Es tiempo de Viajar , Hoy Polonia – Varsovia

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Atrás quedaron los Campos de Exterminio, pero ahora vamos a la hermosa ciudad de Varsovia. Muchos preguntaron: ¿Por qué queríamos visitar Polonia? La respuesta será la misma: ¿Por qué NO Visitarla?

 


Nuestro viaje nos lleva a Varsovia, capital de Polonia. Con casi 1,8 millones de personas,  es una de las ciudades más bonitas de Europa.

Con su Ciudad Nueva, donde grandes bancos pelean palmo a palmo para conseguir un mayor beneficios, donde se mueve mucho dinero y donde las marcas internacionales de autos, fast food, perfumes, telefonía o ropa, se establecen en cada mall de compras y compiten por quedarse con algo más de ese dinero.

La modernidad está a la orden del día.

Y después de mucho tiempo escuchamos algunas bocinas de autos que buscan apurar un poco la marcha. Es más ciudad, más grande que Cracovia y un poco más caótica, pero aun así buses, troles, coches, bicicletas, monopatines y cualquier medio de locomoción existente, respeta al peatón.

Cada uno tiene su tiempo para circular. Y por su parte, el peatón también respeta los semáforos, no tira basura y cruza por lugares indebidos.

Varsovia es la capital de Polonia desde 1956 y sede de los distintos órganos de gobierno.

La historia de la ciudad se remonta a fines del siglo XIII, cuando era sólo un pueblo de pescadores y durante el 1569, el rey Segismundo III transfirió su corte desde Cracovia a Varsovia y el algún momento fue conocida como la París del Norte. En años siguientes, la ciudad se expandió y varios distritos privados e independientes se establecieron y gobernaron bajo sus propias leyes. Estos fueron ocupados por artesanos y comerciantes. El desarrollo de la ciudad se detuvo con la llegada de una ola de invasiones suecas y las que se agregaron ataques brandemburgueses y transilvanos, donde el pillaje estuvo a la orden del día y los invasores arrasaron con objetos históricos y obras de arte.

Más acá en el tiempo, Varsovia fue ocupada por los rusos que fueron expulsados por Napoleón Bonaparte y se convertiría en el Gran Ducado de Varsovia.

En 1863 una derrota polaca que trajo como consecuencia la disolución del Congreso de Polonia y con esto la anexión oficial al Imperio Ruso, quedando la administración pública y los colegios bajo control ruso. Esto trajo revueltas y revoluciones donde miles de polacos murieron bajo los ataques rusos.

Pero como venimos comentando, Polonia siempre fue una república invadida por los imperios vecinos. Así en 1915, durante la Primera Guerra Mundial, Varsovia fue ocupada por el II Imperio Alemán. Pero derrotadas esas potencias, Polonia recuperó su libertad y con ello, Varsovia recuperó su estatus de capital nacional. La profunda enemistad entre rusos y polacos, que buscaban su independencia, llevó a episodios lamentables como la demolición de la Catedral Ortodoxa de San Alejandro Nevsky.

Hasta 1939, cuando inicio la Segunda Guerra Mundial y la ciudad fue destruida por los alemanes. Se la consideraba una de las ciudades más hermosas del mundo. A partir de ese momento, el 85% de la ciudad fue totalmente destruida.

En esa época, los alemanes realizaron un saqueo cultural de la ciudad y muchos de sus habitantes fueron enviados a Campos de Concentración y además cercaron la población judía a un gueto que se conoció como El Gueto de Varsovia, donde miles murieron de hambre, enfermedades y hacinamiento. Cuando se conoció la noticia del destino final de los judíos polacos, se inició un levantamiento que duró casi un mes

Pero nos detengamos un momento en 1939.

El 23 de agosto se firmó en Moscú un Tratado de No Agresión entre la Alemania Nazi y la Unión Soviética, conocido como Acuerdo Molotov-Von Ribbentrop, en presencia de Stalin.

El tratado escondía un protocolo secreto donde los regímenes acordaban la partición de Polonia y el reparto de Europa. Así el 1 de septiembre de 1939, Hitler invade Polonia por el Oeste dando origen al inicio de la Segunda Guerra Mundial. Mientras, el 17 del mismo mes Stalin, invadiría Polonia por el Este.

Días después firman un nuevo tratado para dividirse a Polonia.

Hitler ocupaba el Oeste de Europa con Dinamarca, Noruega, Países Bajos, Austria, Bélgica y Francia, mientras tanto, Stalin ocuparía Europa del Este, los estados Bálticos (Estonia, Letonia y Lituania) además de Rumanía, Hungría, Polonia y Finlandia.

