En una entrevista con la cadena RedeTV, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, reiteró que Nicolás Maduro es un “problema” de Venezuela, y no de Brasil. Lula se mostró firme al afirmar que, aunque desea lo mejor para los venezolanos, la crisis política en el país vecino debe ser resuelta internamente. "Maduro es un problema de Venezuela, no es un problema de Brasil", destacó el mandatario, quien también señaló que la situación en Venezuela requiere atención local y no internacional.
El presidente de Brasil subrayó que su prioridad es conducir su propio país por el camino correcto, sin distraerse por los problemas de otros. Esto, luego de un creciente distanciamiento con Maduro, agravado por la controversia en torno al grupo BRICS, del cual Brasil vetó recientemente la entrada de Venezuela como miembro asociado.
El veto fue respondido duramente desde Caracas, donde se calificó la acción como una “agresión inexplicable e inmoral” por parte de Brasil. Maduro, por su parte, expresó su descontento en un comunicado en Telegram, acusando a Brasil de seguir una postura excluyente, similar a la del expresidente Jair Bolsonaro. En medio de estas tensiones, el ministro de Exteriores venezolano, Yván Gil, arremetió contra el veto, señalando que afectaba la relación histórica entre ambos países.
El conflicto también escaló en las redes sociales cuando la Policía Nacional Bolivariana publicó una imagen de Lula con el mensaje “el que se mete con Venezuela se seca”, lo que fue rápidamente condenado por el gobierno de Brasil, calificando la postura como un ataque personal que no correspondía con las vías diplomáticas tradicionales.
Por su parte, el asesor de política exterior de Lula, Celso Amorim, explicó que la relación entre ambos países sufrió un quiebre de confianza debido a que Venezuela no entregó las actas electorales del Consejo Nacional Electoral (CNE) que confirmarían la reelección de Maduro, como había prometido. Esta falta de transparencia fue vista como un incumplimiento de acuerdos previos, lo que llevó a la decisión de Brasil de vetar a Venezuela en el grupo BRICS.
A pesar de los roces diplomáticos, Lula insistió en que su país seguirá buscando una solución pacífica y constructiva, sin dejar de mantener la crítica a la falta de transparencia en las elecciones venezolanas.
