Es Tiempo de Viajar , Hoy Croacia - Segunda Parte

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Atrás quedó Zagreb pero nuestro viaje continúa por Croacia y el resto de Los Balcanes. Nuestra ruta nos lleva ahora por la costa del Mar Adriático, tal vez uno de los lugares más bonitos de todos los recorridos. Esta vez visitaremos Zadar, Split y Dubrovnik

Acá estamos otra vez para contarte más lo que vimos en éste viaje y tal vez, hacerte despertar el bicho dormido que tenés en la panza y te dice que tenes que viajar para cambiar un poco de aire y abrir un poco la mente. No esperes a que te llegue todo medio masticado. Hace un esfuerzo, agilizá la mente y ponete a investigar vos mismo. Dejá que la curiosidad te lleve de la mano y te haga aprender un poco más sobre el mundo que te rodea.

Pero igual sé que estás esperando que te cuente un poquito más de lo que hicimos, así que prepárate unos mates con cascaritas de naranja o un té de rosa mosqueta con un chorrito de stevia que tanto te gusta, ponete los lentes de leer, dejá las pantunflas con carita de perrito pekinés tiradas por ahí y acomodate en el sillón que yo te cuento.

Parece mucho tiempo, pero nuestro último informe tiene varios días desde Zagreb y en el medio pasaron un montón de cosas.

Ya para llegar a Split tuvimos que hacer unos 450 km por buenas rutas, bien señalizadas, con poco tráfico y con peajes donde retiras una tarjeta al ingresar y pagas al salir. Acá no hay muchos concesionarios de rutas a los cuales tengas que pagarles por hacer cortos tramos. Sólo pagas una vez, por el tramo que recorriste.

El camino se puede decir que fue perfecto. Sin problemas ni contratiempos.

De vez en cuando atravesamos túneles que cada vez que salías del otro lado, parecía que entrabas a una nueva dimensión. Entrabas con lluvias intensas y salías del otro lado con sol.

O el túnel estaba en un bosque con carteles que indicaban la presencia de osos, lobos y jabalíes y al salir al otro lado ves las laderas de los cerros secas y peladas, sin carteles de animales, pero con fuertes vientos que movían el coche. Todo medio raro.

Pero cada 40-50 km hay estaciones de servicio o paradores donde podes descansar un rato, comer algo o tal vez jugar en alguna de las máquinas de bingo y tragamonedas.

Nuestro destino nos llevó bordeando la costa del Mar Adriático, llegando a las ciudades de Zadar y Split, para finalmente llegar a Dubrovnik, casi en el límite con Montenegro. El primer tramo, desde Zagreb hasta Split, nos llevó más de 4 horas a lo largo de 450 km y el último tramo lo hicimos a los pocos días desde Split hasta Dubrovnik, recorriendo 230 km por otras 3 horas. Pero para ese tramo teníamos pensado un cambio de planes de último momento que enseguida te voy a contar.

Ahora vamos a la primer parte:

 

Nuestra visita a Zadar

Esta pequeña ciudad en la costa de Dalmacia es conocida por sus ruinas venecianas y romanas, donde todo amante del arte y el diseño llega a deleitarse con su arquitectura ancestral.

La ciudad tiene miles de años de asentamientos, siendo primero parte del Imperio Romano y siglos más tarde el Imperio Bizantino, donde adoptó su nombre actual, luego llegaron Bárbaros, Carolingios, Balcánicos y Venecianos, que durante los primeros siglos fueron los amos y señores del mar, a tal punto que a la ciudad la llamaron Zara, después de conquistarla definitivamente durante la Cuarta Cruzada.

En 1354, pasó a Hungría, pero tras la muerte del Rey Luis I, la ciudad reconoce como rey a Ladislao I de Nápoles, que vendió la ciudad y los derechos de Dalmacia a Venecia en 1409 por cien mil ducados. Desde entonces Zara empezó a florecer como capital de la Dalmacia veneciana, teniendo gran desarrollo urbanístico y artístico relacionado con el Renacimiento italiano, como la creación de su Universidad a igual de las universidades de la península italiana.

