Empresarios textiles señalaron este jueves que enfrentan una caída del 20% interanual en la actividad durante 2024, y advirtieron que la flexibilización de las importaciones amenaza la recuperación del sector. Según indicaron, esto podría absorber la mejora del poder adquisitivo proyectada para el próximo año.
"El riesgo es que la mejora en el consumo, en el contexto en el cual estamos donde tenemos una cancha desnivelada, donde se favorece la importación sin ningún tipo de legislación en materia de valores criterio y demás, podemos correr el riesgo de que la pequeña recuperación que podamos ir teniendo los asalariados se vaya a importaciones", sostuvo Luciano Galfione, presidente de la Fundación ProTejer.
Durante una conferencia de prensa previa a la Convención Pro Textil 2024, Galfione repasó los desafíos del sector, que operó con un uso promedio de capacidad instalada del 44% entre enero y septiembre de 2024. Indicó que esta baja utilización refleja que "6 de cada 10 máquinas estuvieron paradas", a pesar de tres años consecutivos de inversiones récord que superaron los 1.400 millones de dólares.
Galfione también destacó el impacto de la apreciación cambiaria: "Cada vez somos más caros produciendo y se bajan aranceles a la importación, cada vez va a ser más difícil competir", señaló. Asimismo, aclaró que, aunque no se oponen a la apertura económica, estas políticas deben implementarse con "recaudo, inteligencia y con una temporalidad estratégica", considerando los problemas estructurales de competitividad que enfrenta el sector.
"Si en este contexto se toman medidas de baja de aranceles y desregulación de medidas de protección de comercio leal, no hacemos más que seguir desnivelando la cancha en contra de nuestra producción", advirtió, subrayando el daño potencial sobre las capacidades locales y el tejido social.
Por su parte, ProTejer detalló que el precio de una prenda en Argentina está fuertemente condicionado por impuestos y costos indirectos: "El precio de una remera en un shopping se compone en un 50% por impuestos que en su mayoría van al Estado nacional; un 30% por alquiler y costo financiero; 12% logística, marketing y rentabilidad; mientras que la industria sólo representa 8% del precio final", explicó.
"El problema de la Argentina no es producir, el problema de la Argentina es comerciar", agregó Galfione, destacando que las prendas importadas llegan a venderse en el país hasta "7 veces más caras que en Brasil" debido a los costos adicionales de impuestos y comercio.
En tanto, Jorge Sorabilla, secretario de ProTejer y director de TN&Plantex, señaló: "Creemos que el nivel de actividad va a estar 20% en promedio por debajo de 2023, con una rentabilidad diezmada o negativa". Además, anticipó que "en 2025 se espera un rebote de la economía", aunque advirtió que la recuperación podría ser aprovechada por importadores de productos terminados, lo que sería "lo peor que le puede pasar a la Argentina".
Sorabilla enfatizó que "Argentina no tiene un problema de competitividad en la industria, lo que tiene es un problema de estructuras impositivas que no te hace ser competitivo", sumado a una apreciación cambiaria que limita las exportaciones.
Finalmente, lamentó la falta de un plan de desarrollo para el sector y reclamó al gobierno que "bajen impuestos porque sino no va a poder competir la industria nacional".