El presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), Gustavo Weiss, ha confirmado que ya se están produciendo despidos en empresas constructoras como consecuencia de los planes del presidente electo, Javier Milei, de paralizar toda obra pública financiada por el Estado nacional.
En una entrevista reciente, Milei reiteró su posición de que el Estado debe cumplir con sus compromisos financieros y que las obras públicas deben ser llevadas a cabo por iniciativas privadas. Esta postura, según Weiss, podría llevar a un "crack muy importante" en la economía al paralizar las 3,500 obras en ejecución en todo el país, empleando a alrededor de 300,000 personas.
Weiss advirtió sobre las posibles consecuencias negativas, como empresas al borde del concurso de acreedores y la afectación del trabajo indirecto en las fábricas de insumos. También expresó su preocupación por la falta de diálogo entre las autoridades y el sector de la construcción, subrayando la importancia de un enfoque más colaborativo.
A pesar de una conversación informal con el designado ministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro, Weiss afirmó que no recibieron un mensaje concreto sobre el futuro de las obras públicas y la participación del sector privado en ellas. Además, señaló que, según Milei, la viabilidad de que el sector privado se interese en las obras públicas es limitada, lo que podría generar un panorama complicado para el futuro del sector de la construcción en Argentina.
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