La semana pasada llegamos a Malasia y recorrimos un poco. Hoy seguiremos visitando la maravillosa Kuala Lumpur, con el edificio más emblemático: Las Torres Petronas, obra del arquitecto argentino Cesar Pelli y después visitaremos las Cuevas de Batú. Seguí con nosotros que arrancamos ahora.
Kuala Lumpur
Como dijimos, Kuala Lumpur es una ciudad de
contrastes. Los edificios se multiplican y tal vez el más maravilloso de todos,
sean Las Torres Petronas, que
pertenecen a la Malaysian National
Oil Company y que fueron
los edificios más altos del mundo desde 1998 hasta el 2003 con la impresionante
altura de 452 metros. Aún hoy, las torres continúan siendo los rascacielos
de torres gemelas más altos del mundo. La Torre Uno la ocupa el gigante del gas
en Malasia, Petronas y sus compañías asociadas, mientras la Torre Dos alberga
un número de diversas empresas.
Las
torres están situadas en el centro
de la ciudad donde antes había un hipódromo, el cual al ser trasladado, dejó un
terreno que la compañía adquirió para establecer su sede. Decididos a construir
un rascacielos el proyecto se puso a concurso, siendo ganador el argentino
César Pelli.
Los
propietarios deseaban dar muestra de la modernidad y desarrollo del país, pero
manteniendo las raíces de la cultura islámica en su diseño.
Al
realizar el estudio geológico del terreno sobre el que se iba a edificar, se
comprobó que era blando y poco estable para soportar su estructura, por lo que
se construyeron grandes pilares que soportarían el peso de la gran plataforma
de hormigón y serviría de apoyo a las torres, como si se hubieran clavado los
edificios al terreno.
Cuando
Pelli solicitó opinión a Petronas sobre el estilo malayo para usarlo de modelo,
le dijeron que no existía un modelo malayo, así que debió plantearlo él mismo y
por ese motivo le rechazaron varias propuestas que él hizo. El proyecto final
aprobado se basó en el estilo de las mezquitas, asemejando las torres como dos
grandes minaretes. Actualmente es el undécimo edificio más alto del mundo y son
las torres gemelas más altas del mundo, que cuentan 32 mil ventanas, 76
ascensores, miles de metros cubiertos de construcción, costó unos 1.000
millones de dólares y desde hace años, las torres, con 88 pisos de hormigón
armado, acero y vidrio, se convirtieron en el símbolo de Kuala Lumpur y Malasia.
Para
la planta de cada torre se basó en dos cuadrados superpuestos dando una figura
geométrica simétrica de ocho vértices que en la cultura musulmana identifica la
incapacidad del hombre de comprender a Dios; sin embargo, ese diseño dejaba
poco espacio útil, por lo que añadió festones, cada dos puntas, dibujando ocho
semicírculos que ampliaban enormemente la superficie interna de las torres.
Esto le dio un
aspecto exterior curvo al estilo de edificio religioso, siendo el primero que
huía de las líneas rectas que hasta el momento dominaban los rascacielos y provocando
la aparición de un estilo diferente, como un encuentro entre occidente y
oriente.
Además
del cristal, el elemento predominante es el acero, que reviste el exterior y el
interior y le dá mucha elegancia.
En el interior de la torre se creó decoración con motivos geométricos, como corresponde a un país islámico sin figuras humanas o animales, con dibujos en mármol o grabados sobre maderas nobles.
Cada
una de las torres las construyó un equipo distinto, uno japonés y otro coreano
y mientras se elevaba, se detectó que una de ellas tenía una desviación de 2,5
cm que se corrigió a lo largo de la edificación en cada planta según crecía en
altura.
Entre ambas torres, a 189 mts, se diseñó un puente de conexión entre los edificios, para ir de una torre a otra, así como elemento de seguridad en caso de necesidad para evacuar una de ellas. El puente le da un aspecto muy singular y acrecienta la sensación de similitud con minaretes. La instalación de este puente obligó a tomar interesantes soluciones de ingeniería, ya que hubo que solucionar la cuestión del movimiento de las torres sin que eso dañe la estructura. Para ello se sujetó desde el centro del puente con dos apoyos, uno en cada torre, que sirven de amortiguadores verticales y que soportan el peso. La estructura básica se tomó de un proyecto no realizado para una torre en Chicago.
