Solange Funes, hermana del célebre Alan Funes, ha sido nuevamente imputada por la quema intencionada de 21 vehículos entre finales de abril y principios de mayo de este año. Estos ataques fueron interpretados como un mensaje de advertencia a las autoridades por las restricciones impuestas a los reclusos de alto perfil, incluidas limitaciones en las comunicaciones telefónicas. En esta ocasión, Solange, de 19 años, fue acusada junto a su hermano y su pareja, Leila Schmitt, quien también fue imputada por encubrimiento.
Alan Funes, de 26 años, se encuentra actualmente detenido en la cárcel de Marcos Paz, donde en abril se implementó un nuevo protocolo que restringe las comunicaciones telefónicas de los internos considerados de alto riesgo. Antes de esta medida, Funes disfrutaba de un acceso prácticamente irrestricto al teléfono del pabellón, sin que se registraran sus llamadas. Sin embargo, a partir de la entrada en vigor de este protocolo, se detectaron tres comunicaciones entre él y su hermana, realizadas en los días previos a los ataques incendiarios.
Según la investigación liderada por el fiscal Pablo Socca, Alan Funes habría utilizado estas llamadas para orquestar los atentados a través de su hermana. Otros individuos, aún no identificados, habrían participado en los hechos.
“Detuvieron a la hermana de Alan Funes por los mensajes amenazantes contra Pullaro y Bullrich”, informaron fuentes del caso. Los incendios comenzaron la madrugada del 27 de abril, cuando un grupo liderado por Leila Schmitt y conformado por Luciano C., Yamila A. y otros sujetos no identificados, prendió fuego a 12 vehículos en distintos puntos de la ciudad. El modus operandi incluía el uso de una Fiat Fiorino desde la cual rociaban combustible sobre los autos estacionados, para luego incendiarlos en lugares como Coulin al 1800, Santiago al 3800, Italia al 3800, Wagner al 1200, y otros. Los responsables dejaron notas con amenazas dirigidas a autoridades como Patricia Bullrich, Pablo Cococcioni y el gobernador Maximiliano Pullaro, exigiendo el levantamiento de restricciones carcelarias.
Este patrón se repitió el 3 de mayo, cuando otros cinco vehículos fueron incendiados en las calles White y Forest, y nuevamente el 12 de mayo, con cuatro autos más destruidos en Santa Fe, Gambartes y pasaje Hutchinson. En estos incidentes, las mismas personas habrían participado, actuando en conjunto y bajo órdenes directas.
La fiscalía reveló que las notas encontradas en las escenas mencionaban explícitamente la situación carcelaria de presos en establecimientos provinciales y federales. “Exigían el cese de las restricciones sobre el uso de teléfonos y visitas, bajo la amenaza de atentar contra personas inocentes”, explicó el fiscal Socca.
Solange Funes, apodada “la pirómana”, ya contaba con antecedentes por otro incendio ocurrido en 2021, cuando quemó un vehículo siguiendo órdenes de su hermano. En aquel caso, la investigación mostró que Solange fue responsable de organizar el ataque, comprar el combustible y pagar al perpetrador. Por ello, fue condenada por extorsión agravada, asociación ilícita e incendio.
En esta nueva imputación, la joven ha sido acusada de amenazas coactivas calificadas, intimidación pública agravada por el uso de explosivos e incendio, mientras que Alan Funes es señalado como el instigador de los hechos. Además, Nerina F., de 20 años, fue imputada por encubrimiento al hacer desaparecer su celular durante un allanamiento en su domicilio el 30 de septiembre.
El juez Hernán Postma dictó prisión preventiva para Solange Funes, mientras que la audiencia de medidas cautelares para Alan Funes fue reprogramada por problemas técnicos. Nerina F. fue liberada bajo ciertas restricciones, mientras que Leila Schmitt, Carlos C. y Yamila A. continúan detenidos desde su imputación en mayo.
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