La guerra comercial impulsada por las políticas arancelarias del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, forma parte de una estrategia para regular las relaciones económicas con países en disputa.
“En la guerra comercial, cuando alguien sube los aranceles a las importaciones, después hay ‘retaliation’, es decir, represalia, y la situación va escalando”, explicó el economista Lorenzo Sigaut Gravina en declaraciones a la agencia Noticias Argentinas.
El socio fundador y director de análisis macroeconómico de Equilibra detalló que, en este tipo de conflictos, “empieza uno después del otro y van escalando, con suba de aranceles de importación a productos de un país, y el otro hace lo mismo”.
La estrategia de Trump y sus antecedentes
Al analizar la política arancelaria de Trump, Sigaut Gravina recordó que “en la primera presidencia de Trump, ya hubo una guerra comercial con China, que duró casi dos años”.
“A China ya le subió 10% inicialmente, ahora otro 10%, China ha hecho represalias, y con Canadá y México les había subido 25%, un montón. Lo había suspendido un mes para negociar, pero no llegó a buen puerto y finalmente este martes lo subió”, explicó.
En este contexto, el economista señaló que la estrategia del republicano consiste en “poner un arancel muy alto, sobre todo en el caso de Canadá y México, para forzarlos a que hagan algo, lo que Trump quiere, o que lo ayuden en lo que Trump quiere, para luego poder ir bajándoselo o directamente anulárselo”.
Sin embargo, destacó que “con China es una opción más de largo aliento y una batalla más importante”, ya que el conflicto con el gigante asiático “duró casi dos años”.
“Hoy está claro que la puja es con China por un lado y, por otro, tratar de conseguir de Canadá y de México algún beneficio, reduciendo ese impuesto muy alto a la importación del 25% que había quedado suspendido y ahora está en efecto”, resumió.
Posibles consecuencias a nivel global
Por otra parte, advirtió que “Trump ha avisado que puede usar los aranceles en forma recíproca, es decir, si vos me ponés un arancel del 10%, yo te pongo un 10% a vos”.
“Y con esto extendería la negociación a todos los demás países del mundo”, remarcó el especialista.
De este modo, la escalada de aranceles que desató la guerra comercial representa para el resto del mundo un factor de incertidumbre, cuyo impacto global dependerá de la duración del conflicto y de las represalias que puedan adoptar otras potencias.
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