Ocurrieron
algunos casos curiosos en las torres.
En
la mañana del 1 de septiembre de 2009, el trepador francés Alain Robert, usando sólo sus manos y pies y sin dispositivos de
seguridad, escaló a la cima de la Torre Dos, después que dos intentos anteriores
significaran su detención llegando por dos veces al piso 60.
Varias
películas usaron este edificio para filmar, pero tal vez la más recordada de
todas sea Entrapment, conocida en
muchos países como La Emboscada con Sean Connery y la bella Catherine Zeta-Jones, donde el veterano
ladrón Robert Mac Dougal va a caer en la trampa ideada por la joven
investigadora Gim Baker, que desea preparar el golpe más espectacular de toda
la historia. La ocasión elegida será el cambio de milenio y el lugar, Las
Torres Petronas de Kuala Lumpur.
El arquitecto argentino,
Cesar Pelli, murió en su Tucumán natal a los 92 años hace dos años. Atrás
quedaron sus magníficas obras que se multiplicaron por todo el mundo.
Nosotros quedamos maravillados por estas dos tremendas moles y después de cientos de fotos de su exterior, visitamos el gigante centro comercial que allí se encuentra, no sin antes sacarnos fotos junto a dos autos de Fórmula 1 que estaban colgados de sus paredes y en exhibición con el sólo sentido de promocionar la nueva carrera de la categoría que se correría en unos días.
En
su patio posterior, una impresionante fuente con aguas danzantes y todas las
noches se concentran acá miles de personas que vienen a disfrutar de éste
espectáculo de forma gratuita.
Muy cerca de Las Torres Petronas, se encuentra el pulmón verde de la ciudad que cubre unas 10 hectáreas y es una de las reservas forestales más antiguas del país: Bukit Nanas, que actualmente alberga gran variedad de flora y fauna de la selva tropical autóctona y donde también se puede visitar la Torre de Comunicación, llamada Menara Kuala Lumpur, este es otro de los edificios altos de Kuala Lumpur y desde las alturas podes disfrutar de un almuerzo en su restaurant giratorio.
Por supuesto también está Chinatown con sus coloridas calles, sus puestos de
comida y artesanías, tiendas donde podés encontrar de todo. Su calle principal
se llama Petaling Street y por las noches se encuentra llena turistas
y locales en busca de algo para comer, comprar o vender.
En los alrededores de esta
concurrida calle puedes encontrar templos budistas e hindúes y también Little India que es un pequeño enclave
en el corazón de la ciudad lleno de tiendas de telas, ropa, joyas y puestos de picante
comida hindú.
Otro lugar para visitar es el Mercado Central de Kuala Lumpur, ubicado cerca del Barrio Chino. Fundado en 1888, originalmente fue un mercado donde se vendía pescado. Este mercado hoy es un gran bazar con más opciones de compra, ya que no sólo se pueden adquirir los típicos recuerdos turísticos y baratijas, sino también hay una buena cantidad de tiendas que ofrecen productos gourmet a muy buenos precios. En su planta superior hay un patio de comidas donde por poco dinero se puede disfrutar de algo tradicional.
También muy cerca está la Plaza Merdeka, conocida como Plaza de la Independencia ya que fue el
sitio donde se izó por primera vez la bandera de Malasia en 1957. Frente a la
plaza se destaca un impresionante edificio llamado Sultan Abdul Samad que durante el dominio británico fue utilizado
para oficinas de gobierno y hasta a construcción de Las Torres Petronas, fue el
edificio simbólico de Kuala Lumpur. Hoy ese edificio alberga las oficinas del
Ministerio de Información, Comunicaciones y Cultura de Malasia, pero no se
puede acceder a su interior para visitarlo. El edificio tiene cúpulas de cobre
brillante y una torre de reloj ubicada a 40 mts de altura y que repicó por
primera vez en el Desfile del Jubileo de la Reina Victoria en 1897. Este fue el
primer edificio de la ciudad que contó
con iluminación por electricidad y luces exteriores de gas.
