La industria de Santa Fe comenzó el 2025 con señales preocupantes. La siderurgia (-2,16 puntos porcentuales) y los productos de metal y servicios relacionados (-0,20 p.p.) fueron los sectores con mayor incidencia negativa en la variación interanual del índice de producción industrial relevado por la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe).
Este panorama se agrava por la apertura de importaciones impulsada por el presidente Javier Milei, sumada a la reciente decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles a la producción de varios países, incluida Argentina. La situación enciende las alarmas en el sector industrial santafesino.
Mariano Ferrazini, integrante de la comisión directiva de Fisfe y miembro de la Unión Industrial Argentina (UIA), expresó su preocupación en declaraciones radiales: "Es muy difícil competir en las actuales condiciones", y advirtió: "Se están perdiendo puestos de trabajo".
“El escenario es extremadamente complejo. No solo por Estados Unidos. Europa también está intentando resolver las asimetrías en su producción. Estamos en un momento donde el mundo comienza a redefinir lo que en los años 90 se llamó globalización, que fue la relocalización de fábricas y centros de producción. Hoy Oriente y los países desarrollados comprenden que fabricar más barato para obtener bienes a bajo costo y mantener una inflación mínima termina afectando sus propios niveles de empleo. Es una situación compleja. Argentina, en cambio, hace un análisis distinto. Creo que ese análisis atrasa y por eso se lanza a una apertura económica”, explicó Ferrazini.
En diálogo con LT8, el dirigente de Fisfe aclaró: “No tenemos problemas con la apertura en sí. Lo que no se resuelve es cómo competir con los países más industrializados. Esto involucra cuestiones fiscales, ciertas condiciones laborales que influyen fuertemente en el costo final de nuestras producciones y también el aspecto financiero. Estamos frente a países que tienen un peso financiero sobre su PBI superior al 100%, mientras que nosotros apenas alcanzamos el 8%. Nos falta mucho músculo”.
Consultado sobre la posible pérdida de empleos, Ferrazini fue tajante: “Si se analizan los informes de la Fisfe y de la UIA, se van perdiendo puestos de trabajo. Es verdad que todavía no hay conflictos colectivos muy grandes, pero si miramos nuestra región, durante todo el año pasado hubo suspensiones prolongadas en las principales plantas fabriles. Y hoy esas suspensiones continúan”.
En ese sentido, advirtió que “con políticas de este tipo y con expectativas de que esto no cambie, seguramente vamos a afectar cada vez más al sector de los trabajadores, algo que claramente no queremos hacer. El año pasado, a nivel nacional, la producción cayó un 9% y los puestos laborales algo más del 2%. Se intenta defender a la masa de trabajadores, pero la perspectiva no es buena”.
En cuanto al tipo de cambio y si considera que el valor oficial del dólar está atrasado, Ferrazini se mostró prudente: “No plantearía el tipo de cambio como solución para la competitividad. En otro momento se ha hecho. Tenemos que trabajar en resolver un esquema tributario que aplica tributos sobre tributos, muchos de ellos distorsivos y en cascada, lo que genera una presión fiscal enorme. El problema pasa por ahí y por resolver cuestiones logísticas”, concluyó.
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