En el siglo XVI, el interior balcánico y el entorno croata pasaron al Imperio Otomano y Zadar se convirtió en una plaza fuerte veneciana y capital de sus posesiones en la costa dálmata. En 1805 pasa del Reino Napoleónico de Italia a Austria y luego a Italia, hasta la caída de Mussolini en 1943, cuando Zadar se convirtió en guarnición alemana y por ese motivo, por orden de Josep Tito, fue bombardeada por los Aliados. Por ese motivo fue llamada la Dresde Italiana. Al final de la Segunda Guerra se une a Croacia y con ésta a Yugoslavia, volviendo a adoptar el nombre Zadar.

En 1991, durante las Guerras Balcánicas, hubo incidentes antiserbios que provocaron la destrucción de  casas y comercios serbios de la ciudad, por ese motivo, el ejército yugoslavo junto a milicias serbias, bombardean la ciudad, dejándola aislada de Zagreb por un año y sufriendo destrucciones de lugares históricos e iglesias. En 1993, las fuerzas croatas asumieron el control de Zadar y a diferencia de lo que pasó en otras ciudades de los Balcanes, la ciudad fue reconstruida y no quedan rastros de esos ataques.

En Zadar se puede ver uno de los mejores atardeceres del mundo, a tal punto que Alfred Hitchcock, cayó rendido a sus pies. Por lo menos eso dicen en la ciudad.

Uno de los sitios que visitamos fue su ciudad amurallada y sus históricos portales


Dentro de esas murallas se desarrollaba la ciudad antigua, con sus plazas, sus palacios, sus torres construidas bajo protección de los santos patronos de la ciudad: San Simón, San Chrysogonus, San Zoilo y Santa Anastasia, que fui construida desde el siglo VII sobre una basílica anterior. No muy lejos está la Iglesia de Santa María, una iglesia ortodoxa que alberga una colección de objetos históricos de la ciudad y donde, en su exterior se ven vestigios del antiguo foro romano de la ciudad. El más grande de Croacia.

En ese sitio aún se encuentra, la Columna de la Vergüenza, donde encadenaban a los presos para ser castigados.

La Iglesia de San Donato,  es el monumento más relevante de la ciudad dedicada a la Santísima Trinidad, pero se la conoce en honor al obispo que a principios del siglo IX, construyó esta iglesia, siguiendo los cánones de la tradición bizantina.

Como comenté, dicen que Zadar tiene uno de los mejores atardeceres del mundo y por eso, cerca de la costa, en el momento que atardecer, encontrarás mucha gente deseosa de saludar la puesta del sol, tal como se hacía en la antigüedad. Ese lugar famoso es llamado Gretting to the Sun y es un círculo con 300 placas solares que por la noche se transforma en un espectáculo de luces. Toda una obra de arte de un arquitecto croata que convirtió ese lugar en el más demandado de la ciudad al caer el sol.


Split

Antes de llegar a Split pensábamos que nos encontraríamos con una ciudad pequeña, pero nos equivocamos ya que tiene 250.000 habitantes, miles de turistas que la visitan diariamente y después de Zagreb es la segunda en importancia. Tiene un enorme puerto preparado para el arribo de grandes buques de pasajeros como los Norwegian de donde bajan cientos de pasajeros, la mayoría de ellos mayores de 70.

La historia dice que la ciudad creció alrededor de la casa de descanso del emperador romano Diocleciano, quien nació acá en el año 245 d.C y ésta es una de las fantásticas construcciones que alberga la ciudad: el Palacio del Emperador Romano Diocleciano.

Te cuento que el tipo fue un militar que escaló posiciones hasta llegar a ser emperador (y también un poco fue impuesto por militares romanos). Cuando llegó al poder, hizo lo que hacen todos: buscar más poder.

