa por haber llevado un diario de sus experiencias. Ana y su familia se ocultaron dos años para evitar la persecución nazi. Lo que Ana documentó en su famoso libro.
Cuando los nazis llegaron al poder en 1933, Otto Frank huyó a Ámsterdam donde tenía contactos comerciales. Pero el destino familiar y de los judíos de Países Bajos quedó marcado por la ocupación alemana de Ámsterdam en mayo de 1940. Así comenzaron a deportarlos al Campo de Westerbrok. Ese campo tuvo como objetivo principal reunir y mantener a judíos y gitanos que después serían transportados a Auschwitz – Birkenau, Bergen-Belsen y Sobibor.
Por esta invasión y persecución, la familia Frank decidió esconderse en un departamento oculto detrás de las oficinas comerciales donde Otto Frank trabajó como director de una empresa, en la calle Prinsengracht 263. Se le unieron cuatro personas más y lograron vivir ahí durante dos años. En total eran unos 50 metros cuadrados. Delante de las oficinas había un pasillo, en el cual, oculta tras una estantería de libros, una puerta se abría hacia una escalera empinada que llevaba a la casa trasera. Durante el tiempo que estuvieron escondidos, Ana relató en su diario acerca de sus temores, esperanzas y experiencias. A la vez que amigos de su padre les llevaban suministros a escondidas durante ese tiempo.
El 4 de agosto de 1944, las SS alemanas descubren el escondite (algunos dicen por casualidad y otros afirman que fueron denunciados), mientras investigaban informes de que en esa casa se hacían trabajos ilegales y se cometían fraudes con cupones de racionamiento.
La Gestapo envió a los prisioneros a Westerbrok. Un campo de tránsito por el que hasta ese momento habían pasado 100.000 judíos. Una vez allí, los ocho escondidos fueron calificados como criminales por no acatar la orden de presentarse voluntariamente a trabajos forzados y haberse escondido.
Al mes siguiente fueron a Auschwitz-Birkenau. Fue el último transporte de Westerbrok a Auschwitz. Dos días después, el tren llegó a Auschwitz con 1.019 judíos a bordo. Ahí separaron los varones de las mujeres y fueron seleccionados para trabajos forzados. Al igual que todos los judíos seleccionados para trabajar, Ana, su hermana Margot y su madre Edith, fueron tatuadas con números de prisioneras. Durante el día empleaban a las mujeres en realizar trabajos forzados y por la noche las hacinaban en barracones. Las enfermedades se propagaban velozmente y en poco tiempo Ana terminó con la piel cubierta de costras.
Tiempo después Ana y Margot fueron enviadas al campo de concentración de Bergen-Belsen, al norte de Alemania, a fines de octubre de 1944.
La madre de Ana, murió en Auschwitz a principios de enero de 1945, mientras que las hermanas morirían de tifus entre febrero y marzo de 1945. Ana Frank murió a la edad de 15 años. Margot Frank tenía 19 años. Las tropas aliadas liberaron Berger-Belsen en abril de 1945, días después de la muerte de las hermanas Frank.
Solo Otto, padre de Ana, sobrevivió a la guerra. Las fuerzas soviéticas lo liberaron de Auschwitz el 27 de enero de 1945. Fue informado del fallecimiento de su esposa y del traslado de sus hijas a Bergen-Belsen, quedando con la esperanza de que lograran sobrevivir. En julio de 1945 la Cruz Roja le informó de la muerte de sus hijas
Posteriormente, a Otto le entregaron los escritos de Ana que había conservado Miep Gies, una de las ciudadanas holandesas que ayudó a ocultar a la familia Frank. Tras leerlo, Otto comentó no haberse dado cuenta de cómo Ana pudo mantener registros tan exactos de su estadía juntos. Tratando de cumplir de manera póstuma el deseo de Ana de convertirse en escritora, decidió intentar publicarlo. Al preguntar años después, respondió: “Nunca supe que mi pequeña Ana era tan profunda”.
En 1947, Otto Frank contribuyó a la publicación del diario de su hija bajo el título “La Casa de Atrás” Otto Frank moriría en 1980 a la edad de 91 años.
La casa donde se ocultó la familia Frank atrae miles de visitantes y si deseas visitarla te recomiendo ingresar a la página oficial y sacar turno porque siempre hay mucha gente.
El Diario de Ana Frank, que fue traducido a 70 idiomas y es un referente de lucha contra la opresión, lleva vendido más de 35 millones de copias en todo el mundo. Un número impresionante para cualquier escritor. Pero Ana, su familia y millones de personas que murieron durante la Segunda Guerra Mundial, pagaron un precio muy grande.
¿Y porque el Color Naranja?
