La gente espera en las filas para cargar combustible en Santa Cruz, Bolivia, el 8 de noviembre de 2024. REUTERS/Ipa Ibanez
La crisis económica que atraviesa Bolivia se ha intensificado en las últimas semanas debido a la escasez de combustibles, lo que ha puesto en alerta a diversos sectores productivos y ha disparado los precios de productos y servicios esenciales. Desde hace más de dos semanas, largas filas de vehículos se han formado en estaciones de servicio de todo el país, en especial en Santa Cruz, donde la escasez de diésel afecta gravemente la actividad agropecuaria.
El vicepresidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), Klaus Frerking, alertó que si la falta de diésel persiste y no se realiza la siembra de verano en las próximas semanas, la seguridad alimentaria de Bolivia para el año 2025 podría estar en grave riesgo. “Sin diésel, no hay comida para 2025”, expresó Frerking, destacando que el 90% de las casi 2 millones de hectáreas sembradas en Santa Cruz depende de este combustible para operar la maquinaria agrícola.
Usuarios reportan esperas de más de 12 horas para cargar combustible en Santa Cruz. REUTERS/Ipa Ibanez
La situación se ha visto agravada por los bloqueos de caminos realizados por seguidores de Evo Morales entre octubre y noviembre, lo que paralizó la distribución de productos y afectó la economía. Estos bloqueos, según el gobierno, fueron la causa principal de la escasez de combustibles, aunque la falta de dólares y la baja producción local también se señalan como factores que complican la situación.
El presidente Luis Arce se comprometió a resolver el problema del desabastecimiento en diez días, pero la promesa ha generado escepticismo, especialmente tras las críticas del líder opositor Luis Fernando Camacho, quien advirtió que Bolivia está siguiendo el camino de Venezuela. “Ya vimos a dónde nos ha llevado el socialismo. Vamos a una crisis similar a la venezolana, con falta de dólares, de combustible y lo que es peor, falta de alimentos”, escribió Camacho en una carta a sus seguidores.
Un letrero en un autobús de Santa Cruz anuncia el incremento del pasaje en 50% ante la falta de combustible y la subida de precios de algunos productos de la canasta básica.
A la par de la crisis en el sector agropecuario, los precios del transporte público también han subido un 50% en Santa Cruz y La Paz, debido a las dificultades que enfrentan los conductores para conseguir combustible. En un contexto de alta inflación y escasez, los bolivianos se ven atrapados entre el aumento de los precios de la canasta básica y una creciente incertidumbre económica.
El gobierno boliviano enfrenta fuertes críticas por su manejo de la política de hidrocarburos, heredada de la gestión de Evo Morales. Según datos oficiales, Bolivia importa el 86% del diésel y el 56% de la gasolina que necesita, pero la falta de dólares ha dificultado las compras de estos productos esenciales. El presidente Arce ha señalado que la situación se resolverá en los próximos días, pero muchos temen que la crisis se prolongue y afecte aún más a los sectores productivos y a la población en general.
Mientras tanto, sectores económicos como el agropecuario, el transporte y el comercio se enfrentan a un panorama de pesimismo, mientras esperan que el gobierno cumpla con sus promesas de normalizar el suministro de combustibles y frenar el alza de los precios.