El Gobierno de Javier Milei sopesa la viabilidad del uso del avión presidencial ARG-01, comprado por Alberto Fernández en 2023, mientras se evalúa su estado. Ante la demora en la inspección programada para marzo y la necesidad inminente de revisión en junio, se contempla la posibilidad de contratar vuelos privados para viajes al extranjero del mandatario.
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La recomendación del Ministerio de Seguridad, que insta a Milei a dejar de utilizar vuelos comerciales, ha impulsado la revisión del estado de la flota aérea gubernamental. La inspección mayor clase “C” del Boeing 757-256, que debería haberse realizado en marzo, fue postergada, pero se concedió una prórroga de uso por tres meses. Sin embargo, se requiere una revisión exhaustiva que demanda entre 40 y 60 días, lo que podría implicar traslados al extranjero en vuelos privados.
Si bien se considera la opción de utilizar el avión presidencial para viajes internacionales, como la participación en el G7 en Italia, las autoridades evalúan también la contratación de vuelos privados si el avión no está disponible. El costo significativo de los viajes en el ARG-01, documentado en viajes anteriores, impulsa esta evaluación.
Para los vuelos nacionales, se confirma el uso del Tango 11, un Learjet de la Secretaría General de la Nación. Sin embargo, la determinación sobre el uso del avión presidencial argentino está pendiente de confirmación oficial.
Además del ARG-01, la Casa Rosada posee el ARG-04, un Boeing 737/500 más adecuado para viajes regionales que internacionales extensos.
La Casa Rosada debe decidir la estrategia de viaje del Presidente, considerando tanto la disponibilidad del avión presidencial como la opción de vuelos privados para garantizar la eficiencia y la seguridad en los traslados.
