Desde comienzos de enero, el dueño de un taller ubicado en Matienzo al 3200 fue víctima de un ataque planificado luego de recibir amenazas relacionadas con una supuesta deuda por drogas de su hijo. En la tarde del 31 de diciembre, el hombre recibió un mensaje intimidante en su WhatsApp: "Te la hago re fina. Tu hijo nos debe plata de droga. Con recargo pasa 4 mil dólares o te recanto a tiros todos los días el taller tu casa. Vos verás si no pagás. Tenés tiempo hasta mañana al mediodía". A pesar de la amenaza, Gustavo, propietario del taller, continuó trabajando sin tomar medidas inmediatas.
Sin embargo, la madrugada del 2 de enero, un desconocido incendió el portón de ingreso al taller. Aunque el fuego fue controlado rápidamente, los Bomberos Zapadores confirmaron que hubo riesgo de propagación hacia viviendas cercanas. En la tarde de ese mismo día, Gustavo recibió más mensajes amenazantes: "Cumpa ya te dimos la primer advertencia. Cómo querés seguir, vas a pagar lo que debe Nahuel o querés que sigamos haciendo daño. La quiso jugar de narco y no le salió. Problemas de ustedes. Ahora paguen".
La situación escaló aún más en la noche del 8 de enero, cuando Gustavo regresó a su taller y constató que habían disparado contra el lugar y afectado dos vehículos. La policía recolectó 10 vainas servidas calibre 40. Según testimonios de testigos, el atacante podría haber sido un hombre encapuchado o un disparo proveniente de una camioneta con vidrios polarizados.
Con el apoyo de cámaras de seguridad de la cuadra, la investigación liderada por el fiscal Pablo Socca permitió identificar una Volkswagen Amarok color gris, desde la cual se realizaron los disparos. Este hallazgo llevó a la detención de Joel Miqueas O., de 26 años, quien fue arrestado en un allanamiento realizado el 9 de enero en una vivienda cercana, donde también se halló la camioneta involucrada en la balacera.
En la audiencia del 13 de enero, el fiscal imputó a Joel Miqueas O. por extorsión agravada por el uso de arma de fuego, incendio y portación ilegítima de arma de fuego de guerra, y el acusado quedó en prisión preventiva. La investigación reveló que el trasfondo de las amenazas está relacionado con una deuda de su hijo con narcotraficantes de la zona, quienes intentaron obtener 4 mil dólares como pago por una deuda que el hijo de Gustavo tenía con ellos.