El pasado martes 24 de febrero de 2025 se concretó la venta de la filial argentina de Telefónica a Telecom, empresa del Grupo Clarín, en una operación valorada en aproximadamente US$1245 millones –aunque algunas fuentes señalan US$1250 millones–. Según confirmaron diversas fuentes empresariales radicadas en Madrid, Telefónica decidió desprenderse de su operación en Argentina para concentrarse en los mercados europeos, en el marco de una política de gestión de cartera de activos que busca reducir gradualmente la exposición a Hispanoamérica.
La operación, que incluye la transmisión del 99,999625% de las acciones de Telefónica Móviles Argentina S.A., afecta a marcas históricas como Movistar, Movistar TV, Tuenti, y a servicios clave como Personal (telefonía celular e Internet hogareño, heredado de Fibertel) y Flow (TV por cable y streaming). Con esta adquisición, Telecom pasaría a contar con aproximadamente el 70% de los servicios de telecomunicaciones en el país, situación que ha generado de inmediato reacciones tanto en el ámbito regulatorio como en el Gobierno Nacional.
Ante el riesgo de concentración monopólica, el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM) enfatizó en un comunicado oficial que "El sistema vigente de controles evita posiciones oligopólicas y garantiza los derechos ciudadanos a la comunicación, información y libertad de expresión". Asimismo, el organismo aseguró que, junto a la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC), evaluará minuciosamente la operación para proteger el derecho de elección de los usuarios, así como la libre competencia, la asequibilidad y la accesibilidad de los servicios TIC en todo el territorio nacional.
La Oficina del Presidente de la República, por su parte, advirtió que, al concentrarse un porcentaje tan elevado del mercado –según sus cálculos, fruto de décadas de beneficios estatales otorgados a la compañía–, "De ser así, el Estado Nacional tomará todas las medidas para evitarlo". La administración resaltó que la formación de un monopolio no solo atentaría contra la libre competencia, sino que también pondría en riesgo el proceso desinflacionario que se ha logrado en el sector de las comunicaciones, cuyo índice de inflación se redujo del 15,6% en diciembre de 2023 al 2,3% en enero del presente año.
Por su parte, en un memo oficial, Telefónica explicó que la venta se enmarca dentro de su estrategia de optimización y desinversión en mercados no estratégicos, destacando su largo recorrido en Argentina desde la privatización de la Empresa Nacional de Telecomunicaciones en 1990. La filial, que actualmente cuenta con cerca de 10.000 empleados y atiende a unos 20 millones de clientes a través de la marca Movistar, cierra así un capítulo de su historia en el país.
Telecom, cuyos accionistas se componen en un 40% de CVH (relacionado con el Grupo Clarín), otro 40% de Fintech (liderada por David Martínez) y un 20% cotiza en Bolsa, adelantó en su comunicado que la operación permitirá aprovechar la complementariedad territorial y de clientes entre ambas empresas. Según indicaron, "La operación aprovechará la complementariedad territorial y de clientes de ambas empresas y la mayor capacidad de inversión, posibilitando que sus soluciones tecnológicas y sus servicios tengan la misma calidad para todos sus clientes sin importar en qué zona se encuentren." Además, la compañía se comprometió a continuar desarrollando la infraestructura digital del país, incrementando la cobertura de la banda ancha fija y móvil, y acelerando el despliegue de fibra óptica y redes 5G –una apuesta que, según su CEO Roberto Nobile, "Con esta operación, Telecom demuestra una vez más su vocación de seguir invirtiendo en la Argentina, en el marco de las condiciones macroeconómicas actuales, que suman certeza y estabilidad a la inversión privada y competitiva."
El financiamiento de esta operación contó con la participación de BBVA –quien actuó como Advisor y facilitó un financiamiento inicial junto a Deutsche Bank, Santander e ICBC por US$1170 millones–, lo que refuerza la robustez del acuerdo en un contexto de creciente consolidación global de la industria de telecomunicaciones. Expertos y fuentes cercanas al mercado destacan que, si bien la transacción implica una reconfiguración sustancial del panorama nacional –con Telecom compitiendo de manera directa con Movistar (a través de Personal) y enfrentándose a gigantes como Claro, Starlink y la nueva alianza entre DirecTV y Amazon–, el ecosistema argentino sigue contando con la presencia de múltiples actores, entre ellos Telecentro, iPlan, cooperativas y empresas locales.
En tanto, tanto ENACOM como la CNDC han dejado en claro que la revisión del acuerdo se ajusta a un riguroso marco regulatorio que, como han reiterado en sus comunicados, "establece un sistema de control sobre las transferencias, cesiones y adquisiciones de las licenciatarias de los servicios de TIC", garantizando así la transparencia del proceso, la protección de los derechos de los usuarios y la preservación de la libre competencia. La operación, que ya fue confirmada por fuentes inobjetables desde Madrid y ha sido difundida en diversos medios locales, se encuentra a la espera de las presentaciones regulatorias correspondientes para su autorización final.
Con este cambio en el mapa de las telecomunicaciones, el sector argentino se prepara para vivir una transformación que, si bien promete modernización y una mayor capacidad de inversión en infraestructura, también plantea desafíos en cuanto a la concentración de mercado y la defensa de la competencia –aspectos que las autoridades seguirán vigilando de cerca en los próximos días.
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