El Gobierno anunció oficialmente que la moratoria previsional vigente bajo la ley 27.705 no será prorrogada más allá de marzo de 2025. Esta medida, sancionada en febrero de 2023 durante la gestión de Alberto Fernández, había sido extendida hasta esa fecha, pero según confirmó el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, será el "último mes de vigencia".
El Plan de Pago de Deuda Previsional implementado por la ANSES permitía regularizar aportes faltantes hasta diciembre de 2008 y acceder a la jubilación con pagos en cuotas de hasta 120 meses. Hasta septiembre de este año, 473.907 personas se beneficiaron de este régimen, del cual el 61% corresponde a mujeres y el 39% a varones.
Alternativa: la PUAM
Con la eliminación de la moratoria, las personas que no logren cumplir los 30 años de aportes requeridos para jubilarse podrán recurrir a la Prestación Universal para el Adulto Mayor (PUAM) a partir de los 65 años. Este beneficio otorga el 80% del haber mínimo, aunque no incluye la pensión por viudez. Además, quienes acceden a la PUAM reciben cobertura de salud y servicios de PAMI, así como el cobro de asignaciones familiares.
Impacto en las jubilaciones
En el último informe presentado por la Jefatura de Gabinete, se destacó que el haber mínimo jubilatorio incrementó un 10,1% en términos reales entre diciembre de 2023 y septiembre de 2024, mientras que el haber promedio creció un 8,6% en el mismo período. Sin embargo, con la eliminación de la moratoria, solo podrán jubilarse quienes cumplan con los requisitos de aportes establecidos en el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA).
La decisión de no renovar la ley contrasta con los datos que indican que solo el 10% de las mujeres logran jubilarse sin necesidad de moratorias. Durante 2023, 460.000 personas se jubilaron a través de esta modalidad, evidenciando su importancia como mecanismo de acceso.
La medida ha generado interrogantes sobre el futuro de las personas que no podrán jubilarse bajo el sistema tradicional, quienes deberán optar por alternativas como la PUAM o continuar trabajando más allá de la edad mínima de jubilación, que es de 60 años para mujeres y 65 años para hombres. Sin embargo, el Gobierno aclaró que esta decisión depende de cada individuo, ya que no puede ser exigida a esas edades.