Y por eso se dedicó a conquistar territorios y estableció nuevos centros administrativos, eso burocratizó el estado que incrementó el gasto público, aumentó los servicios que militares y civiles debían prestar al Imperio, organizó nuevas divisiones provinciales y creó un gobierno aún mayor iniciando una reforma fiscal, aumentando impuestos y aunque no lo creas redactó un reforma muy actual para el mundo moderno: “El Edicto de Precios Máximos”, para tratar de poner fin a la inflación mediante el control estatal de precios.

El plan no solo no tuvo éxito, sino que además fue contraproducente y la medida fue rápidamente ignorada. Aunque parezca mentira, Diocleciano no fue ningún presidente actual que hizo reformas aumentando el gasto público y con eso pensar que aumentaba su poder del momento. Te estoy hablando del año 301 d.C, no de la actualidad.

Además, en ese momento no había oposición a quien echarle la culpa de los males del reino, pero sí acusaba a las tribus rivales de atacar permanentemente al Imperio y por eso debía incrementar los gastos militares.

El Emperador Diocleciano odiaba a los cristianos y por eso los mandó a perseguir.

La persecución, duró 8 años y fue la más sangrienta del imperio contra los cristianos, pero aun así no logró el objetivo de destruir los creyentes que se multiplicaban. Es más, a partir del año 324 el Cristianismo se convirtió en la religión dominante del Imperio bajo gobierno del Emperador Constantino I El Grande, quien lo sucedió en el cargo y ordenó detener la persecución de cristianos y decretar libertad de culto, por eso, se lo considera el primer emperador cristiano, aunque recién fue bautizado en su lecho de muerte.

¿Qué pasó con Diocleciano?

Enfermo y debilitado abdicó al poder y se mudó a Dalmacia para residir en su palacio y pasar sus últimos días cultivando sus jardines y huertos.

Ya para 1420, los venecianos obtienen la soberanía de Dalmacia y aunque respetaron la autonomía y las leyes de la ciudad, el gobierno fue dirigido por un veneciano. Luego llegaron los otomanos, Napoleón, Austria, Italia, el Imperio Austrohúngaro y distintos conquistadores. En la Segunda Guerra Mundial, sufrió ataques de los países del Eje, con los italianos ocupando la ciudad en abril de 1941, pero encontraron resistencia entre los habitantes de Split de etnia croata, uniéndose a los partisanos de Josep Tito. Llegaría la caída de Italia y una masacre de civiles italianos por parte de las brigadas comunistas y luego llegaron más ataques de parte de los aliados.

Hasta fin de la guerra Split fue la capital provisional de Croacia.

Hoy el antiguo palacio (en realidad fortaleza), que fue usado para grabar escenas de la serie Game of Thrones, alberga unas 5.000 personas dentro de sus murallas y recibe miles de turistas que bajan de los barcos a estirar las piernas, hacer paseo de compras, pasar el día en restaurantes, emborracharse en algún bar o tal vez disfrutar de una Ducan Sladoleda (heladería) o una Pekara (panadería).

Pero hay más cosas que conocer en Split, como conocer la estatua del héroe local Grgur Ninski, para tocarle el dedo pulgar del pie y desear que te dé buena suerte. Este obispo, llamado Gregorio de Nin, vivió en el siglo X y defendió la lengua croata ante el Papa y la iglesia católica, introduciéndola en las misas.

Ya al cruzar la Puerta de Oro, ingresas al casco antiguo de Split, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979, siendo escenario de la famosa serie. Un paraíso para los amantes de Game of Thrones, un sitio donde los fanáticos se reúnen para tomar fotos y comprar recuerdos en el museo temático, empezando por la cabeza del dragón Drogon, recordando imágenes y viendo maquetas, hasta fotografiarte sentado en el Trono de Hierro.

