En el palacio de la Alvorada, Lula y Xi Jinping firmaron 37 acuerdos bilaterales. (REUTERS/Adriano Machado)
(Desde San Pablo) Tras la Cumbre del G20, los presidentes de Brasil y China, Lula da Silva y Xi Jinping, firmaron 37 acuerdos que profundizan las relaciones entre ambos países, en una muestra de acercamiento económico y estratégico. Entre los intercambios, Xi obsequió a Lula un fragmento de suelo lunar recogido por la misión Chang’e-5 en 2020, mientras que Brasil entregó agua embotellada extraída de la Amazonía. Este gesto simbólico subraya la estrecha relación entre ambas naciones, que en 2024 celebran 50 años de vínculos diplomáticos.
En su reunión en la residencia presidencial de Alvorada, fuera del protocolo habitual en el palacio presidencial de Planalto, Lula y Xi firmaron acuerdos que abarcan sectores clave de la economía, con especial énfasis en el intercambio de datos, el comercio y las finanzas. Un tema crucial fue la “sinergia” entre el Programa de Aceleración del Crecimiento de Brasil y la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China, a pesar de que Brasil evitó comprometerse formalmente con esta última.
Entre los acuerdos destaca un préstamo histórico de Brasil a China, en yuanes, por 690 millones de dólares, lo que genera preocupación por la dependencia económica. A su vez, se firmaron tratados en áreas como telecomunicaciones y agricultura, con China reforzando su presencia en sectores como el 5G y la distribución de pesticidas. Sin embargo, los expertos advierten sobre los riesgos de seguridad relacionados con el intercambio de datos y las posibles implicaciones geopolíticas de esta estrecha cooperación, especialmente en relación con la estrategia de China hacia Taiwán.
En cuanto a la agricultura, Brasil seguirá siendo el mayor importador de pesticidas chinos, mientras que los acuerdos incluyen también inversiones para la rehabilitación de áreas agrícolas degradadas en Brasil. Lula aprovechó la oportunidad para promover el “Fondo de Bosques Tropicales para Siempre”, un proyecto para la conservación de biomas como la Amazonía.
El análisis general indica que, aunque Brasil no ha formalizado una adhesión a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, su creciente alineación con China podría aumentar su vulnerabilidad económica y política. La relación, sin embargo, ofrece nuevas oportunidades de comercio, con la apertura de mercados adicionales para productos brasileños como uvas frescas y sorgo.