Yalil Roberto “Turco” Azum, de 47 años, y su hermano Alejandro Sharif Azum, de 40, se enfrentan a la justicia desde este lunes. Yalil, señalado como cabecilla de una organización delictiva, enfrenta cargos de asociación ilícita, encubrimiento de homicidio, y usura, entre otros. Por su parte, Alejandro es acusado de homicidio, juego clandestino y asociación ilícita. Los fiscales Alejandro Ferlazzo y Viviana O’Connell solicitaron penas de 27 y 20 años de prisión, respectivamente.
El tribunal, integrado por los jueces Aldo Bilbao Benítez, Lorena Aronne y Hebe Marcogliese, escucha los cargos que incluyen delitos graves como homicidio calificado por premeditación y el uso de armas de fuego, usura agravada por habitualidad (20 hechos), y juego clandestino.
Los inicios del caso
El detonante de la investigación fue la detonación de una granada en 2016 cerca del club Parque Independencia, lo que permitió identificar tres grupos delictivos, entre ellos el liderado por Yalil Azum. Este grupo mantenía vínculos estrechos con otros criminales como Ariel "Tubi" Segovia, asesinado en prisión, y Cristian “Negro” González, condenado a 18 años por narcotráfico.
La fiscalía sostiene que Yalil actuaba como financista de las operaciones ilegales, manejando dinero proveniente del narcotráfico y el juego clandestino. Entre 2016 y 2018, las comunicaciones telefónicas revelaron su vínculo con Segovia, quien organizaba puntos de venta de drogas administrados por asociados del grupo Azum.
Diversificación delictiva
El grupo operaba múltiples negocios ilegales desde una oficina central. Se dedicaban a la usura, juego clandestino, compra de propiedades y autos, y contaban con una flota de taxis para lavar dinero. Según la fiscalía, el patrimonio de Yalil creció exponencialmente gracias a estas actividades, lo que le permitió acceder a contactos en el ámbito político y estatal.
Vinculación con homicidios
Entre las acusaciones, se destaca la participación en el homicidio de Lorena Ojeda en 2016, una adolescente asesinada por error mientras se buscaba eliminar a un testigo clave en otro caso. También se los acusa de encubrir el homicidio de Jonatan “Bam Bam” Funes y proteger a los responsables mientras estaban prófugos.
Actividades de usura
Otro eje central de las acusaciones es la usura. La fiscalía documentó 20 casos en los que Yalil Azum prestaba dinero con intereses de entre 25% y 50% mensual, gestionando los pagos a través de cobradores o personalmente para sumas elevadas.
Además, la imputación incluye a otros miembros del grupo por colaborar en la administración de propiedades, taxis y plataformas de juego clandestino.
La fiscalía subraya que los hermanos Azum aprovecharon sus vínculos en el Estado para proteger sus actividades ilícitas, convirtiéndose en una organización de alta complejidad. Los próximos días serán clave para determinar el futuro de este caso que sacude al sistema judicial.