Las organizaciones Basta de Demoler y Fundación Ciudad manifestaron su “preocupación y alarma” por el plan de demolición del emblemático Estadio Luna Park y solicitaron a las autoridades que detengan el proyecto de construcción de un nuevo estadio en el mismo predio. Las solicitudes fueron enviadas a la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, presidida por Mónica Capano, y al Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri, a través de cartas firmadas por Ana Bas y Andreína de Luca de Caraballo, presidentas de las respectivas fundaciones.
El Luna Park, declarado Monumento Histórico Nacional por el Decreto N° 123/2007, está protegido por la ley, lo que prohíbe su demolición. Las fundaciones solicitaron a la Comisión que “adopte los cursos de acción necesarios” para garantizar el cumplimiento de esta normativa y exigieron informes sobre si los propietarios del estadio, la empresa Luna Park Stadium S.A., han solicitado autorizaciones para las intervenciones proyectadas. Además, remarcaron que “no pueden realizar ningún tipo de intervención en el estadio, en ausencia de dictamen favorable y firme” de los organismos correspondientes.
Asimismo, pidieron al gobierno porteño información sobre las acciones tomadas para proteger este monumento histórico y ejercer su tutela patrimonial.
La concesión y el proyecto de demolición
El Luna Park pertenece a Stadium Luna Park S.A., cuyos accionistas son el Arzobispado de Buenos Aires y la Institución Salesiana. En octubre pasado, aprobaron la concesión del estadio a DF Entertainment, del empresario Diego Finkelstein, controlada por la multinacional Live Nation Entertainment Inc.. Según el contrato, el nuevo gerenciador deberá negociar la demolición y construcción del estadio con las autoridades. Sin embargo, cualquier gestión sobre el edificio debe ser realizada legalmente por sus propietarios, es decir, la Iglesia.
La concesión, que comenzará el 2 de enero de 2025, será por un plazo de 20 años con opción a otros 20, e incluye una inversión inicial de 34 millones de dólares para demoler el Luna Park y levantar un nuevo estadio con capacidad ampliada de 8.400 a 13.000 espectadores, pese a las restricciones legales. Como contraprestación, la Iglesia recibirá un millón de dólares al firmar el contrato y otro millón anual durante los 40 años de concesión.
Restricciones legales versus planes arquitectónicos
Al ser un Monumento Histórico Nacional ubicado en un Área de Protección Histórica, el Luna Park tiene limitaciones estrictas que prohíben cambios en su volumen, estructura interior, estilo y fachadas. Sin embargo, los planes arquitectónicos incluyen no solo la demolición del estadio actual, sino también la construcción de un edificio más grande con dos niveles adicionales de altura, palcos, estacionamiento subterráneo y un aforo ampliado.
Estos cambios, que aumentan la capacidad en un 53%, contradicen las normativas de preservación y han desatado un intenso debate entre las autoridades, los concesionarios y las organizaciones defensoras del patrimonio cultural.