Cada 31 de agosto, por el Día de Merdeka y
cada 16 de septiembre, por el Día de Malasia, miles de espectadores se reúnen
en la ciudad para ver el colorido desfile por las calles de la ciudad y las
distintas actuaciones que se realizan acá. A éste desfile llegan cientos de
artistas que representan a estados malayos y distintos grupos étnicos que viven
en el país.
En las afueras de Kuala Lumpur se encuentra
el Palacio Nacional, llamado Istana Negara y es la residencia del Rey de Malasia, pero solo se puede ver
desde la distancia a través de una gran reja que lo rodea. El palacio
construido sobre una colina, fue originalmente una mansión de dos pisos que
pertenecía a un magnate chino que vivía en Malasia, llamado Chan Wing y durante
la ocupación japonesa desde 1942 a 1945, fue utilizado como residencia del
gobernador japonés. Después de la rendición japonesa, el 15 de agosto de 1945,
los británicos tomaron posesión, pero al producirse la independencia de Malasia
en 1957, el enorme edificio quedó en manos del país.
Nos movemos por las afueras
de Kuala Lumpur, ésta ciudad pujante que crece y crece a cada minuto, donde las
construcciones son interminables donde su distrito financiero, sus
instituciones gubernamentales y sus centros tecnológicos, al estilo Syilicon Valley, que forman grandes
conglomerados de edificios, se concentran en las afueras de la gran ciudad,
para que de ésta manera se desconcentre el tráfico. Acá debes saber que el combustible
tiene precios similares a los de Argentina, pero los peajes en las autopistas son
elevados por lo que de esa forma se limita el ingreso de vehículos,
favoreciendo así el uso del transporte público que en algunos casos es
gratuito.
Cuevas de Batú
Uno de los lugares que no hay
que perderse cuando se visita a Malasia, son las Cuevas de Batú, 13 kilómetros al norte de Kuala Lumpur, así que
podes ir en taxi o bus.
Las cuevas son un inmenso afloramiento de
piedra caliza con un interior cavernoso colmado de deidades. Este santuario
hindú atrae anualmente a 1,5 millones de devotos y a más de un millón de
turistas. El sitio es impresionante.
Las cuevas se formaron hace
unos 400 millones de años y fueron dadas a conocer por el naturalista William
Hornaday en 1878. Pero fue un comerciante indio quien a mediados del siglo XIX,
decidió sacar de las cuevas, guano de miles de murciélago que allí se reunían.
El guano es muy usado para la fertilización de cultivos
Luego las cuevas comenzaron a
utilizarse como templo dedicado al dios guerrero Lord Murugan, hijo de
Shiva y Parvati y hermano de Ganesha. Una deidad adorada por unos 26 millones
de personas alrededor del mundo por su gran poder como joven guerrillero.
Murugan es representado con una lanza que, según cuenta la leyenda, posee
poderes para matar demonios y que también simboliza la iluminación y el
conocimiento.
Antes de entrar en la gran
caverna, y al pie de una interminable escalera, se encuentra una impresionante
estatua de Lord Murugan de 42 mts de alto, recubierta en láminas de oro y por su
altura la convierte en la mayor estatua de esta deidad hindú en el mundo.
Para entrar al complejo de la
cueva principal que se encuentra a 100 mts de altura, se deben subir 272
escalones pintados de diferentes colores, por lo que debe hacerse un buen
esfuerzo. Durante la subida es posible disfrutar de maravillosas vistas y ver
cientos de monos que andan en toda libertad por el lugar haciendo travesuras,
robando comida y mostrando cierta agresividad, sobre todo cuando se trata de
comida y te lo harán saber mostrándote sus enormes colmillos.
Una leyenda dice que si los
recién casados suben las escaleras del templo, su matrimonio será bendecido y
aunque no sabemos si las personas y parejas que subían las escaleras eran
recién casados, siempre ves visitantes que transportan objetos pesados o niños,
mientras suben descalzos, evadiendo simios, basura y turistas distraídos que se
sacan selfies cerca de los monos y como es lugar de culto, usando ropa cómoda respetando
el lugar.
Al llegar al final de las escaleras y
entrar en la gran caverna, te vas a encontrar con cientos de personas que
visitan los distintos templos pero además vas a ver muchos monos que bajan
desde la ladera de la montaña para comer lo que les dan los turistas, pero
también se pelearan con las palomas y las gallinas por las migajas.