Visitar el Peristilo, una plaza central rodeada de columnas, palacios de familias de nobles medievales, restos de antiguos templos romanos y una de las doce esfinges que el emperador ordenó traer de Egipto. Ahí mismo se encuentra la Catedral de San Domnius, construida como mausoleo de Diocleciano. Fue convertida en catedral en el siglo VIII y se le añadió un campanario a finales del siglo XIII al que se puede subir por estrechas escaleras para tener las mejores vistas del casco antiguo. También está el Templo de Júpiter, un antiguo templo romano dedicado al culto del Dios romano, que en el siglo VII se transformó en baptisterio cristiano, con dos sarcófagos de los siglos X y XI y una figura de bronce de San Juan El Bautista. En la puerta hay otra esfinge de granito pero está decapitada y un callejón bautizado “Déjame pasar” ya que es tan angosto que las personas deben pasar de a una a la vez.

 


Si descendes las escaleras del Peristilo, ingresas a una galería que viene de la época de Diocleciano y está convertida en centro comercial repleto de puestos de souvenir. Esta galería te lleva al paseo marítimo donde podés disfrutar de sitios para comer o tomar algo mientras ves buques que llegan repletos de turistas o los ferries que salen hacia las afamadas islas croatas de Korcula, Hvar, Brac, Solta, Pakleni o Mljet.

 


Corta visita a Bosnia & Herzegovina

Dejamos Split y nos dirigimos a Dubrovnik, pero si mirás el mapa de Croacia en detalle, notaras que entre Split y Dubrovnik hay unos 250 km, pero en el medio hay una línea de costa de 20 km que pertenecen a la actual Bosnia & Herzegovina.

Allí tenés opciones de paso: cruzar la frontera, mostrando el pasaporte a los agentes aduaneros junto a la tarjeta verde que muestra los datos del vehículo de alquiler o tal vez subir a un ferry y luego cruzar el Puente de Peljesac que conecta esa península con el resto de Croacia, incrementando la distancia del viaje. El puente, inaugurado en el 2022, tiene 100 mts de altura y una longitud de 2.400 mts.

Una obra fantástica que costó 420 millones de euros.

A nosotros, como nos gusta eso de andar investigando y conociendo, decidimos cambiar la ruta un poco para adentrarnos en Bosnia & Herzegovina y conocer el Santuario de la Virgen María de Medjugorje, cerca de la frontera.

El santuario está ubicado en éste pequeño pueblo, conocido por la comunidad cristiana, que llega atraídas por la búsqueda de las apariciones de la virgen y si es posible, escuchar sus mensajes a través de sus receptores croatas.


Cuenta la historia que en 1981, la Virgen María apareció a seis niños y les transmitió un mensaje. Hasta el día de hoy ellos siguen experimentando ese fenómeno y también se dice que la imagen de la Virgen irradia luz y muchos lo consideran un milagro. El Papa Francisco declaró que las visiones originales relatadas por los adolescentes debían ser estudiadas en profundidad, mientras que las visiones posteriores tenían dudoso valor.

Este antiguo pueblo, hoy convertido  en ciudad pujante, sigue con el misterio de la virgen y sus estudios sobre las apariciones. Pero, a pesar de ser un sitio invadido de creyentes y curiosos, El Vaticano aún no certificó la veracidad de las apariciones y por eso siguen sin contar con el reconocimiento oficial de la Iglesia, ya que el pueblo que se dedicaba a la cosecha de viñedos y tabaco, de repente se transformó en centro de peregrinaje de fieles de todo el mundo y donde el merchandising católico crece en cada puesto de ventas.

Acá no se venden artesanías comunes, acá se venden objetos que tienen que ver con la religión: imágenes, estampitas, imanes, botellas para agua bendita, rosarios, llaveros, anillos. Incluso si sos cura y te falta un Cáliz o un Copón para las hostias consagradas, se consigue acá, además de sotanas, estolas y todo lo que te haga falta para celebrar misa. Incluso tenés bolsos de viaje con el equipo completo para consagrar misa.

Luego, el viaje nos lleva hasta Mostar, no muy lejos de Medjugorje.

