El prolongado conflicto por Cachemira, región estratégica en el subcontinente indio rodeada por Afganistán, China, India y Pakistán, experimentó una peligrosa escalada a mediados de la semana pasada.
En la madrugada del miércoles, India lanzó un ataque directo contra la zona de Cachemira bajo administración pakistaní. Funcionarios de Nueva Delhi justificaron la acción argumentando que los objetivos eran “infraestructuras terroristas” localizadas en territorio vecino. Esta ofensiva se presentó como una respuesta directa a la masacre perpetrada el 22 de abril por el grupo terrorista islamista Jaish-e-Mohammed – con base en Pakistán – contra ciudadanos indios en la Cachemira administrada por India. Las Fuerzas Armadas pakistaníes informaron que los ataques causaron la muerte de más de 30 personas.
Pakistán, tras negar cualquier implicación en el atentado de abril, reaccionó con contundencia al ataque indio. El primer ministro pakistaní calificó la acción de India como “un acto de guerra”. La respuesta inicial incluyó el derribo de cinco aviones de la Fuerza Aérea india, y se advirtió que las represalias continuarían.
Cumpliendo su amenaza, Islamabad intensificó la confrontación lanzando proyectiles contra las ciudades de Amritsar y Jammu, ubicadas en la Cachemira india. Se anticipa que las hostilidades podrían extenderse durante el fin de semana, dada la movilización militar de ambos contendientes en el territorio en disputa.
Raíces históricas de un conflicto persistente
La disputa entre Pakistán e India por la región de Cachemira se remonta a mediados del siglo pasado, específicamente a 1947, cuando la retirada de Gran Bretaña de la India condujo a la partición del territorio. Aunque la administración de Cachemira quedó dividida entre Pakistán e India, ambos países reclaman la totalidad de la región como propia. Las marcadas diferencias étnicas, religiosas y geopolíticas han alimentado históricamente esta tensión.
India y Pakistán ya se han enfrentado en tres guerras por el control de Cachemira: en 1947, 1965 y 1999. Además, India y China libraron un conflicto en 1962 también por cuestiones territoriales en la región. Desde la independencia de la India, la controversia por Cachemira ha oscilado entre períodos de alta tensión y etapas de relativa calma.
La presente escalada representa un desafío crítico para la seguridad internacional. La situación se agrava por el hecho de que tanto India como Pakistán poseen armas nucleares y se encuentran entre los pocos países que no suscribieron el Tratado de No Proliferación Nuclear de 1971.
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