Desde el 17 de mayo, el cierre de un tramo de la autopista Rosario-Buenos Aires por parte de Vialidad Nacional ha transformado el trayecto a la capital en una verdadera “odisea”. Empresas de transporte reportan que, en lugar de las habituales cuatro horas, el viaje puede “extenderse hasta seis horas y media”, dependiendo del horario y las condiciones del tráfico. La mano hacia Buenos Aires permanece cerrada, y se estima que la interrupción durará al menos 20 días más para reparar un puente entre Lima y Alsina, además de otras obras de bacheo y arreglos en taludes.
"Rutas alternas": un desafío para conductores
Diego Elbao, gerente de Transfers, una empresa de traslados aéreos, explica que la necesidad de utilizar “rutas alternativas” obliga a una “conducción más lenta” por seguridad. Esto ha llevado a su empresa a “adelantar los horarios de salida” para asegurar que los pasajeros lleguen a tiempo a sus vuelos en Aeroparque y Ezeiza. Elbao destaca que el principal inconveniente radica en el “deterioro de las rutas alternativas”, con “baches y falta de señalización”. A esto se suma la “ausencia de señal de celular en muchos tramos”, lo que complica el seguimiento satelital de las unidades.
Durante el pico de la emergencia climática, su empresa “duplicó el personal”, pero aun así, algunos pasajeros “perdieron sus vuelos” debido a los cortes de acceso.
"Desvíos riesgosos": la experiencia de los choferes
Nahuel Buzzone, chofer de la empresa de remises Distinción, relata que el viaje desde Rosario hacia Buenos Aires, incluso después de que se rehabilitara la doble vía para el regreso, “sigue siendo lento”, estimando “unas cinco horas o más”. El desvío principal se realiza a la altura de Baradero, tomando la ruta 41, la cual, según Buzzone, “está toda rota” y se ha deteriorado aún más con las lluvias y el aumento del tráfico.
Además, al ser una ruta y no una autopista, hay “vehículos que vienen de frente”. Buzzone recuerda que el primer día de habilitación de este desvío, “chocaron dos camiones de frente”, lo que provocó un corte adicional y extendió su propio viaje a “seis horas”.
"Viajar en colectivo": la paciencia es clave
Para los usuarios de colectivo con destino a Retiro, la situación no es diferente. Empresas de ómnibus informan que los traslados que solían durar cuatro horas ahora pueden “extenderse hasta cinco horas y media”. El tiempo adicional varía según las rutas alternativas que tomen los choferes. En el mejor de los casos, la demora es de “45 minutos más”, pero para destinos como Campana o Zárate, donde se toma la ruta provincial 6 desde la ruta nacional 8, el desvío puede agregar entre 25 y 35 kilómetros, elevando la demora a “90 minutos”.
Las compañías no tienen un único camino alternativo definido; algunos choferes optan por la ruta nacional 188 después de San Nicolás o la ruta provincial 51 en el acceso a Ramallo. En promedio, los viajes en ómnibus a Buenos Aires sin paradas intermedias después del tramo cortado tardan entre “4 y 5 horas”.
"Caminos alternativos": las recomendaciones de Vialidad
Vialidad Nacional ha propuesto dos “caminos alternativos” para llegar a Buenos Aires desde Rosario:
- Ruta Nacional 9 hasta San Nicolás, luego Ruta Nacional 188 a Pergamino, Ruta Provincial 51 a Arrecifes, o Ruta Provincial 41 a San Antonio de Areco, para finalmente tomar la Ruta Nacional 8 hasta CABA.
- Ruta Nacional 174 (Puente a Victoria), Ruta Provincial 11 a Gualeguay, Ruta Nacional 12 hasta Zárate, y luego la Ruta Nacional 193 o la Ruta Nacional 9 hacia Buenos Aires.
La autopista en sentido a Buenos Aires se mantendrá cortada por la reparación del puente entre Lima y Alsina, además de tareas de bacheo y arreglo de taludes en el kilómetro 103, al oeste de Zárate.
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