El color es el emblema nacional y no figura en su bandera. Es el color más distintivos y emblemáticos de los Países Bajos y no solo se asocia con la belleza de sus paisajes e inmensos campos de tulipanes, sino que tiene un significado cultural y deportivo de mucho arraigo en la historia del país. El color naranja está relacionado con la familia real holandesa, conocida como Casa Orange-Nassau, justamente por Guillermo I de Orange, que lideró, bajo su estandarte color naranja, la lucha por la independencia de los Países Bajos frente al dominio español. Es color se convirtió en símbolo de resistencia y libertad y desde entonces se vuelve decisivo en la historia de Holanda. El naranja se convierte en emblema nacional y se lo asocia con la monarquía holandesa, con todo lo que tenga que ver con la selección nacional y con cualquier celebración. El color naranja no solo tiene un significado político y deportivo en Holanda, sino que representa la identidad y la cultura del país. Es el color emblema de Holanda y está presente en todos los aspectos sociales, como El Día de la Reina o Koningsdag, que se realiza el 30 de Abril y donde todos se visten de naranja o lleva al menos algo de ese color y hacen actividades al aire libre o su selección de futbol, que viste de naranja desde la década de 1970, cuando empezaron a llamarlos “La Naranja Mecánica”, por un vistoso sistema de juego que revolucionó el deporte desde ese momento.
Desde el momento de su independencia, el país adoptó la bandera Orange-Nassau que era naranja, blanca y azul. Pero de poco (cerca del 1630) hubo un cambio gradual de colores y el naranja cambió al rojo, para mostrar un signo de cambio político y una forma de disociarse de la Casa de Orange. Así pasó a tener los colores actuales donde el rojo significa valentía, el blanco denota paz y honestidad y el azul significa verdad y justicia.
Día del Rey
El Koningsdag o Día del Rey es una fiesta nacional en el Reino de los Países Bajos y marca la fecha de nacimiento del Rey Willem-Alexander. Cuando el monarca es una mujer se la conoce como Koninginnedag. Esta fiesta se realizó por primera vez el 31 de agosto de 1885 para celebrar el quinto cumpleaños de la princesa Guillermina, heredera del trono neerlandés. En septiembre de 1948, la hija de Guillermina, Juliana, ascendió al trono y la festividad se trasladó a su cumpleaños, el 30 de abril. Durante la ocupación alemana de los Países Bajos en la Segunda Guerra Mundial, se prohibieron las celebraciones de Koningsdag y los miembros de los Comités Naranja, que organizan los eventos festivos, destruyeron sus registros por temor a las represalias alemanas.
La hija de Juliana, Beatriz, mantuvo la celebración el 30 de abril después de ascender al trono en 1980, aunque su cumpleaños era el 31 de enero. Beatriz modificó la costumbre de su madre de recibir un desfile floral en el Palacio de Soestdijk y en su lugar eligió visitar diferentes ciudades neerlandesas cada año y unirse a las festividades con sus hijos.
Beatriz se casó en 1966 con Klaus-Georg von Amsberg, un alemán que había servido en el ejército durante la guerra y esto causó disturbios contra los alemanes que empañaron la boda y las celebraciones. Justamente por estas manifestaciones en la festividad, el gobierno decidió reestablecer el Vrijmarkt, que son las ventas callejeras sin ningún tipo de impuestos. Este tipo de mercados se mantiene hasta el día de hoy y tiene lugar en calles y plazas de las ciudades durante el Día del Rey. Esta es una oportunidad para que los habitantes vendan sus artículos de segunda mano, desde ropa hasta muebles hasta juguetes. Una tradición muy popular y una linda manera de reciclar y encontrar algún tesoro oculto.
La reina Beatriz abdicó en 2013 en favor de su hijo, Guillermo Alejandro, ascendió al trono. Como resultado, la festividad se conoció como Koningsdag desde el 2014 y la celebración se adelantó tres días al 27 de abril, su cumpleaños real.
Guillermo y la argentina Máxima Zorreguieta llevan más de 20 años casados. Y quienes los conocen, dicen que fue un flechazo a primera vista. Al principio intentaron mantener la relación en secreto, pero las cosas se encaminaron bien y luego de pasar vacaciones en la Patagonia, Guillermo le propuso casamiento a Máxima. La Casa Real anunció que el casamiento se realizaría en 2 de febrero de 2022, en la iglesia Nieuwe Kerk.
El mundo entero estuvo expectante. La ceremonia fue celebrada por el reverendo protestante Ter Linden y el sacerdote argentino, Rafael Braun, amigo de los Zorreguieta, contó con la presencia de ocho monarcas y siete reinas consortes. Pero un detalle, fue que los padres de Máxima no estuvieron en la boda, ya que su padre Jorge, había sido parte de la última dictadura militar, entre 1976 y 1981. La parte emotiva de la ceremonia y un regalo para Máxima, fue la interpretación de “Adiós Nonino” de Astor Piazzolla, tango preferido de su padre.
Curioso lo que pasó con Guillermo. Su padre, un alemán que participó en la Segunda y sufrió rechazo se la sociedad neerlandesa durante su casamiento y su suegro, ex militar que participo de la dictadura militar argentina y no estuvo presente en el casamiento de su hija. Curioso ¿No?
Pero si alguna vez viste fotos y videos del Día del Rey, seguro habrás notado que casi todos usan algo naranja y justamente se debe a que la familia real lleva el nombre de Casa de Orange y lo convirtió en color nacional. ¿Cómo se originó esto? Justamente por Willem de Orange. Nacido como Guillermo de Nassau-Dillenburg en 1533 que a los 11 años heredó el Principado de Orange en el sur de Francia y se convirtió en monarca.
Pero hasta acá llegamos hoy con esta Primera Parte de los Países Bajos. En las próximas presentaciones conoceremos más de éste maravillo país. Los esperamos.
Oscar Mira | Periodista | Escritor
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