Ángel Di María protagonizó otra tarde memorable, combinando maestría futbolística y un profundo sentido humano, para asegurar una victoria crucial para Central en La Plata. El regreso de Fideo al fútbol argentino sigue sumando capítulos de jerarquía. Participó directamente en los tres goles del equipo, aportando toques, asistencias y una definición propia, pero fue su reacción tras convertir la que se llevó los aplausos y reflejó su calidad como persona.
Di María, Determinante: Goles y Asistencias Clave
Di María fue la gran diferencia en la lluviosa tarde de La Plata. El partido lo tuvo como protagonista desde el inicio, cuando apenas comenzaba el cronómetro y estuvo cerca de convertir tras un mal pase de Seoane. Segundos después, fue el encargado de iniciar la jugada que culminó en la definición de Alejo Veliz. El jugador demostró estar metido al ciento por ciento pese a que una amarilla lo hubiera dejado afuera del próximo encuentro ante River.
Su zurda resultó implacable en el córner que Enzo Giménez cabeceó al gol, demostrando que su pegada sigue dándole brillo a Central. Cuando las piernas parecían flaquear, el entrenador Holan confió en mantenerlo hasta el final, una decisión que resultó determinante para el desarrollo del juego. Di María es hoy el alma de Central: el goleador, el que asiste, el que hace jugar y el que puede definir un clásico o marcar un gol olímpico.
Gesto de Grandeza Humana Ante la Bronca del Rival
La grandeza de Fideo se apreció con mayor claridad en el aspecto humano. Tras convertir el tercer gol, de su propia autoría, entendió el momento del rival y decidió no festejarlo alocadamente frente a una hinchada de Gimnasia que estaba visiblemente "prendida fuego por el resultado". Miró a los hinchas, levantó las manos y pidió disculpas, en un gesto que buscó evitar "echar más leña al fuego".
En declaraciones recogidas, Ángel Di María sentenció: "La gente de Gimnasia no merecía que festeje el gol". Aunque algunos hinchas, "nutridos por la bronca", lo silbaron al final, la mayoría de lo que recibió Di María antes del partido fueron "mimos, aplausos y reconocimientos". Su acción fue un ejemplo de grandeza de verdad y profesionalismo en el campo de juego.
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