A partir de este lunes 3 de febrero, el tipo de cambio oficial experimentará una suba mensual del 1%, tras haber mantenido una devaluación del 2% durante los últimos trece meses. Esta nueva medida, anunciada por el Banco Central (BCRA) después de la publicación de la inflación de diciembre (2,7%), tiene como objetivo profundizar la reducción de la inflación, aunque también traerá consigo una apreciación más pronunciada del peso.
Claudio Caprarulo, economista y director de Analytica, explicó que la reducción en el ritmo del crawling peg (el término técnico para describir la devaluación gradual aplicada por el gobierno desde enero del año pasado) es una medida clave para reducir la nominalidad en la economía. Según Caprarulo, si se mantiene la dinámica del 2024, el traslado de los precios mayoristas importados debería producirse de manera rápida, lo que generará efectos positivos en la economía.
Además de la devaluación más moderada, el mercado esperaba que el BCRA también recortara la tasa de interés de referencia, lo cual ocurrió el jueves pasado. La tasa pasó del 32% anual (equivalente al 2,6% mensual) al 29% (2,16% mensual). Los analistas indicaron que este recorte tiene como objetivo mantener el diferencial entre el rendimiento de los pesos y la suba del tipo de cambio oficial, con el fin de incentivar las inversiones en pesos sin generar un exceso de rentabilidad.
El economista Amilcar Collante agregó que sin este recorte de tasas, el rendimiento en dólares de los pesos resultaba demasiado atractivo, considerando las expectativas de devaluación.
Por otro lado, un informe de Delphos Investment señaló que la baja de tasas busca continuar incentivando la demanda de préstamos en dólares, los cuales tienen una tasa de interés más baja que las líneas en moneda local.
A pesar de los efectos positivos de una devaluación más lenta sobre los precios y la reducción de la inflación, esta medida también profundizará la apreciación del peso. Este fenómeno genera que los productos y servicios argentinos se encarezcan en dólares frente a otros países de la región, lo cual complica la acumulación de divisas por parte del BCRA, al fomentar las importaciones en lugar de las exportaciones.
Caprarulo advirtió que, en el mejor de los casos, la apreciación cambiaria podría ser transitoria, hasta que el aumento de precios se modere. Este proceso podría dificultar aún más la creación de un sendero sostenible de acumulación de reservas internacionales, que no dependa de medidas coyunturales como las bajas transitorias en las retenciones o el blanqueo de capitales.
Por su parte, Collante coincidió en que el fenómeno de atraso cambiario continuará, al menos hasta las elecciones, estimando que la apreciación acumulada del peso podría estar entre el 6% y el 11% hasta octubre.
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