Santa Fe se ha convertido en el escenario de una batalla contra reloj para salvar al cardenal amarillo, un ave emblemática que hoy integra la lista roja de especies en peligro crítico. Con una población mundial que no supera los 3.000 individuos, el Gobierno provincial, junto a organizaciones científicas, puso en marcha un plan de manejo integral que incluye, por primera vez, el estudio de su ADN para combatir el mascotismo y la pérdida de hábitat.
El primer censo provincial y el desafío de la conservación
En el norte santafesino, donde las sabanas de pastos cortos y los árboles aislados configuran su hogar natural, se llevó a cabo el primer censo oficial de la especie. La iniciativa contó con la colaboración de instituciones de renombre como Aves Argentinas, Fundación Temaikén y el Ecoparque de Buenos Aires. El objetivo central no fue solo contar individuos, sino identificar los ambientes clave para su supervivencia.
La metodología del relevamiento fue sumamente precisa para evitar el estrés de las aves. Los especialistas utilizaron sonidos que reproducen el canto de posibles competidores para atraer a los ejemplares, dado que se trata de una especie muy territorial. “Sabemos que está en peligro a nivel mundial, pero se necesitan los datos finos en cada lugar”, explicó Luciana Manelli, directora de Bosques Nativos y Áreas Protegidas de Santa Fe.
Genética contra el tráfico ilegal: el ADN como herramienta de rescate
Uno de los pilares más innovadores de este proyecto es la creación del perfil genético del cardenal amarillo santafesino. A través de muestras de sangre y plumas, investigadores del Conicet y de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) buscan identificar la variante específica del Litoral. Este dato es crucial para los operativos contra el tráfico de fauna: permitirá que, al incautar ejemplares, estos puedan ser devueltos exactamente a su zona de origen sin alterar el equilibrio poblacional.
Patricia Amavet, investigadora a cargo del estudio, destacó la importancia de esta herramienta para la gestión ambiental. “Con un estudio genético sencillo, se va a saber de qué región es un ejemplar incautado para no alterar las poblaciones”, señaló. Actualmente, Argentina concentra la mayor parte de la población global, distribuida principalmente en tres variantes genéticas: la del Litoral, la de Cuyo y la de la región pampeano-patagónica.
Amenazas y el rol de la comunidad en la recuperación
El cardenal amarillo enfrenta dos frentes de ataque principales: el tráfico ilegal, impulsado por quienes buscan su plumaje y su canto, y la destrucción de su hábitat debido a desmontes e incendios. Aunque en Santa Fe rige una prohibición total de caza, captura y comercialización desde que fue declarado Monumento Natural en 2022, la presión sobre la especie continúa siendo alta.
Sin embargo, los especialistas mantienen una mirada optimista sobre el futuro. Rocío Lapido, coordinadora del Proyecto Cardenal Amarillo de Aves Argentinas, afirmó que existe una "gran oportunidad" si se mantienen las políticas de protección. “Si le damos libertades, lo dejamos de cazar y de desmontar sus ambientes naturales, la especie se puede recuperar. Solo le tenemos que dar la oportunidad”, concluyó.



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