El Concejo de Rosario encendió una luz de esperanza para el Barco Ciudad de Rosario, emblema del turismo de río local por más de 50 años, al aprobar un proyecto que exige gestiones público-privadas para su rescate. La nave permanece inactiva y anclada en el canal La Lechiguana, en la Isla El Charigüé, a la espera de fondos para su costosa rehabilitación. El parlamento local, con la iniciativa del concejal justicialista Lisandro Cavatorta, solicitó al Ejecutivo municipal que articule los vínculos necesarios para poner en valor la embarcación y fomentar la industria del turismo.
Barco Ciudad de Rosario: El Emblema Varado en las Islas
El histórico navío, que zarpó por primera vez en febrero de 1971, fue golpeado por un doble fenómeno que lo dejó fuera de servicio. Primero, el aislamiento por la pandemia de Covid de 2020, y luego, la bajada histórica del río Paraná. Estos eventos dejaron al barco, que posee 31 metros de eslora y capacidad para 300 pasajeros, encallado en el barro. Además, necesita una costosa revisión de su certificado de navegación (obligatoria cada cuatro años), que tiene un valor aproximado de 45 mil dólares que los propietarios no pueden afrontar.
Estrategia Público-Privada y Decisión Política
El proyecto aprobado, que contó con el respaldo de todos los bloques, promueve un rol activo del Estado como mediador inteligente, buscando articular convenios entre los dueños de la embarcación y otros actores locales interesados en su reactivación. El concejal Cavatorta sostuvo que la iniciativa es una "herramienta para que actúe" el municipio, siendo un puente y no un obstáculo. "No se trata de regalar plata, se trata de generar oportunidades. El turismo es trabajo, es industria, es futuro”, afirmó el edil, asegurando que “solo hacía falta decisión política” para salvar el barco.
El Rol Clave del Paraná y el Turismo Fluvial
La recuperación del Barco Ciudad de Rosario, construido íntegramente en el astillero Riguetti entre 1964 y 1971, es vista como fundamental para potenciar el microturismo local. El proyecto busca que el barco, insignia con sus dos motores, usina eléctrica propia, salones, bar y pista de baile, regrese a la navegación y sea un símbolo de una ciudad que "genera empleo, cultura y turismo". Este esfuerzo se da en un contexto clave, ya que la provincia ha licitado la rehabilitación del frente costero de la Terminal Fluvial, lo que establecerá las condiciones para el amarre de cruceros nacionales e internacionales en el futuro. "Rosario necesita volver a mirar al río, el más lindo del mundo, y convertirlo en motor de desarrollo", concluyó Cavatorta.


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