En algún momento, ese tratado se rompió y tiempo después alemanes y rusos lucharían en bandos contrarios. Pero mientras tanto invadían y destruían ciudades y estados.

La idea siempre fue destruir Polonia y llenarla de colonos alemanes de un lado y rusos del otro.

La realidad es que durante la Segunda Guerra Mundial, la ciudad de Varsovia, fue destruida por la Alemania Nazi. Sus iglesias, sus sinagogas, sus escuelas, sus bancos, sus casas y su enorme Palacio Real, que fue incendiado y dinamitado.

Tras la invasión, se empezó a poner en práctica la limpieza étnica del territorio y puesto que los mecanismos para ejecutar la Solución final todavía no se habían concretado, el primer paso fue poner en funcionamiento medidas provisionales. Inmediatamente después de tomar el control de las principales ciudades polacas y como se hizo en muchas otras áreas altamente pobladas, una las primeras medidas fue la de crear guetos donde reubicar a los ciudadanos judíos. Del casi 1 millón de habitantes de esa época, se calcula que unas 800.000 murieron en tiempos de guerra, de los cuales 400.000 eran judíos polacos que fueron hacinados en unas cuadras, que cerraron con altos muros y confinados a su suerte.

Este lugar se llamó El Gueto de Varsovia.

Las personas que quedaban encerradas dentro de sus fronteras vivían en condiciones infrahumanas debido a la sobrepoblación, la escasez de suministros de todo tipo y la ausencia de servicios públicos tales como la limpieza.

A pesar de las pésimas condiciones, los judíos creían que el gueto era un lugar donde los obligarían a malvivir hasta el fin del conflicto y trataron de mantener la normalidad en la medida de lo posible. Se crearon los Judenrat (un órgano de gobierno), se abrieron escuelas provisionales, se mantuvieron los eventos religiosos y se crearon redes de ayuda  que en ocasiones contaban con conexiones secretas en el exterior del gueto.

Para los nazis, los guetos eran una solución transitoria hasta que se decidiera qué hacer con ellos, algo que ocurrió en la Conferencia de Wannsee en enero de 1942, donde altos cargos del Tercer Reich se reunieron en un encuentro secreto, para tratar el “Problema judío”. En esa reunión capitaneada por el General Reinhard Heydrich y el Teniente Coronel Adolf Eichmann, se ultimaron los detalles para la “Solución Final”, un plan de exterminio de todos los judíos de los territorios conquistados.

Hay una película sobre esa reunión que te la muestro en éste link:

A partir de entonces, los campos de trabajo se empezaron a transformar en campos de la muerte donde la maquinaria nazi se convirtió en una despiadada red de asesinatos en masa. En ese momento comenzaron las deportaciones masivas desde los guetos hacia los campos: Era el principio del fin.

Entre julio y septiembre de 1942 habían sido deportadas al campo de Treblinka unas 265.000 personas. Primero movilizaron a los más vulnerables: ancianos, enfermos y sin techo, luego el resto de la población se redujo a 55.000 habitantes.

Pero, judíos al enterarse del plan nazi, organizaron una resistencia armada dentro del gueto.

Así el 19 de abril de 1943, Heinrich Himmler decidió lanzar la operación de aniquilación definitiva del gueto de Varsovia, para festejar el cumpleaños de Adolf Hitler. Ese día, 2.000 soldados y penetraron en el gueto, pero chocaron con la resistencia que, pese a estar mal armada, tenía buena organización.

Ese primer choque duró 3 días, los alemanes se retiraron pero volverían hasta mostrar que el gueto, ya no existía. Varios líderes de la resistencia se suicidaron para no ser capturados, torturados y ejecutados. Entre los supervivientes, 7.000 fueron fusilados y el resto deportados a diversos campos de trabajo y exterminio.

El levantamiento del gueto fue el primer acto de resistencia popular organizada contra la violencia nazi de Europa y fue el ejemplo para otras rebeliones posteriores que casi sin excepción, terminaban en fracaso.

Sin embargo, puesto que el fracaso estaba asegurado, el hecho de organizarse para luchar sin esperanza de victoria fue visto como un éxito. Ese era un acto de valentía, donde no se luchaba por sobrevivir sino por demostrar que no se moría en vano.

Hacia 1943 el 25% de su población ya había muerto por hambre o por enfermedad.

¿Qué pasó con el resto de las personas?

