Cada 3 de mayo, Argentina celebra el Día de la Milanesa. Esta tradición surgió hace algunos años gracias a la iniciativa de usuarios de redes sociales que buscaban reconocer a este plato tan popular. Ya sea acompañada de fideos, papas, ensalada, a la napolitana o simplemente con un toque de limón, la clásica "milanga" se ha consolidado como un emblema de la cocina nacional.
Si bien existen diversas teorías sobre su origen, una de las más difundidas sitúa el nacimiento de la milanesa en la ciudad italiana de Milán, donde se conoce como cotoletta alla milanese. La receta original empleaba una costilla de ternera con hueso, lo que le otorgaba su forma característica.
La historia relata que en el año 1134, durante la época en que Milán formó parte del Imperio Austro-Húngaro, un cocinero italiano presentó este plato a la corte austriaca por primera vez. Con la llegada de inmigrantes italianos a Argentina, esta preparación se fue adaptando hasta convertirse en la versión que conocemos hoy en día.
La fecha conmemorativa del Día de la Milanesa nació de una campaña en las redes sociales impulsada por un grupo de argentinos, a la que se sumaron miles de internautas. Así, se estableció el 3 de mayo como el día para celebrar y recordar en todo el país el origen de este clásico que ocupa un lugar destacado en la gastronomía argentina.
El primer registro de la milanesa en Argentina se encuentra en el Almanaque de la Cocinera Argentina, publicado en 1880. Este recetario pionero del país ya incluía la milanesa entre sus recetas, importada desde Italia.
Gracias a la investigación de Marcela Fugardo y Paula Caldo, este antiguo escrito resurgió y se encuentra disponible en librerías bajo el título La Cocinera Argentina. En este libro se detalla sobre el plato: “Se cortan costillas de lomo de ternera en rebanadas, se preparan, se sazonan, se bañan en huevo medio batido y se dejan escurrir bien y luego se envuelve en pan rallado con un poquito de queso parmesano si hay, se dejan orear y se fríe en grasa, aceite o manteca. Se hacen también de surubí, de cordero y de cerdo, buscando siempre la carne más tierna”.
Sin embargo, a diferencia de la milanesa tradicional, la creación de la milanesa napolitana es un invento netamente argentino. Su origen se remonta a la década de 1950, en una fonda ubicada frente al estadio Luna Park de Buenos Aires. Cuenta la historia que al cocinero se le quemó una tanda de milanesas y, para no desecharlas, decidió cubrirlas con salsa de tomate y queso mozzarella. El dueño del lugar se llamaba José Nápoli, y de allí surgió el nombre de esta deliciosa variante.
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