En el país se nota el abandono y la diferencia con sus vecinos croatas es notable, sobre todo en sus viejos coches, sus rutas mal cuidadas, la basura en las calles y edificios que a pesar del tiempo, siguen mostrando las heridas de la Guerra de los Balcanes.

La idea de llegar a Mostar era ver uno de los monumentos históricos más famosos de la antigua Yugoslavia, el Puente Viejo o Stari Most, del siglo XVI considerado símbolo de la época otomana del Sultán Solimán El Magnífico que cruza el río Neretva.

El puente resistió siglos con terremotos, inundaciones y guerras. Incluso soportó el paso de los blindados nazis durante la Segunda Guerra Mundial.

Pero fue destruido en 1993, mostrando de esta manera la estupidez de la guerra en la ex Yugoslavia que dejó un saldo de unos 200.000 muertos. El comandante croata que ordenó su destrucción, se suicidó en el 2017 ante el tribunal que ratificó su condena por ésta acción.

Afortunadamente y gracias al aporte de Turquía, Italia, Países Bajos, Francia, el puente se reconstruyó y enmarcó otra vez el encantador barrio otomano lleno de mezquitas y tiendas de recuerdos y cafés.

El puente sigue ahí y el río es una frontera que separa etnias.

Al oeste viven croatas católicos con su equipo de fútbol, su universidad donde se estudia su idioma, hospitales, negocios, escuelas, iglesias, calle limpias, shoppings, buen estilo de vida y banderas croatas de cuadros rojos y blancos.

En la orilla oriental la ciudad cambia, las instituciones, el lenguaje, la religión, el código postal, las empresas eléctricas y telefónicas son otras. Todo es más sencillo, más antiguo y de momentos abandonado.

Vivir del lado croata marca una diferencia.

Los chicos ya no comparten las aulas.

Hoy, en Mostar, vivir del lado equivocado es casi un error.

También del lado bosnio hay edificios donde se ven marcas de bombardeos y balazos en sus paredes, que detallan lo lejos que queda todavía una reconciliación en ésta ciudad dividida y uno de esos lugares es la Sniper Tower (Torre del Francotirador), un antiguo banco que durante la batalla, fue utilizado por francotiradores serbios y croatas.

Hoy es un edificio en ruinas mantenido como recuerdo de lo que nunca debió ocurrir.

Justamente en el lado bosnio, charlamos con un muchacho (hablaba algo de español) y luego de preguntarnos de donde veníamos, nos preguntó si éramos de River Plate o de B… Cuando le dijimos que éramos de River, nos dijo “Ah los millonarios…Los Borrachos del Tablón, ¿Es verdad que los hermanos Schlenker mataron a Gonzalo Acro?”

Eso sucedió en el 2007 cerca de la cancha de River y nos sorprendió que éste muchacho supiera lo que había pasado en nuestro futbol con nuestros barrabravas.

Mostar es uno de los destinos turísticos más importantes del país y su casco antiguo es la parte más visitada de la ciudad, ya que es donde se encuentra el puente rodeado de calles medievales reconstruidas, con cientos de tiendas de artesanía.

Aún nos falta visitar más sitios de éste país por donde la Guerra de los Balcanes derramó su mayor violencia: Sarajevo.

Pero eso será más adelante.

Dubrovnik

Para el final te cuento que volvimos a cruzar frontera y fuimos hasta Dubrovnik llamada “La Perla del Adriático”.

Una ciudad amurallada medieval fantástica que recibe 15 millones de visitantes al año. Nosotros vinimos en temporada baja y de igual forma es una locura la cantidad de gente que circula sus calles. Y si vas en coche, te aviso que es imposible encontrar sitio donde estacionar y si lo encuentras, es posible que tu presupuesto de las vacaciones lo debas usar para pagar el parking. Una verdadera locura.

Y si tu idea es venir en plan de compras, te comento que los precios son elevados.

