La realidad de los cartoneros o recuperadores urbanos de Rosario atraviesa una profunda crisis: a pesar de trabajar más horas, sus ingresos se han desplomado, principalmente por la caída del precio del kilo de cartón. Este valor se hundió un 65% en un año, pasando de ser pagado a $230 el kilo a oscilar hoy, "con suerte", entre $80 y $100. En el peor de los casos, algunos galponeros abonan tan solo $60. Esta situación ha llevado a una trabajadora con años en el oficio a resumir la realidad con una frase contundente: "Hoy juntar cartón no es negocio para nadie".
Apertura de Importaciones Presiona los Precios del Cartón
La principal causa de este derrumbe en los precios del reciclado urbano es la apertura de importaciones, no solo de productos finales, sino también de residuos reciclables. Desde principios de este año, comenzaron a ingresar al país rollos de cartón y papel, principalmente desde Brasil y China. Esta sobreoferta permitió a las industrias papeleras locales "stockearse y presionar a la baja" los valores que pagan a las cooperativas y galponeros.
Aunque la posibilidad de importar residuos no contaminantes (como el cartón) se abrió en julio de 2023, la desregulación experimentada a mediados de 2024, y su vía libre en enero de este año por parte del gobierno nacional, intensificó la llegada de material del exterior. Fuentes del sector señalan que el cartón importado llega a valores muy inferiores a los que pueden ofrecer las cooperativas argentinas. Como resultado, "Las industrias se llenaron de material importado, más barato, y ahora te dicen: ‘Traeme cartón, pero no te puedo pagar lo mismo que antes’".
Más Horas y Más Personas Buscando Materiales
A la devaluación del material se suma el deterioro general del ingreso y las condiciones laborales. Quienes conocen el sector describen que "Los cartoneros ahora trabajan más horas, caminan más kilómetros y ganan menos plata". El esfuerzo se ha intensificado: casi el 80% de los recuperadores urbanos realiza dos turnos de tareas, y el 43,8% ocupa entre 8 y 12 horas diarias, revisando entre 30 y 35 contenedores al día.
La crisis económica también ha provocado un aumento en la cantidad de personas que salen a la calle a buscar materiales. Según un censo municipal de septiembre de 2024, la cantidad de cartoneros en Rosario aumentó un 40% respecto a la medición anterior, identificándose 819 personas que viven de esta actividad. El 13% de los registrados se incorporó a la tarea en lo que va del año.
Impacto Social y Desafíos de la Economía Informal
La caída de ingresos y la desprotección obligan a muchos a combinar el cartoneo con otros empleos. "Muchos combinan varios trabajos: hacen changas en una obra, venden en ferias, tienen un kiosquito o salen a cirujear", reflejando la necesidad de buscar fuentes de subsistencia adicionales. Este fenómeno se da mientras la disminución del consumo general reduce la cantidad de envases y embalajes disponibles, es decir, hay más gente buscando menos materiales.
Entre los datos demográficos, el relevamiento destaca que la mayoría de los recuperadores son jóvenes: más de la mitad (52%) tiene entre 20 y 35 años, y más del 75% no supera los 50 años. A pesar de las dificultades y la precarización, el trabajo de los cartoneros sigue siendo vital para el ambiente, ya que se estima que recuperaron más de 6.000 toneladas el año pasado, prolongando la vida útil del relleno sanitario. Con resignación, pero sin detenerse, los recuperadores siguen en las calles: "Algo hay que morfar".
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