Fueron cargados en vagones de trenes y llevados a los campos de concentración de

Sobibor, Treblinka, Theresienstadt o Auschwitz-Birkenau para ser exterminados

¿Qué si fuimos a visitar el Gueto?

Si claro, visitamos lo que queda, ya que al finalizar la guerra, los enormes muros fueron destruidos y sólo quedaron pequeñas porciones como homenaje a los que allí murieron. Además, recorriendo el antiguo gueto, encontrás antiguos muros, que recuerdan la calle por donde pasaba el alto muro.

En la calle Zlota 62, aún existe un fragmento de la pared de un edificio de antes de la guerra con una altura de aproximadamente 6 metros forma parte del muro del gueto. En esta pared hay ves una placa conmemorativa revelada el 26 de mayo de 1992 por el presidente de Israel, Jaim Herzog durante una visita a Polonia, así como el plano del gueto de Varsovia. Los ladrillos individuales que provienen de este fragmento del muro fueron enviados al Museo de Historia del Holocausto de Yad Vashem en Jerusalén y a los museos de Houston y Melbourne.

¿Qué pasó con la Ciudad Vieja?

En enero de 1945, los soviéticos entran en Varsovia y el 1 de febrero se proclama la Republica Popular Polaca, la ciudad reasume su rol de capital del país y comienza la reconstrucción al punto que muchas calles y edificios fueron restaurados a la manera original y Varsovia pasa a formar parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

Fue totalmente reconstruida, tal y cómo era antes de la guerra, incluso el Palacio Real, sus centros religiosos y sus edificios, de tal forma que si caminas por ahí sentís que el tiempo se detuvo y la guerra no pasó por ahí, aunque la historia de la Segunda Guerra Mundial nunca termina de escribirse. Para que te des una idea de cómo quedo Varsovia al finalizar la guerra, te dejo éste video

Con el tiempo, Varsovia se convirtió en una de las más modernas y dinámicas del mundo.

Un paseo por Varsovia

El nombre Warszawa viene del nombre Wars que fue el nombre de un pescador, cuya esposa era una sirena llamada Sawa y esta es una de las tantas leyendas sobre Varsovia.

Cuenta la historia que en una aldea, cerca del río Vístula, vivía Wars y como tenía mucha suerte, siempre regresaba de la pesca con la red llena de peces. A él le fascinaban las noches tranquilas cuando la luna se refleja en el río mostrando su resplandor plateado.

Una noche, cuando empujó al barco al agua para pescar, de un torrente de agua surgió una hermosa chica. El pescador se quedó mirándola sorprendido, porque tenía el pelo largo y dorado, grandes ojos azules y cola de pescado, cubiertos de escamas. Wars no podían creer lo que veía y recordó los viejos cuentos de la aldea sobre las sirenas.

De pronto la sirena nadó cerca de la orilla y comenzó a cantar, sin saber que Wars la miraba oculto. Cuando él escuchó su voz, se enamoró profundamente de ella.

Desde ese momento, cada noche, Wars baja al río en silencio sólo para escucharla a ella cantar, pero una noche, ella notó su presencia y enojada le preguntó:

- ¿Por qué me espías? 

- Yo soy un pescador - explicó Wars. 

- Sé quién eres, muchas veces te vi en el barco.

- Sé que no debería espiarte, pero cuando te vi la primera vez, me enamoré de ti.

La sirena lo miró y suspiró: - También me enamoré de ti. Pero somos diferentes.

Se miraron y se dieron cuenta de que estaban hechos el uno para el otro. Sawa recordó que: “si una sirena se enamora de un hombre, puede perder para siempre su cola de pez y convertirse en una mujer. 

Sin dudarlo Wars le pidió que se casara con él y ella aceptó. Juntos salieron a la costa. De la sirena cayó su cola, aparecieron unas pierna, y ella se convirtió en una hermosa chica y se casaron. Ambos vivieron felices para siempre.

Después de años se creó un gran pueblo de pescadores y la gente decidió llamarlo en honor a los amantes.

Hoy en día no hay rastro de las cabañas de pescadores, pero la gente todavía recuerda un joven pescador y una hermosa sirena.

Por eso, también en toda la ciudad, se pueden ver imágenes de sirenas que recuerdan la historia de los jóvenes amantes. Y desde la segunda mitad del siglo XVII, el emblema de la ​ciudad es una sirena con una espada y un escudo en sus manos y representa a la criatura que, según la leyenda, ordenó fundar la ciudad.

La Ciudad Vieja, es toda una joya de la capital.

