El miércoles 27 de noviembre de 2024, dos decisiones judiciales destacaron los alcances y la violencia de la organización delictiva conocida como Los Monos. Por un lado, Uriel Luciano Cantero, hijo del fallecido líder Claudio “Pájaro” Cantero, fue sentenciado a seis años de prisión por posesión de armas de guerra y actos de intimidación pública. Por otro, varios jefes de una "franquicia" del grupo, responsables de sembrar terror en barrios del noroeste de Rosario, aceptaron condenas que alcanzan hasta las dos décadas de prisión.
La condena de Lucho Cantero
Uriel Luciano Cantero, de 21 años, fue condenado por los jueces Eleonora Verón, Gustavo Pérez de Urrechu y Paola Aguirre, tras comprobarse que, en diciembre de 2021, organizó una celebración navideña en una terraza del barrio La Granada donde, junto a otros jóvenes, realizaron disparos al aire con armas de guerra. Durante el allanamiento posterior, las autoridades hallaron un arsenal: “19 pistolas, un revólver, 561 cartuchos calibre 9 milímetros, 182 calibre 22 y cuatro calibre 380, todas aptas para disparar”.
El fiscal Luis Schiappa Pietra aseguró que estas armas, junto con publicaciones en redes sociales donde Cantero aparecía posando con un fusil FAL y otras armas de grueso calibre, generaron un clima de alarma pública. Aunque fue absuelto de una acusación por un video junto al rapero Zaramay, en el que también exhibían armas, Cantero enfrenta otros procesos penales, entre ellos, el presunto liderazgo de una asociación ilícita y un homicidio ocurrido en 2021.
Juicio abreviado contra la célula del noroeste
El día anterior, otro tribunal integrado por las juezas Silvia Castelli, Lorena Aronne y Hebe Marcogliese dictó condenas contra Matías “Pino” César y cuatro cabecillas de una célula de Los Monos, que dominó los barrios Ludueña, Industrial y Empalme Graneros entre 2021 y 2022 mediante balaceras, usurpaciones, extorsiones y narcotráfico.
“Pino César, ya condenado a 20 años por ataques a edificios judiciales, sumó otros 20 años por liderar una asociación ilícita agravada por la participación de menores, extorsiones e intentos de homicidio”, indicó la fiscalía. Junto a él, Andy Benítez y Julián “Chizo” Aguirre recibieron la misma pena, mientras que Mauro Gerez fue condenado a nueve años por liderar un grupo de gatilleros, y Oscar “Nenu” Ramírez recibió 12 años como encargado de logística y distribución de droga.
Un esquema de violencia y control
El fiscal Pablo Socca describió cómo César reclutó a Benítez y Aguirre, ambos oriundos de Ludueña, para desplazar a la banda rival liderada por Francisco “Fran” Riquelme, vinculado a Esteban Alvarado. “César dirigía las extorsiones y amenazas desde la cárcel, mientras sus subordinados se encargaban de rendir cuentas por armas, drogas y dinero”, afirmó el fiscal.
Las investigaciones de la Fiscalía de Homicidios también incluyen alrededor de 40 asesinatos vinculados a estas disputas territoriales, aunque estos crímenes no fueron parte de los cargos en este juicio abreviado.
Las sentencias de esta semana subrayan no solo la capacidad de las fuerzas de seguridad para desmantelar estructuras delictivas, sino también la magnitud del desafío que enfrentan para contener la violencia en Rosario.