Dentro del recinto se encuentran cuevas
menores como la Cueva de la Galería de
Arte, donde podrás ver pinturas y estatuas que representan parte de la
tradición hindú. Hacia la izquierda de la Cueva del Templo también te
encontrarás con una imponente estatua de un toro verde/azulado de 5 patas, que
es un animal místico para esta cultura.
Aunque la atracción principal sea el Templo
de la Cueva custodiada por Lord Murugan, con un techo de más de 300 metros de altura, la irregular ladera de piedra
caliza de las cuevas tiene otras dos cavernas que pueden visitarse. Una de
ellas es la llamada Cueva Oscura que
cuando nosotros fuimos estaba cerrada y según cuentan, ésta cueva es de las más
salvajes de la tres que existen, porque en el tramo de dos km de largo alberga
brillantes formaciones de piedra caliza, con gigantes
estalactitas que sobresalen del techo y estalagmitas que surgen de las
formaciones de suelo, pero
además es el hogar de animales en peligro de extinción como algunas arañas que
es posible que veas.
En las Cuevas de Batú se
celebran varias fiestas, pero tal vez la más importante que se lleve a cabo sea
el Festival Thaipusam que es una
fiesta hindú originaria del estado de Nadu, al sur de India, que se celebra en
el mes Tamil de Tailandia (enero/febrero) y está dedicado al Lord Murugan.
Los devotos comienzan 3 días antes del
festival una procesión que parte del
templo Sri Mahamariamman y al llegar a la base de las cuevas se realizan
sacrificios en honor al dios.
Es día, los devotos más
fanáticos portarán un kavadis, que
es un santuario en miniatura. Algunos kavadis son simples, construidos con un
arco de madera y decorados con flores, frutas y una imagen de Lord Murugan y
otros de metal, con una decoración más colorida y llamativa. Los kavadis se
colocan sobre los hombros del portador y se sostienen con lanzas de metal que
se enganchan a la carne del peregrino.
Algunas personas, además del
kavadis, tienen pequeñas lanzas atravesadas en la cara y ganchos con limones o
cocos colgando de distintas partes del cuerpo. Las mujeres suelen llevar
cuencos cargados con leche y acompañan la peregrinación soportando el peso
sobre sus cabezas.
Mientras hombres y mujeres
realizan estos sacrificios, un grupo de familiares y amigos los acompañan para
brindarles ánimo a través de bailes, canciones y música.
Una vez que llegan a las
cuevas, deben subir los 272 escalones para ingresar al santuario y dejar sus
ofrendas y cuando ingresan al santuario, uno de sus familiares o amigos será el
encargado de quitar las lanzas y los ganchos del cuerpo. Es en ese momento cuando
se escuchan más gritos de dolor, mientras los turistas observan sorprendidos el
final de la procesión.
Luego del descenso de los 272
escalones, tanto locales como turistas disfrutarán de la comida india en los
puestos y locales de los alrededores de las cuevas.
Según cuenta la
leyenda, la diosa Parvati entregó a su hijo Lord Murugan una lanza en el día de
Thaipusam para pelear contra el demonio Soorapadam y desde ese momento, los seguidores de Lord Murugan celebran la
victoria del bien sobre el mal, en todo el mundo.
Para visitar el lugar,
recomendamos que tomes un taxi y después coordines con el mismo taxista para
que te venga a buscar.
Salida de Malasia
Ya para salir de Malasia y camino al
aeropuerto, nos lleva un taxista que nos contaba toda su historia familiar. Un
tipo de unos 60 años retirado, que nos decía que era malayo y descendiente de
hindúes, orgulloso de sus raíces y que hablaba 5 idiomas: inglés, algo de
chino, malayo, thai y tamil. Y nos pregunta:
-
Sabes cuál es la lengua más antigua del
mundo?
-
No sé, el egipcio, el fenicio, el chino
supongo. Le contesto
-
Noooo, el más antiguo es el tamil, fíjate
está en Google, ves acá?
Todo eso nos lo cuenta mientras manejaba el
taxi, buscando en su celular y dándose vueltas para mirarnos a nosotros que
venimos en el asiento de atrás.