Las murallas de la fortaleza son el símbolo de la ciudad y las productoras de cine toman la ciudad para crear acá grandes series y una de ellas fue Game of Thrones que también se filmó acá. Los fanáticos llegan para descubrir los escenarios usados para  la ficción, como el Fuerte de San Lorenzo o Lovrjenac, conocida como la Fortaleza Roja en la serie. Esta fortaleza se construyó en el siglo XI para defender el puerto de los ataques por mar, sobre todo de la flota veneciana.

También está la icónica escalera de El paseo de la vergüenza por donde tuvo que bajar Cersey desnuda y humillada por el pueblo. Estas escaleras del siglo XVIII, pertenecen a la Iglesia de San Ignacio y es una de las joyas barrocas de la ciudad.

Pero querido lector, te confirmo que la serie también se filmó en Islandia, España, el Reino Unido, Malta y Marruecos.

Una vez que tu pasión por ver las locaciones de la serie baja, te recomiendo que camines las callejuelas empedradas del centro histórico, declarado Patrimonio Mundial y podes iniciar en el paseo de la Plaza de Gundulic que tiene una escultura de Ivan Gundulic, uno de los mejores escritores de Croacia, para después continuar por la calle Ulica od Puca, repleta de restaurantes y heladerías. La entrada al centro histórico está formada por un puente de piedra, sobre el antiguo foso que rodeaba la muralla y conduce a una puerta exterior en forma de torre y culminando en la estatua de San Blas, protector de la ciudad.

Justo al cruzar una segunda puerta hay una fuente de piedra poligonal con 16 máscaras por cuyas bocas sale agua potable, construida en 1438 como punto de un acueducto subterráneo que trasladaba agua a la antigua Ragusa desde un río cercano. Aunque la fuente sufrió graves daños durante el terremoto de 1667 y la guerra de Independencia, todavía se mantienen las máscaras originales.

Si caminas por la calle Stradum llegarás hasta la Plaza Luza, que es un antiguo mercado medieval y la plaza principal, rodeada de edificios históricos como el Palacio del Rector, que fue sede del rector de la República de Ragusa entre el siglo XIV y el 1808, aunque también funciono como armería, cárcel y actualmente alberga el Museo de Historia de Dubrovnik; el Palacio Sponza, funcionaba como aduana de barcos que llegaban al puerto viejo, pero también se utilizó como casa de la moneda, armería y hoy es un museo que alberga el archivo histórico de Dubrovnik y un memorial que rinde honor a los caídos durante la Guerra de Independencia de Croacia; la Catedral de Dubrovnik, construida en el siglo XVIII, luego que un terremoto destruyera una iglesia románica del siglo VI y en su interior hay pinturas de Tiziano y Rafael, además del Tesoro, donde se encuentran las reliquias de San Blas.


Dubrovnik o Ragusa fue fundada en el siglo VII por avaros y eslavos que destruyeron la antigua ciudad romana de Epidaurum y por supuesto, también pasó por varios imperios como los Habsburgo, Otomanos, Austrohúngaros, venecianos, napoleónicos, hasta que en 1918 Croacia pasó a formar parte de la Primer Yugoslavia y en 1929 se llamó Reino de Yugoslavia, luego llegaría Josep Tito con la historia ya conocida.

Pero también en Dubrovnik podes visitar Playa Banje, una de las más lindas de Croacia, con aguas cristalinas y pedregullo, con vista al casco antiguo o tal vez ir a la Isla Lokrum, apenas a 600 metros de distancia del puerto, con lindas playas y tesoros como las ruinas del histórico Monasterio Benedictino, construido por monjes en el siglo XII y los jardines de Maximiliano, donde los monjes cultivaban sus plantas.

O tal vez, sólo quieras quedarte en el Puerto Viejo donde pasar al atardecer mientras disfrutas una cerveza fría o tal vez quieras un souvenir de ésta maravillosa ciudad.

 

Pero hasta acá llegamos hoy. Mañana salimos a otro lugar de los Balcanes.

Vamos hasta Podgorica, ¿Y eso donde es?

Nos vamos a la capital de Montenegro.



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