Empresarios en Ecuador han expresado su preocupación por la disposición de reducir el consumo de energía durante diez horas diarias, de 08:00 a 18:00. Según varios líderes del sector empresarial, estas medidas están generando graves afectaciones en la industria, el empleo y la producción, lo que podría comprometer el suministro de productos esenciales en el país.
El ministro de Energía, Antonio Goncalves, ordenó al sector productivo reducir su consumo energético en “al menos un 50%”, según un documento dirigido al director ejecutivo del Operador Nacional de Electricidad CENACE. El objetivo de esta medida es preservar las reservas de agua en los embalses y evitar un colapso del sistema energético nacional.
Durante una conferencia de prensa liderada por María Paz Jervis, presidenta de la Cámara de Industrias y Producción de Ecuador, se mencionó que el sector industrial consume aproximadamente el 26% de la energía del país, pero está siendo afectado en su totalidad. Jervis destacó que la paralización de la industria no solo impacta la producción, sino también a toda la cadena de valor. En particular, la industria láctea se ve afectada, y la falta de recolección y procesamiento de leche podría comprometer la alimentación de más de dos millones de niños que dependen de la colación escolar.
La crítica principal de los empresarios es que las medidas fueron implementadas sin previo aviso ni coordinación con los sectores productivos, lo que les impidió prepararse para enfrentar los apagones. Los líderes empresariales han solicitado la creación urgente de un comité de crisis para coordinar acciones y buscar soluciones a largo plazo que mitiguen el impacto en el empleo y la economía. El gobierno se reunió con representantes empresariales este lunes y se comprometió a revisar la situación, aunque aún no se ha emitido un nuevo anuncio oficial.
El Comité Empresarial Ecuatoriano (CEE) también advirtió que cada corte de energía de ocho horas genera pérdidas estimadas en “USD 96 millones” a nivel nacional. La CEE insiste en la importancia de que el gobierno proporcione información clara sobre la duración de la crisis y la programación de los cortes para que los sectores productivos puedan minimizar sus pérdidas.
La crisis energética actual se debe en gran medida a la sequía que afecta a los embalses ecuatorianos, responsables de generar más del 60% de la energía hidroeléctrica del país. El embalse de Mazar es uno de los más críticos, y podría alcanzar niveles insostenibles para el 18 de octubre. Varios expertos ya han advertido que el nivel de agua de Mazar está al borde del límite.
FOTO DE ARCHIVO- Las afectaciones económicas por los apagones se miden en millones. (REUTERS/Karen Toro)
El consultor eléctrico Jorge Luis Hidalgo afirmó en X que el embalse está “a solo 10 centímetros de entrar al embalse mínimo operativo sin restricciones”, lo que indica que la situación podría descontrolarse, y los apagones no programados serán inevitables. Otro consultor energético, Darío Dávalos, confirmó que el embalse se encuentra en un nivel crítico de 2.114,46 metros sobre el nivel del mar, con un caudal de 4,59 metros cúbicos por segundo.
La falta de lluvias y los embalses en estado crítico continúan siendo una amenaza latente para el sistema energético y la economía de Ecuador.
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