-
Fíjate, ves, es el idioma más antiguo que
el hebreo, el egipcio, el farsi, el islandés, el macedonio, el euskera, el
gaélico. Yo habló tamil. Ves, acá? Te lo dice Google.
-
Ah que bien, me parece perfecto, te creo,
pero mejor mira para adelante que en cualquier momento nos pegamos un palo
contra un árbol.
La verdad, el taxista un
audaz conversador.
Otra de las cosas que nos
contó fue una antigua anécdota que circuló en Malasia en la década del 90 con
un presidente argentino que visitó la región en busca de inversores de uno de
éstos Tigres Asiáticos. Te suena el nombre Carlos
Saúl Menem?
Bien.
El mismo presidente llegó acá,
en una época un poco tumultuosa de su vida privada.
Él estaba en pleno conflicto
de divorcio con su esposa Zulema Yoma,
a quien le había prohibido, mediante decreto, el ingreso a la residencia
presidencial y durante esa época, todos los días, te encontrabas con una guerra
de declaraciones entre el ex presidente Menem y su ex esposa e hijos.
Corría el año 1990 y Menem debía
iniciar una gira presidencial por Kenia, Malasia, Tahití, una reunión en la
Organización de Estados Americanos en Paraguay, para finalizar en la inauguración del Mundial de Futbol de Italia.
No faltaba
quien en esa oportunidad decía que Menem se tomaba un respiro y se alejaba dos semanas del infierno
de su conflicto matrimonial, por lo que en ese momento, también Zulema Yoma, no
sólo apelaba a la solidaridad de las mujeres argentinas que estaban a favor de
ella, sino que además se presentaba en todos los canales de televisión dando su
versión de los sucedido y expresando "éste plan económico
del gobierno no resiste. Yo no voy a ser el chivo expiatorio del gobierno. Ni
yo ni mis hijos. Este país se va al diablo en agosto. Por ahora, el país
festeja todo lo que hace Menem. ¿Pero qué va a hacer si todo el pueblo se
levanta? Yo no quiero que me pase lo mismo que a la mujer de Ceausescu". Recordemos que Elena
Ceausescu había sido fusilada junto con su marido, el dictador rumano en 1989.
El ex presidente argentino llegó a Malasia y se encontró con
una de las economías más pujantes del mundo, con cuentas públicas en orden,
desempleo casi nulo, modernidad, desarrollo económico y confianza en el futuro
por su alto nivel de construcciones.
Pero hasta acá los chismes presidenciales de la
época y algo sobre la balanza comercial que favorece a la Argentina en su
intercambio con Malasia.
Pero esto no es lo que yo quería
contarles.
El mismo taxista que hablaba sin
parar, nos contó un poco sobre esa época que Menem visitó Malasia.
Además de negocios, el ex
presidente pedía diversión. Qué tipo de diversión? Fiestas y señoritas de
compañía, algo que nunca se pudo comprobar, porque no se filtraron fotos de
esas situaciones.
Tendrían algún tipo de fiestas
para celebrar sus cierres comerciales o tal vez para festejar la separación de
su esposa? No lo sabemos.
Pero lo que a nosotros nos
sorprendió de éste taxista, es que no sabía nada de Argentina y nunca nos
nombró ni a Messi ni Maradona como suele pasar en muchos países. Sólo que recordara
a Menem y nos comentara alguna de sus andanzas. Podría ser un chisme al pasar?
Tal vez.
Pero conociendo el pueblo
argentino como era Menem, que le gustaba la fiesta, ser fotografiado y salir
más en las revistas del corazón que hacer política, no nos extrañó demasiado lo
que el taxista nos contaba. Así que le dimos crédito a su versión.
Queridos lectores. Hasta acá llegamos hoy con Malasia.
Un país fantástico que si tenes oportunidad de conocer lo vas a amar. Los esperamos la próxima donde visitaremos la moderna Singapur, pero antes dejamos un video del paseo por Tailandia y Malasia.
Los esperamos la próxima semana.
Oscar Mira | Periodista | Escritor
silviayoscarporelmundo@gmail.comsilviayoscarporelmundo.blogspot.com