La multinacional Raizen, que gestiona la red de estaciones de servicio Shell en Argentina, inició el proceso de venta de sus activos en el país. Para ello, contrató al banco de inversión J.P. Morgan, con el objetivo de valuar y liquidar su patrimonio.
La compañía, sociedad del holding brasileño Cosan y la anglosajona Shell, busca desprenderse de su refinería Dock Sud, la más antigua del país, con una capacidad de procesamiento de 100.000 barriles diarios, así como de su red de más de 700 estaciones de servicio Shell, que representan el 18% de las ventas de combustible en Argentina.
La relación entre Raizen y Shell se afianzó en 2018, cuando Raizen adquirió las estaciones de servicio de la petrolera angloholandesa en Argentina por USD 950 millones. En ese momento, el CEO de la compañía, Teófilo Lacroze, señaló: "Fue una suerte de reacomodamiento, la mitad de Raizen es de Shell".
En 2023, la petrolera quedó envuelta en una polémica tras ser denunciada por la Dirección General de Aduanas por maniobras fraudulentas en comercio exterior. La acusación indicaba que la firma habría obtenido dólares del Banco Central a cotización oficial de manera irregular. Un caso reveló que una importación registrada en 363.585 euros en realidad se había efectuado por 9.718 euros, lo que significaba una sobrefacturación del 3.741%.
La salida de Raizen se suma a la de otras multinacionales que decidieron desprenderse de activos en Argentina en el último año, como ExxonMobil, HSBC y Mercedes-Benz, mientras que Equinor evalúa su permanencia en el país. Las empresas extranjeras enfrentan dificultades para girar dividendos al exterior debido a las restricciones cambiarias, lo que genera dudas sobre el atractivo inversor del gobierno libertario y, en particular, sobre el futuro del yacimiento Vaca Muerta.
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