La noche del sábado 23 de noviembre, un deslizamiento de tierra en la zona de Bajo Llojeta, en La Paz, provocó la muerte de una niña de cinco años, dejó a 26 personas heridas y afectó a al menos 40 viviendas. El desastre fue causado por un turbión de lodo originado por un movimiento ilegal de tierra en el cementerio de Los Andes, en el municipio de Achacollo.
El alcalde Iván Arias explicó que el movimiento de tierra en el cementerio había sido realizado sin autorización, y detalló que se movieron alrededor de 100,000 toneladas de tierra, a pesar de las advertencias que se les habían hecho a los responsables. “Se le advirtió, usted no puede hacer (movimientos de tierra), hasta técnicamente se le dijo que están haciendo mal, pero el señor le metió. Y aquí están las consecuencias de una irresponsabilidad”, comentó Arias. Además, mencionó que la Alcaldía prepara una denuncia penal contra los administradores del cementerio.
Los equipos de rescate utilizaron drones para evaluar el impacto del desastre, mientras se evacuaba a personas atrapadas en los techos y terrazas de sus viviendas. También se abrieron zanjas para drenar el agua acumulada y se cortaron los servicios de energía por precaución. El presidente Luis Arce visitó la zona el domingo y prometió ayuda para la reconstrucción y una investigación exhaustiva del incidente.
People look at the flooded Inca Llojeta area in the aftermath of landslides caused by intense rains and illegal earth movements, in La Paz, Bolivia, November 24, 2024 REUTERS/Claudia Morales
Entre las víctimas, una niña de cinco años fue sepultada por el lodo. Según el comandante de Bomberos, coronel Pavel Tovar, el cuerpo de la menor fue encontrado el domingo por la noche, después de haber quedado completamente sepultada por el material arrastrado. Su padre relató que la niña había estado jugando con sus familiares cuando la lluvia provocó el desastre y la mazamorra la atrapó, impidiendo que pudiera ser rescatada a tiempo,
