Newell’s Old Boys logró rescatar un punto dramático en el tiempo adicional ante Estudiantes de La Plata gracias a un gol de Luciano Lollo, pero la igualdad no logra sanar ni enmascarar su delicada crisis futbolística e institucional. Para los hinchas de la Lepra, el partido fue un "suplicio" que solo se convirtió en un "mínimo respiro" al final, ya que el equipo desmembrado y sin juego solo consigue prolongar su agonía en el torneo. La igualdad, lograda por una "contingencia del juego" y no por un funcionamiento básico, deja a Newell's a cuatro puntos de la zona de clasificación a los octavos de final.
Clima Hostil en el Parque y Expulsión de Cristian Fabbiani
El ambiente en el Parque de la Independencia fue palpable y hostil, reflejando el gran malestar de la parcialidad no solo con el rendimiento del equipo, sino también con la comisión directiva de cara a las elecciones del 14 de diciembre. El enojo fue tan masivo que los futbolistas fueron recibidos con una silbatina al salir a la cancha, y se escuchó el grito de "que se vayan todos, que no quede ni uno solo". Incluso en el campo, el clima de "tolerancia cero" se hizo evidente; un tiro libre fallido de Banega y una duda de Espínola fueron inmediatamente reprobados por el público, quienes no soportaban nada apenas a los 3 minutos de juego.
En ese escenario adverso, el entrenador Cristian Fabbiani se mostró desorientado y desesperado. En el "momento más adverso" y con la Lepra en desventaja, el técnico le protestó con vehemencia al árbitro Andrés Merlos, recibiendo la tarjeta roja. El Ogro dejó a sus futbolistas solos, "en el peor momento, en el de mayor confusión, en el de máximo enojo de su parcialidad".
Diferencia de Ideas y La Poca Respuesta del Equipo
La diferencia de jerarquía e idea de juego entre Newell’s y Estudiantes se expuso desde el comienzo. El equipo rosarino apareció como un conjunto "desparramado en la cancha" que juega "al por si acaso, sin demasiada convicción y con errores de toda clase". La esperanza de recortar distancias con los clasificados se "hizo pedazos, con un conjunto que no responde", a pesar de las corridas de Luciano Herrera, uno de los pocos jugadores para rescatar.
Las quejas y reproches se sucedían ante cada avance del rival. La gente también reprobó la "inexpresiva actuación" de Darío "Pipa" Benedetto al ser reemplazado, un delantero que "sigue sin marcar la diferencia. Justo para lo que se lo trajo". El gol de Estudiantes dio la sensación de ser la "sentencia para Newell’s", lo que provocó el grito de "Andate, Astore" dirigido a la dirigencia, al entender que el delicado momento no era culpa exclusiva del cuerpo técnico y los jugadores.
El Gol Agónico de Luciano Lollo No Calma la Tormenta
A pesar de la confusión y la expulsión de Fabbiani, Newell's fue por el "hecho heroico", arrojando centros de manera desesperada. Luciano Lollo, aprovechando un tiro de esquina y un "quedo inexplicable" del conjunto platense, logró el empate que "aplacó un poquito los ánimos".
Sin embargo, el punto rescatado no cambia el presente de la Lepra. La distancia numérica con la clasificación es muchísimo menor que el "presente futbolístico" que lo aleja de la fase final. Los futbolistas "dejaron la cancha entre silbidos" al término del encuentro. El estado general es delicado, y el empate solo alcanza para "sobrevivir" al suplicio.

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