Impresiona con sus casas de colores y un ambiente único de sus callejuelas.

Tras la II Guerra Mundial, el casco antiguo de Varsovia fue reconstruido respetando cada detalle de su aspecto anterior.

La Ciudad Vieja o Starówka, es toda una joya de la capital.

Muy cerca de ahí, está el Castillo Real, cerca del río Vístula, donde fue promulgada la Constitución polaca, primera carta magna europea y la segunda en el mundo.

El castillo fue residencia real entre los siglos XVI y XVIII y también debió ser reconstruido tras la guerra. En la Plaza del Castillo se levanta una alta columna con la figura del rey Segismundo III, quien trasladó la capital de Cracovia a Varsovia. Este es el monumento laico más antiguo y el más alto de la capital y casi un punto de encuentro para todos.

Y en el corazón de la Ciudad Vieja está la Plaza del Mercado del Casco Antiguo (Rynek Starego Miasto). Este era el lugar donde se desarrollaban ferias y ejecuciones públicas. La plaza lleva unos 7 siglos y apenas cambió.

Cerca está el Barrio de Praga no tiene nada que ver con la capital de la República Checa y es el distrito que mejor conserva la esencia de lo que fue la Polonia comunista. Con su punto decrépito se ha convertido en el sitio favorito de hípsters y modernos. Hasta hace pocos años no era un sitio demasiado recomendable por su peligrosidad, pero hoy es una de las visitas obligadas en la ciudad.

En Praga están dos de los museos más originales de la ciudad, el del Neón y el del Vodka.

Varsovia se reinventó. Sobrevivió al nazismo y al comunismo y hoy se presenta como una ciudad cosmopolita que no tiene nada que envidiarle a las grandes urbes europeas.

Un edificio que representa el legado comunista es el Palacio de la Cultura y la Ciencia. Un regalo de Stalin al pueblo polaco, que fue una prueba de dominación soviética. Es uno de los edificios más icónicos de la capital y se desde casi todos los puntos de la ciudad. Si venís en tren, es lo primero que verás de Varsovia al salir de la estación. El edificio tiene 237 metros de altura y es el más alto del país.

Acá también hay una Barbacana o fortaleza defensiva integrada a las murallas de la ciudad. Aunque tuvo que ser reconstruida, se salvó de la devastación de la Guerra y cuentan que bien del siglo XVI,  cerca del barrio antiguo.

Acá podes ver las llamadas casas finlandesas, construidas en madera después de la guerra. Había unas 400, pero ahora solo quedan unas 20 y fueron donadas por la Unión Soviética como compensación por la destrucción de la guerra. Muchos de los dueños originales fueron los constructores de la nueva Varsovia. Los que levantaron los actuales edificios.

Hay otros lugares para visitar como el Museo del Alzamiento de Varsovia, un museo interactivo que conmemora lo que fuera el mayor despliegue de la resistencia durante la Segunda Guerra Mundial en una Europa bajo la ocupación nazi: el alzamiento de 1944, que cambió para siempre la cara de la capital de Polonia. En este sitio se puede sentir el ambiente que se respiró durante los días de lucha, recorriendo una ciudad destruida. Frente al museo está el Parque de la Libertad, donde hay grabados casi 11 mil nombres de soldados caídos en el levantamiento.

También está el Museo de la Historia de los Judíos Polacos Polin, que muestra un milenio de historia en un lugar de Varsovia lleno de simbolismo, con un barrio de preguerra habitado en su mayoría por judíos y convertido durante la guerra en gueto por los nazis.

En la fachada del museo se lee la palabra hebrea Polin, que lleva un doble significado: “Polonia” y “Aquí descansarás”. Frente al museo, está el Monumento a los Héroes del Gueto, donde, hace un tiempo atrás se arrodilló el canciller alemán Willy Brandt, como un gesto de arrepentimiento de Alemania por los crímenes del Holocausto.

Antes de partir de Polonia les comentamos que muchos amigos nos consultan sobre cómo está la situación con Ucrania (Ukraine, como dicen acá) y la realidad es que no vimos ningún tipo de manifestación o algo parecido contra la guerra, pero sí vimos muchas banderas de apoyo a Ucrania y afiches contra Putin, que como se sabe quiere quedarse con el este del país, para llenarla de colonos.

¿Parecido a lo que quisieron hacer Hitler y Stalin en 1939 no?

Pero hasta acá llegamos hoy

Nos despedimos de Polonia y nos encontraremos pronto visitando Alemania.

Los esperamos.




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